Que los varones trans sepan que ellos también necesitan ir al ginecólogo y adoptar medidas para prevenir el cáncer de cuello de útero o de mama es el objetivo principal del material informativo presentado hoy por el Ministerio de Salud, en lo que constituye su primera campaña de folletería específicamente dirigida a un colectivo que ha visto cercenado su derecho a la salud sexual como consecuencia de la discriminación.
“Sabemos que tu identidad no está definida por tus características biológicas, pero éstas requieren cuidados; y si bien los servicios de ginecología están históricamente asociados a las mujeres, tienen la responsabilidad de garantizar el derecho a la salud integral de los varones trans”, dice el folleto de la cartera sanitaria.
El tríptico, elaborado además con la colaboración de la Red Intersexual, Transgénero y Transexual de Argentina (RITTA), aclara que las personas trans tienen derecho a que en los consultorios “te llamen por el nombre que elegiste aunque no coincida con lo que dice el DNI”
También resalta que tienen el derecho a “conversar en un espacio de confianza y comodidad sobre tu vida sexual” y a “recibir atención sin discriminación”.
Además, explica la importancia del Papanicolau para la prevención del cáncer de útero, cómo el cáncer de mama puede afectar incluso a quien se hayan efectuado una mastectomía, y qué hay que hacer para evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual capaces de pasar de una persona a otra aún cuando mantengan relaciones sexuales sin penetración.
El coordinador del Instituto Nacional del Cáncer (INC), Pablo Pesce, aseguró que “no podríamos pensar este material si no hubiésemos dado antes otras discusiones en la sociedad”, que permitieron la aprobación previa del “matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y todas las otras políticas de inclusión».
Kalim Adrián Soria, presidente de RITTA, explicó que la tarea por delante es, por un lado, distribuir este material gráfico por todos los rincones del país y, por otro, empezar a pensar uno destinado a los efectores de salud.
“Los varones trans necesitan saber que tienen que ir al ginecólogo y el ginecólogo entender que un señor con barba también va a ir a solicitarle un papanicolau» porque la Ley de Identidad de Género «rompió con el género” para mostrarnos que «hay hombres con vagina y mujeres con pene”.
El también secretario de Varones Trans de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) aseguró que la reacción de los médicos sigue siendo “de sorpresa” cuando un varón trans acude a una consulta ginecológica.
“En general les cuesta aceptar que el que viene, aunque tenga una vagina, tiene una identidad diferente: todo eso hay que deconstruirlo para volver a construir, desde el mismo uso del lenguaje y el respeto por el nombre”, dijo.
Es que el costo de la no inclusión es muy alto porque “al no ser reconocido, el varón trans no va al ginecólgo”, con todas las consecuencias que esto pueden significar para su salud.
Por su pate, a coordinadora del Programa Nacional de prevención del cáncer Cervicouterino (PNPCC), María Rosa Laudi, reconoció que fue “un gran desafío” incluir a los varones trans en las políticas de prevención de esta enfermedad.
“Todas nuestras actividades hasta este momento estuvieron dirigidas a mujeres y es un gran desafío dirigirnos a varones: elaboramos un material poniéndonos en el lugar de ellos, después de que nos compartieran sus necesidades respecto al cuidado de su salud sexual e intercambiáramos puntos de vista sobre las posibilidades de intervención”, dijo.
La funcionaria resaltó la importancia de “dar respuesta a ese colectivo desde el servicio de ginecología”, que implica la posibilidad de acceder al tamizaje en las edades de riesgo así como al seguimiento y tratamiento de las lesiones si las tuvieran, para evitar que los varones trans contraigan cáncer cervicouterino.
En tanto, la Coordinadora del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable Luciana Kanterewicz, celebró que este organismo se esté ocupando ahora también a cuestiones de “salud sexual integral”, más allá de lo reproductivo o contraceptivo, como lo demuestra la publicación de este folleto.
“El Programa existe desde el 2003 y durante muchos años se enfocó específicamente en lo que tenía que ver con anticoncepción; pero en los últimos años empezamos a trabajar en otras líneas y aspectos de la salud integral de las personas:», explicó.