Caritas pintadas con colores y purpurina, cuerpos menudos portando estandartes y pancartas con demandas, propuestas y consignas escritas en cartulinas, guardapolvos blancos y risas sin dientes, fue el paisaje que tiñó la Plaza de Mayo el miércoles 4 de octubre, cuando 1500 pibes y pibas de distintas barriadas del Gran Buenos Aires y de esta Ciudad celebraron el Congreso por una niñez digna. Cerca del mediodía arrancaron este evento con actividades recreativas y luego, repartidos en comisiones, intercambiaron experiencias y debatieron propuestas.
A las 14, marcharon por Avenida de Mayo hacia el Congreso de la Nación donde cerraron este encuentro leyendo las conclusiones de este encuentro. Pibes y pibas fueron tomando la palabra exponiendo las críticas a las pésimas condiciones de salubridad en que desarrollan sus vidas por la basura, la contaminación, la falta de cloacas y agua potable, de asfalto: “Tenemos derecho a tener una casa linda, no queremos tener frío, queremos ir a escuela y que las aulas no se caigan”, expresaron. También expresaron su postura respecto a la falta de asistencia del Estado ante la problemática de la droga, denunciaron el vínculo de la policía con el narcotráfico y el constante hostigamiento que sufren a diario por parte de las fuerzas represivas. También, los pibes y las pibas demandaron trabajo para sus padres y denunciaron el trabajo infantil, entre otros reclamos. La Coordinadora de Estudiantes Secundarios, actualmente en lucha contra la reforma educativa llamada “escuela del futuro”, adhirió a todos y cada uno de estos reclamos.
Omar Giuliani del hogar Ruca Hueney, una de las organizaciones convocantes, expresó: “Venimos a reclamar políticas públicas para la niñez y a denunciar todo lo que no queremos, pero también a mostrar organización. Quizás no ablandemos los corazones perversos de los gobernantes pero (con nuestro trabajo) mostramos que es posible transformar la realidad de las pibas y pibes. Esto nos permite soñar con ese mundo posible y las chicas y los chicos les están diciendo al poder que no vamos a vivir de rodillas”.
“Necesitamos recorrer el país y gritar que el hambre es un crimen”, señaló Giulani, que convocó a todos los actores de la sociedad a acompañar estos reclamos.
La jornada finalizó con una batucada de los chicos y chicas de la Villa 20.