El estacionamiento medido en las calles de la Ciudad de Buenos Aires volvió a regir desde hoy, luego de que había quedado discontinuado a causa de la pandemia de coronavirus, informaron voceros del Gobierno porteño.
«Hoy están casi todas las actividades ya funcionando, el nivel de circulación está en un 90 por ciento, como en la prepandemia. Por eso, hay que ordenar el tránsito», dijo hoy el Gastón Galardi, subsecretario de Gestión de Movilidad de la Ciudad.
Según explicó el funcionario en declaraciones a Radio Continental, «el acarreo por mal estacionamiento cuesta 4.350 pesos y la multa son unos 3 mil pesos».
Ayer, Galardi había explicado que, a partir de hoy, «se vuelven a restablecer las reglas de estacionamiento que teníamos antes de la pandemia» y señalado que la decisión obedece a la «necesidad de rotación» en los lugares en los que está permitido estacionar.
De acuerdo con las cifras oficiales, en la Ciudad existen 380 mil espacios habilitados de los cuales 3.500 tienen estacionamiento medido.
Aunque la medida restringe el uso de vehículos particulares, la Ciudad reiteró que el transporte público continúa siendo para trabajadores esenciales a los que luego se sumaron algunas habilitaciones puntuales como docentes y alumnos con sus acompañantes.
«Es necesario balancear el uso del transporte público y la seguridad vial en la Ciudad de Buenos Aires», ya que «hoy la circulación está a niveles de prepandemia. Por eso, es necesario ordenar las calles que tienen un límite de capacidad», había dicho ayer Galardi.
El 1 de marzo pasado, el Gobierno porteño había anunciado la decisión de volver a habilitar el estacionamiento medido «debido a la cantidad de vehículos que actualmente circulan por la Ciudad a partir de la vuelta de las clases presenciales y la apertura de casi la totalidad de las actividades, y el volumen vehicular alcanza picos del 90% respecto a los niveles registrados antes de la pandemia».
De esta manera, había indicado en ese momento la gestión porteña, se busca «ordenar las calles que tienen un límite en su capacidad de uso para garantizar la circulación y la seguridad vial, para que se reduzcan los embotellamientos y que los colectivos maniobren en forma segura o los camiones puedan realizar la operación de carga y descarga sin afectar la fluidez del tránsito colocándose en doble fila».