El 23 de junio se cumplió un año desde el anuncio del «cierre del zoo» y su conversión en «Ecoparque». Hace pocos días, diputados porteños integrantes de la Comisión de Seguimiento de la Transformación del Zoológico de la Legislatura realizaron una visita al predio acompañados por las autoridades.
«Me llevé la impresión de que muy poco había cambiado para los animales. Hay menos ejemplares, algunas jaulas vacías, los pisos de los recintos siguen siendo de tierra con piedras, salvo el de la jirafa; los edificios permanecen deteriorados, las jaulas oxidadas. Es casi la misma situación del año pasado» comentó el diputado porteño, Adrián Camps.
«En la reunión, los funcionarios nos informan sobre la liberación en áreas de reserva de ejemplares de fauna silvestre rescatados del tráfico y/o que vivían en semi libertad, particularmente coipos, lagartos overos y tortugas de agua. Pregunté si en esas liberaciones se tomaron precauciones para lograr la adaptación de los ejemplares a su nuevo hábitat. También si se los identificó con algún sistema de marcación para poder hacer un seguimiento. La respuesta fue negativa. Sólo se garantizó que los ejemplares estuviesen en buenas condiciones de salud y luego fueron entregados a Fauna Nación. A partir de allí, el Ecoparque dejó de ocuparse del tema» y agregó «estoy en absoluto desacuerdo con esa modalidad, todo animal alimentado por el hombre no puede ser liberado sin un proceso de adaptación que le permita reconocer sus nuevas fuentes de alimento» sostuvo el legislador socialista.
«El plan de transformación, con objetivos y plazos que van del 2017 al 2023; Master Plan, así lo llaman ellos, es un proyecto futurista que prevé liberar 12 de las 18 hectáreas para el uso público, restaurando las construcciones históricas y el patrimonio paisajístico. Este espacio se destinará a recreación, cultura, educación, servicios, emprendimientos gastronómicos y proyectos de conservación. En las 6 hectáreas restantes se construiría un zoológico moderno con especies de la fauna autóctona, obtenidas por rescate del tráfico ilegal, accidentes, decomisos y mascotización indebida. El acceso a este sector sería arancelado y en su centro, se erigiría el Faro de la Biodiversidad, una construcción en forma de espiral, que en sus distintos niveles recrearía la evolución de la vida en el planeta» y agregó «no estoy de acuerdo con el concepto de zoológico y estamos ante un proyecto de zoo más pequeño y más moderno, pero zoológico al fin» advirtió el diputado porteño.
«Ahora hay menos animales pero su situación de encierro y los hábitats prácticamente no han cambiado. Algunas derivaciones se hicieron correctamente y otras no. Parece que la apuesta es sólo hacia el futuro y mientras tanto en el transcurso de un año, con excepción de la Orangután Sandra, no se ha avanzado prácticamente nada para mejorar las condiciones de vida de los ejemplares que permanecen en cautiverio. El proyecto Cóndor Andino es excelente pero fue heredado de las gestiones anteriores. Está bien que modernicen el hospital veterinario. El proyecto futurista del Master Plan incluye un zoológico y por ese motivo representa al pasado; atrasa doscientos años respecto a las concepciones modernas sobre los derechos de los animales no humanos. En el anuncio inicial del Ecoparque no se hablaba de ningún zoológico, por dicha razón las ONGs animalistas lo llaman Ecofraude» finalizó Camps.