El sacerdote Carlos Mugica, proveniente de las clases acomodadas de nuestro país, ante la situación que afrontaba el pueblo argentino, comenzó a desarrollar sus actividades en los barrios más humildes y abandonados del país, fundando espacios de organización, parroquias, comedores. En el Barrio Comunicaciones levantó la parroquia Cristo Obrero, en la que ejerció su compromiso hasta el día de su asesinato en manos de la Triple A, un 11 de mayo de 1974.
Mugica, dedicó su vida a la lucha de los pobres, para que dejen de ser pobres, para acabar con las razones de esa pobreza: el capitalismo, la explotación y la opresión.
Como parte de los Sacerdotes del Tercer Mundo, como parte de la Teología de la Liberación, entendía que los hombres debían dedicar su vida a transformar la realidad junto al pueblo, en una lucha abierta contra los poderosos, contra quienes sostienen el sistema de dominación que hace pobres a los pobres. Que había que luchar con todo contra la violencia que significa la reproducción del hambre, la falta de salud, de educación.
Explicaba y llevaba adelante con su práctica cotidiana, religiosa, social, política, que otra sociedad era no solamente posible, sino necesaria. Que era necesaria la liberación de los hombres. Que era posible acabar con el capitalismo y caminar hacia el socialismo. Y esto sólo era posible si podíamos construir una revolución en Argentina. Múgica, con la prédica de la religión predicaba la revolución. Por eso fue perseguido y asesinado por la Triple A, destacamento de sicarios de los poderosos.
Porque la memoria también es resistencia, queremos recordar al compañero padre Múgica, reivindicando su lucha por transformar la sociedad que se le presentaba y su firme convicción de que otra sociedad era posible, de que el capitalismo es la fuente de las miserias y pobrezas, con su explotación, dominación y opresión, y que la única alternativa posible y necesaria para el pueblo es la construcción del socialismo.
Fragmentos de su libro Peronismo y Cristianismo, de 1973
“En 1974, como movimiento de Los Sacerdotes del Tercer Mundo propugnamos el socialismo en la Argentina como único sistema en el cual se pueden dar relaciones de fraternidad entre los hombres. Que cesen las relaciones de dominación para que haya relaciones de fraternidad. Un socialismo que responda a nuestras auténticas tradiciones argentinas, que sea cristiano, un socialismo con rostro humano, que respete la libertad del hombre.»
«Los hombres están condicionados, determinados por las estructuras en las que viven. Por lo tanto, tengo que amar a los seres humanos y amar las estructuras que contribuyen a que esos seres humanos se realicen como hombres, a que vivan creadoramente. Y debo tratar de destruir o modificar las estructuras que les impiden vivir de esa manera. Y aquí entra todo lo que hace a la dimensión política.»
«La liberación debería realizarse en todos los sectores donde hay opresión. En el orden jurídico, en el político, en el cultural, en el económico y en el social.»
“En el orden cultural hay opresión porque el pueblo, y entiendo aquí por pueblo fundamentalmente a los oprimidos, a los trabajadores, no tienen acceso a la enseñanza superior y tienen difícil acceso a la secundaria y aun a la primaria.”
«En el orden económico y social, nuestra estructura económica es anticristiana y opresora. Primero porque en lugar de estar la economía al servicio del hombre, el hombre está al servicio de la economía.»
«Segundo porque lo social está subordinado a lo económico con las consecuencias que acarrea.» «En el orden social el índice de mortalidad infantil y de desocupación son cada vez mayores.»
«Es un deber de todos los cristianos hoy, entrar en la lucha por transformar la sociedad. Esa es la acción política, la acción que tiende a transformar, a modificar la sociedad.»
No se trata de que los individuos ricos ayuden a los individuos pobres, sino que se trata de que los pobres dejen de ser pobres…Y hasta ahora, para que los pobres dejen de ser pobres no se ha inventado otro más que este sistema: que los ricos dejen de ser ricos.
«Porque si queremos que los dos millones y medio de hermanos nuestros que viven en las villas miserias estén mejor, evidentemente algunos van a estar peor.»
“El compromiso político hoy, no es optativo, es obligatorio para los cristianos en sentido amplio.»
«El problema de la violencia no es un problema virginal: «a mí no me gusta la violencia». Hay que ser un desnaturalizado para estar a favor de la violencia si la opción fuera violencia-no violencia. El problema es que yo no puedo quedarme pasivamente tranquilo ante la situación de terrible violencia institucionalizada que estoy viviendo, porque si lo hago, soy un asesino de mi pueblo que se está muriendo de hambre.»
«Tenemos que buscar otro tipo de sociedad y aquí aparece la reflexión sobre la posibilidad de acceder al socialismo. ¿Cuáles son las pautas que debe tener en cuenta un cristiano para saber qué sistema puede adecuarse mejor o no a sus valores? Primero, el Evangelio; segundo el Magisterio de la Iglesia y después los signos de los tiempos.»
«En el fondo las discrepancias ideológicas se cierran en dos alternativas, que son: una la alternativa capitalista, que se basa fundamentalmente en que unos pocos sean dueños de los bienes de producción, es decir de los bienes que producen bienes, o sea de las máquinas, donde el hombre tiende al lucro. Esos pocos serán estos que dijo el apóstol Santiago: ‘los ricos que oprimen a sus hermanos’.
«La otra alternativa es el socialismo, en el cual la comunidad es la que tiene el control y la propiedad de los bienes de producción. No son de unos o de algunos, sino de todos. El control popular sobre los medios de producción, que lleve a que los bienes no sean de algunos sino de todos.»