Como muchas instituciones y espacios culturales que en los últimos días lanzaron estrategias para seguir ofreciendo contenidos pese a las restricciones por el coronavirus, la Conabip puso en marcha una serie de propuestas entre las que se incluye la campaña #BibliotecaPopularEnCasa, una iniciativa de la que participan más de treinta narradores y que según la presidenta del organismo, María del Carmen Bianchi, «revela la solidaridad de nuestros escritores».
La campaña en la que personalidades de la cultura comparten y recomiendan diversas lecturas y alientan a quedarse en el hogar, fue un fenómeno desde su lanzamiento: arrancó con la participación de Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri y Gabriela Cabezón Cámara -los tres leyendo fragmentos de textos desde sus casas- y pronto se sumaron María Teresa Andruetto, Marcelo Figueras, Guillermo Martinez, Leo Oyola, Ana María Shua, Rep, Luciano Saracino, Julián López, Luis Avila, Enzo Maqueyra, Liliana Scliar, Maria Inés Krimer y Mario Mendez, entre otros.
“Está bueno que el Estado muestre su enorme capacidad de hacer las cosas y el enorme grado de vinculación con la sociedad civil en aquello que le toca, en nuestro caso los escritores, escritoras y las editoriales que están participando en ésta y en otras iniciativas de manera solidaria, comprometida”, considera Bianchi.
“Pensábamos a hacer la campaña con cuatro o cinco escritores que nos ayudarán a promover esto pero fueron tantos los interesados en participar que se convirtió en una campaña en toda la línea -explica la psicóloga y educadora-. La generosidad de nuestros escritores es tan grande que se sumaron más a la propuesta y en este momento tenemos cerca de 30 escritores, por lo que estamos publicando en las redes de Conabip a cuatro o cinco de ellos por día, dosificando su participación e invitando a quedarse en casa y a leer”.
“Lo que hicimos fue pedir a algunos escritores que nos ayudaran a difundir, como acompañamiento de este proceso de ‘quedarse en casa’, un área de cuentos para adultos y otra de cuentos para niños”, indica quien ya fue dos veces presidenta de Conabip (en 2003 y en 2011), además de trabajar para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En el portal del organismo hay también una sección titulada “Cuentos contados” donde hay historias relatadas por actores para niños y adultos, a los que se sumaron en estos días “nuevas incorporaciones de escritores que envían sus obras leídas por ellos mismos o por actores y cantantes».
“Pensamos que la lectura leída, la voz humana, es un gran acompañamiento para la gente que está en aislamiento, sola o mal acompañada -destaca Bianchi-. Pensamos que no es lo mismo que leer por sí mismos, ya que hay gente que no puede leer”.
«Por otro lado la voz humana tranquiliza, da compañía, nos hace reflexivos y por eso estamos impulsando mucho que se escuche, que nos escuchemos y que escuchemos al Presidente cuando nos recomienda que nos quedemos en casa”, acota.
La propuesta incluye obras para niños y adultos de autores nacionales e internacionales como Horacio Quiroga, Jean Brunhoff, Luis Pescetti, Elsa Bonerman, Maurice Sendak, María Teresa Andruetto, María Helena Walsh, Ana María Machado y muchos más, leídos e interpretados por las actrices Lola Berthet y Gimena Anganuzzi.
También están disponibles una serie de cuentos de Mempo Giardinelli, dos interpretados por el propio autor «El terfeloife» y «Tonada del bicharraco», uno leido por el actor Patricio Contreras y otro por la cantante Susana Rinaldi. Esta sección ya tiene disponibles las primeras emisiones infantiles, y en los próximos días incluirá contenidos para adultos.
También se encuentra a disposición de los lectores la colección de la Revista Bepé con entrevistas a personalidades de la cultura nacional, cuentos, arte, poesía y notas de interés general. Se pueden descargar los ejemplares o entrar a http://revistabepe.conabip.gob.ar.
Bianchi indicó que en referencia al programa Bibliomóviles, por el cual vehículos equipados como biblioteca circulante visitan distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, están reformulando sus actividades a partir de las restricciones por el coronavirus, “porque obviamente no pueden desarrollar el plan de lectura físico”.
«Se está evaluando sumar el bibliomóvil a la actividad de retiro de alimentos de las escuelas pero que la vez siga también distribuyendo lectura para niños y jóvenes, por lo menos una vez a la semana, haciendo préstamos a domicilio, tomando todos los resguardos sanitarios y con dotaciones mínimas, para que además ‘alimentemos el alma’.