Corina Menchaca, mamá de Rodrigo y Rolando -los niños que murieron en el incendio ocurrido en un taller textil del barrio de Flores, el pasado 27 de abril – exigió justicia por sus hijos y ratificó las declaraciones de su marido y otros trabajadores del establecimiento clandestino al afirmar que trabajaban 14 horas diarias, en condiciones precarias y sin descanso, y cobraban por prenda terminada.
“Trabajábamos de lunes a viernes, de 6 de la mañana a 10 de la noche, porque teníamos que cumplir con un número de prendas, si no no nos pagaban. Nosotros no trabajábamos los fines de semana porque nos íbamos a nuestra casa en Villa Celina, si no también podíamos quedarnos a trabajar”, dice.
“Decidimos nosotros salir de ahí los fines de semana para que los nenes tomen aire y no estén siempre ahí”, continuó la mujer, y lamentó no haberse “ido antes de ese lugar para evitar lo que pasó”.
“Sólo quiero que se haga justicia por mis hijos, nadie me los va a devolver pero espero que estas cosas no vuelvan a pasar”, sostuvo Menchaca.
Gabriela Carpinetti, abogada de la familia, explicó que la causa “por trata con fines de explotación laboral” se desarrolla en el juzgado a cargo de Rodolfo Canicoba Corral, y señaló que la madre de los nenes “ratificó las testimoniales anteriores que dieron cuenta del vínculo de explotación laboral que mantenían ellos como trabajadores con el empresario de origen coreano (Lee Soung Yop)”.
“Esperamos que esta declaración dé lugar a la indagatoria al empresario coreano antes de fin de año y que se resuelva su procesamiento por el delito tipificado por el Artículo 145 bis, en la ley de trata”, apuntó la letrada.
Asimismo, remarcó que “está claramente comprobado, a partir del trabajo que realizó esta querella en el marco de esta investigación por trata con fines de explotación laboral, que se cumplen los elementos del tipo penal: que hay una situación de vulnerabilidad por parte de los trabajadores costureros”.
Según la abogada, también quedó comprobado “que hay una situación en la que medió la violencia, el engaño, el fraude y las amenazas como elementos típicos de este tipo de delitos», y afirmó que «hay pruebas más que contundentes para indagar al empresario coreano y ordenar su procesamiento”.
Carpinetti remarcó que “es muy importante que a partir de esta indagatoria, y si se logra, este procesamiento, se pueda avanzar en la cadena de responsabilidades empresariales en el rubro textil”.
“Y también -continuó- esperemos que permita avanzar en la responsabilidad política respecto de la inspección y el control en materia de derechos laborales que tienen que tener los talleres textiles, y en este punto es muy importante la responsabilidad política que tuvo el gobierno porteño a cargo de Mauricio Macri”.
El 27 de abril pasado Rolando y Rodrigo Mur Menchaca, de cinco y 10 años, murieron cuando el taller textil ubicado en Paez 2796 donde trabajaban sus padres se incendió.
En la causa «por averiguación del delito de trata» que se desarrolla en el Juzgado Federal N° 6 ya declararon con anterioridad algunos compañeros de Menchaca y Estaban Mur, padre de los nenes, quien en su momento aseguró que “todo comenzó cuando Roberto Menchaca, hermano de su esposa, recién llegado de Bolivia y en situación de calle y sin empleo, conoció a Lee Soung Yop, quien le ofreció ‘trabajo y una cama donde descansar'».
«Roberto le avisó a sus hermanas, Corina y Amparo, y más tarde también por una relación de parentesco, Esteban Mur también se unió al grupo de costureros del taller», explicó Carpinetti, y precisó que en su declaración el padre también afirmó que todos trabajan cerca de 14 horas diarias y se cobraba por prenda, en condiciones precarias, sin descanso y “por debajo de los estándares del convenio de trabajo textil, encuandrándose el vínculo de explotación laboral contemplado en el 145 bis del Código Penal y de la Ley de Trata».