La malnutrición en niños, niñas y adolescentes que viven en barrios porteños en situación de alta vulnerabilidad aumentó del 47 por ciento al 56 por ciento en el segundo semestre de 2017, respecto al primer semestre del año. Estos datos se desprenden del Segundo Relevamiento de Situación Nutricional en la Ciudad, por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) y la organización social Barrios de Pie.
Este estudio fue presentado el martes 22 de mayo en el Consejo Económico y Social de Buenos Aires (CESBA), con la presencia de su presidente, Matías Tombolini, y la directora de Proyectos Especiales y Calidad Institucional, Laura Velasco. Los resultados del mismo, constituyen Indicador Barrial de Situación Nutricional de niños, niñas y adolescentes que viven en barrios vulnerables del distrito porteño.
El sondeo se realizó en niños, niñas y jóvenes que asisten a comedores y copas de leche, cuyos padres, en su mayoría, son beneficiarios de programas sociales. En esta oportunidad, fueron relevados 1.403 niños, niñas y adolescentes de 0 a 19 años. En relación al primer semestre de 2017, la cantidad de casos analizados aumentó un 78,7 por ciento, como consecuencia de una mayor concurrencia de las familias a estos espacios comunitarios. Se tomaron como indicadores de la malnutrición el bajo peso, el sobrepeso y la obesidad.
“Cuando analizamos la información relevada en este semestre y la relacionamos con los datos presentados en el primer semestre 2017, observamos que se produce un aumento de los valores de la malnutrición, pasando del 47% al 56% de los niños, niñas y adolescentes relevados, siendo el sobrepeso y la obesidad los indicadores que se incrementan”, se afirma en el estudio, que marca importantes valores de malnutrición en todos los grupos etarios estudiados: un 30 por ciento en lactantes de 0 a 2 años, un 56 por ciento en niños y niñas de 2 a 6 años, un 59 por ciento en el grupo que tiene entre 6 y 10 años y un 54 por ciento en el grupo de preadolescentes y adolescentes de 10 a 19 años.
El análisis mostró una alta prevalencia de la obesidad (29 por ciento) y el sobrepeso (26 por ciento) sobre el porcentaje de bajo peso, que solamente alcanza al 1 por ciento del total de los casos relevados.
En los lactantes, la presencia de sobrepeso (11 por ciento) y de obesidad (15 por ciento) es preocupante porque está comprobado que el aumento excesivo de masa grasa desde los primeros meses de vida predispone al sobrepeso y la obesidad en la infancia y la adolescencia.
“El precio de los alimentos se ha encarecido muchísimo y esto hace que las familias deban alimentarse en base a hidratos de carbono y, así, relegar el consumo de frutas, carnes y lácteos. La situación de malnutrición de nuestra infancia es una luz roja que no podemos dejar pasar por alto, ya que afecta la salud y también dificulta el aprendizaje escolar porque estos chicos y chicas llegan al colegio en condiciones de desventaja”, explica el informe.
Al respecto, Tombolini afirmó que “el encarecimiento de los alimentos y las malas condiciones socioeconómicas que atraviesan las familias relevadas les impiden, en muchos casos, alcanzar la canasta básica”. Y concluyó: “Ante esta situación, es muy importante la implementación de políticas públicas que garanticen su adecuada alimentación de los niños, niñas y adolescentes, para evitar graves complicaciones de salud a corto, mediano y largo plazo derivadas del sobrepeso y la obesidad producidas por la malnutrición infantil”.