viernes, noviembre 22

EL GRAN WALSH

El 8 de enero de 1927, nacía en Choel Choel, Río Negro, el escritor y periodista Rodolfo Walsh.
Descendiente de irlandeses, educado en colegio de católicos, Walsh, a través de la particular forma de narrar hechos policiales fue precursor del Nuevo Periodismo, lo que años más tarde se llamó «non ficción novel».  Sus crónicas noveladas  «Operación Masacre», «¿Quién mató a Rosendo?» y «El caso Satanovsky», imprimen un estilo inédito, hasta entonces,  en la literatura argentina, a partir del sentido humano que le otorga al relato.
Además de sus cuentos agrupados en «Diez cuentos policiales», «Variaciones en rojo», «Los oficios terrestres», «Un kilo de oro», «Un oscuro día de justicia», presentó en 1965 las piezas teatrales «La granada»  y «La batalla».
Fue colaborador de las revistas Leoplán, Vea y Lea, Panorama, Primera Plana, Semanario Villero, de las editoriales Hachette y Jorge Álvarez y los periódicos Mayoría y Noticias, creó y dirigió el semanario CGT y participó de la gestación y primeros pasos de la agencia Prensa Latina y, años más tarde de la clandestina ANCLA.
Su temprano compromiso político se evidenció en su paso por la Alianza Libertadora Nacionalista y, décadas más tarde, en su participación en la CGT de los Argentinos y su incorporación al grupo armado FAP y posteriormente a Montoneros.
El 25 de marzo de 1977 Rodolfo Walsh salía de la estación Entre Ríos de la línea E del subte y un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada lo acorraló a plena luz del día para secuestrarlo y aprehenderlo vivo en la esquina de San Juan y Entre Ríos. El periodista se resistió y fue herido de muerte. Su cuerpo fue llevado a la ESMA y aún permanece desaparecido. El día anterior había difundido la que sería su última palabra pública de resistencia: la Carta Abierta a la Junta Militar. Ya se había distanciado de la conducción de Montoneros, pues consideraba que las circunstancias imponían una política de repliegue que no significaba que debía abandonarse el trabajo de información a la gente. En esta línea de pensamiento es que debe leerse su Carta Abierta. Se cumplía un año del golpe del 24 de marzo de 1976 y Walsh envió por correo esta carta a las redacciones de los diarios locales que no la publicaron y a corresponsales de diarios extranjeros. Denunciaba los crímenes políticos de la dictadura y marcaba sus efectos devastadores en la economía y en la sociedad argentinas, enfatizando que la miseria de la gente provocada por el poder económico era la peor violación de los derechos humanos. Uno de los crímenes que denunciaba el ese valioso documento fueron los Vuelos de la Muerte, la metodología de exterminio de personas que adoptó el régimen militar en complicidad con la iglesia católica.

«Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después de que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas. Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, «con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles» según su autopsia. Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el lago San Roque (de Córdoba), acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron. Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo, y 17 en Lomas de Zamora. En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti…» denuncia Walsh en la Carta Abierta.

En el veredicto dictado en octubre de 2011 por el Tribunal Oral Nº 5, quedó probado que Walsh fue asesinado por el Grupo de Tareas (GT) 3.3.2. de la ESMA, un hecho por el que fueron condenados con la pena de prisión perpetua Alfredo Astiz, Roberto Cavallo y Jorge «El Tigre» Acosta. En el veredicto de la Megacausa Esma que tuvo sentencia definitiva el 29 de  noviembre de 2017, quedó probada la existencia de esta práctica de exterminio.

El 21 de marzo de 2013 la Legislatura porteña aprobó un proyecto para que la estación Entre Ríos de la línea E de subtes se denomine Entre Ríos-Rodolfo Walsh en su homenaje.

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