Desde sus inicios, Memoria Abierta se propuso llevar adelante campañas con el objeto de dar visibilidad a aquellos edificios que fueron utilizados lugares de detención transitoria o centros clandestinos durante la última dictadura cívico-militar. La idea es impedir que el olvido o las acciones materiales deliberadas, intenten negar su existencia.
Hacia 1984, la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) había identificado más de 360 lugares de detención clandestina. En los años ’90, hubo pocos avances en la investigación que arrojara indicios sobre esos y otros recintos.
Luego de dos décadas, con el esfuerzo de los sobrevivientes, los organismos de Derechos Humanos, la intervención de Justicia y la voluntad del Estado, esta información se fue enriqueciendo y ordenado. El relevamiento y la investigación, permitió a diseñar los mapas de los lugares donde estuvieron situados los centros de detención clandestinos.
La particularidad práctica de este valorable trabajo, es que estos mapas pueden imprimirse y usarse con objetivos pedagógicos, de estudio o para la investigación judicial. Con la esperanza en que se constituyan en un nuevo instrumento, útil para reconocer la dimensión del terrorismo de Estado en la Argentina y comprender la lógica y el carácter sistemático que alcanzó la represión. Y, al mismo tiempo sirvan a para que los ciudadanos tomen conciencia de del gran esfuerzo que aún falta realizar para construir una memoria más precisa y federal.