La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas mayores, aprobada ayer por la Organizacion de Estados Americanos (OEA), es una «herramienta fundamental porque obliga a los Estados a proteger los derechos de este colectivo y es, además, logro de Argentina», aseguró Mónica Roqué, Directora Nacional de Adultos Mayores (Dinapam).
«En octubre de 2010 Argentina fue a la OEA a pedir que se trate la Convención. Lo que hizo fue poner en agenda la temática y en aquel momento recibimos el apoyo de Uruguay, Brasil y Chile», explicó Roqué.
Un año después, el impulso fue acompañado por El Salvador y Costa Rica, y se conformó un grupo de trabajo en el que Argentina fue designada como presidente debido a su trabajo previo en la temática.
«Quienes bregamos por los derechos de las personas mayores contábamos con una herramienta que era el ‘Plan Internacional de Madrid’, si bien allí estaban sentadas las bases de los derechos que exigimos, la Convención es un paso histórico porque se trata de una herramienta vinculante», describió Roqué.
La funcionaria explicó que «cuando se dice que es una ‘herramienta vinculante’ significa que es un instrumento jurídico que obliga a los Estados a defender los derechos humanos de las personas mayores y, en caso de incumplimiento, los Estados deben responder ante la Corte Interamericana».
De su vasta experiencia de campo, Roqué aseguró que «las personas mayores tienen muchos de sus derechos vulnerados, y no siempre tienen que ver con cuestiones económicas, por ejemplo, la Unión Europea publicó hace poco un informe en el que se expresaba que al menos cuatro millones de personas mayores sufrieron abuso y maltrato en la región».
«Por su puesto que la autonomía económica es fundamental, y en ese sentido Argentina es un ejemplo porque cuenta con una cobertura previsional del 97 por ciento; pero esto no sucede en toda la región ni en todo el mundo», describió la directora.
El derecho a no ser discriminados por la edad, a no ser institucionalizados sin su consentimiento, a recibir cuidados paliativos en caso de necesitarlos, ser integrados y que puedan tener participación comunitaria son algunos de los otros aspectos que la Convención Interamericana protege.
«La Convención es un logro histórico para todos los países del mundo y Argentina es responsable de este logro», concluyó Roqué.