Reparto a domicilio, el ejército de personas que salen a la calle para que el resto pueda cuidarse. Gracias a sus 60 mil repartidores que salen a la calle para que el resto pueda cuidarse, las plataformas de pedidos a domicilio y los servicios de mensajería cobraron protagonismo como consecuencia del aislamiento decretado por el Gobierno nacional para luchar contra el coronavirus.
«Los trabajadores no quieren ser héroes ni heroínas, lo que esperan de los usuarios es respeto y una buena propina», sentencia Juan Manuel Ottaviano, abogado laboralista y asesor de la Asociación de Personal de Plataformas, el primer sindicato de su tipo en la región.
Ottaviano sostiene que «los trabajadores de plataformas de envío están en una situación de riesgo, porque no tienen otra opción más que salir a trabajar. Si no trabajan, no cobran. No tienen licencias, ni ART, ni ingreso fijo. Esto se debe a que las plataformas no los reconocen como trabajadores».
La Asociación de Personal de Plataformas estima que entre 40 mil y 60 mil personas trabajan con esta modalidad aunque «no es posible dar una cifra fiable porque no están registrados».
Franco es trabajador independiente en la ciudad de Buenos Aires y hace mensajería con su moto: «El trabajó subió porque los locales cerraron, entonces todos los materiales que esos negocios producen y los clientes no pueden retirar ahora se envían a domicilio», explica.
Sebastián Castro, que hace más de un año trabaja en una conocida firma de comida y se dedica a entregar pedidos a domicilio, señaló que «los pedidos se duplicaron y en ocasiones se triplicaron desde que comenzó el aislamiento, aunque en muchos sectores los asaltantes aprovechan esa situación».
Si bien la remuneración no es importante porque no tienen sueldo y solo cobran una comisión por cada viaje más la propina, Castro no se queja ya que «al menos tenemos trabajo’, dice y recuerda que muchas actividades informales «están paradas».