sábado, noviembre 23

SOCIOS DE LA LECTURA

Con el objetivo de acercar a la gente a las bibliotecas populares, la Conabip pone en marcha el próximo viernes la campaña «Socios de la lectura», una iniciativa que busca contagiar el placer por la práctica lectora a través de spots en los que personalidades de la cultura cuentan sus experiencias y un cronograma que prevé más de 200 charlas con escritores en todo el país.
Las bibliotecas son la identidad cultural de un barrio, de una comunidad o de una sociedad y quienes las sostienen son, en la mayoría de los casos, voluntarios sin remuneración alguna. Pero quienes las vuelven indispensables son los lectores y por esa razón la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), ente que las protege y regula, lanza ahora esta iniciativa para sumar un caudal de nuevos socios.
Y a la movida se acoplaron, entre otros, los escritores Luis María Pescetti, Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri, Abelardo Castillo, Juan Sasturain y Liliana Bodoc; los actores Esteban Lamothe, Lucas Ferraro y Julieta Zylberberg, y celebridades como Iván de Pineda, quienes compartirán a través de videos sus testimonios y experiencias para contribuir al fomento del placer por leer.
Como ellos, que son «Socios de la lectura», la campaña continuará con un ciclo de charlas a cargo de reconocidos escritores que visitarán unas 200 bibliotecas populares de todo el país para intercambiar con el público qué leen y cuáles son los procesos creativos de sus obras.
El presidente de la Conabip, Leandro De Sagastizábal, explica la génesis de la campaña en el marco de un eje de gestión que busca «dinamizar el ‘asociacionismo'» y ofrece un panorama actual sobre las funciones sociales y culturales de las casi 2.000 bibliotecas que nuclea la Comisión nacida en 1870 al calor de la ley 419 impulsada por Domingo Faustino Sarmiento.
– ¿Cómo nació la campaña?
– Surge motivada por dos cuestiones. La primera como parte de una campaña comunicacional que hemos lanzado este año y que busca fomentar la participación ciudadana, acercar gente a las bibliotecas populares. Los datos nos mostraron que las bibliotecas tienen menos asociados de los que podrían tener. Mucha gente todavía no las conoce, no en su estructura sino en su funcionamiento: los servicios que puede prestar, los talleres que brinda, los nuevos libros que pueden leer. Por otro lado, son asociaciones civiles a las que la Conabip ayuda y es muy importante que la sociedad esté cerca: son las personas las que le dan vida, las que renuevan sus comisiones, generan sus proyectos, revitalizan sus comunidades. Queremos vincular fuertemente bibliotecas populares y sociedades.
-¿Y por qué es importante sumar asociados?
– Excepto en algunos lugares que cuentan con apoyo estatal, la mayoría de las bibliotecas son sostenidas por voluntarios y esa situación hace que muchas personas, sobre todo las más jóvenes, no se acerquen y lo que necesitamos es renovar generacionalmente las comisiones. La gente joven aporta elementos muy ricos, como una mayor sensibilidad con la tecnología o ideas innovadoras para talleres y otras actividades. Creemos que eso, junto a la articulación con los que tienen mayor experiencia, puede darle mucha vitalidad a la biblioteca y combinar un espectro muy diverso de géneros, ideologías y generaciones.
-Esa diversidad que esperan se puede ver en las figuras que convocaron para la campaña «Socios de la lectura»: desde el modelo y conductor televisivo Iván de Pineda hasta el escritor Juan Sasturain…
– Nos pareció importante la visibilidad pública de personas de diferentes ámbitos para mostrar que la gente de la cultura tiene un importante compromiso con la lectura y con las bibliotecas populares, como deportistas, periodistas o divulgadores científicos. Por otro lado, en recorridos que hicimos por todo el país los bibliotecarios nos manifestaron sus ganas de que los visiten autores para intercambiar sus experiencias con los socios y motivar la lectura. Por esa razón armamos un ciclo con escritores que darán 200 charlas en todo el país.
– Cuando se trata de fomentar la lectura siempre parece haber cierta predisposición…
– Si, yo creo que ahí hay dos niveles de preocupación. Quienes comparten el mundo cultural saben que el deseo de leer es algo que se genera; lo puede producir un buen profesor en el aula, un amigo, tus padres o un programa de televisión que estimule la lectura. Otra dimensión tiene que ver con que hay que estimular la lectura como política de Estado. Por eso, desde Conabip trabajamos con el hábito lector y también con otros proyectos culturales porque las bibliotecas ya no son sólo espacios de lectura sino que cada vez más en el mundo han ido transitando hacia una suerte de centro cultural.
-¿A qué se refiere con el vínculo entre las bibliotecas y las comunidades?
– La biblioteca aporta el vínculo con la cultura y con los libros. Una sociedad lectora es una sociedad que tiene muchísimas más posibilidades de tener acciones culturales democráticas, mayor crecimiento y riqueza. Uno de los aciertos planteados en la Argentina, cuando se crearon las bibliotecas populares en 1870, fue darle centralidad a la lectura. La alta tasa de alfabetización, la fuerte dinámica del mundo editorial y del mundo impresor, nos hizo una sociedad más sofisticada. De hecho, las bibliotecas populares tienen dos características. Por un lado su heterogeneidad y por el otro su extensión geográfica, que las hace únicas en el proyecto cultural de los argentinos. Tenemos en San Rafael, Tilcara, Tierra del Fuego y eso les da un carácter federal muy valioso.
-¿Y la lectura, qué aporta?
-Especialmente a la comprensión de la sociedad en la que se vive. También, y esto es algo que cuesta mucho transmitir, la lectura es una actividad placentera. Es difícil porque cuando vos ves cómo compite dentro en el tiempo libre es claro que las sociedades han ido prefiriendo otras actividades como hacer deporte o ir al cine. Por eso hoy el desafío es compartir el placer de leer un libro.

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