sábado, noviembre 23

LA DOBLE OPRESIÓN DE LAS MUJERES AFRO

por María Alicia Alvado

El racismo que se expresa en el «negacionismo de la raíz africana en la identidad nacional», la «invisibilización», la «exotización», la discriminación laboral y la «criminalización» asumen formas particulares en las mujeres afrodescendientes, como la «hipersexualización» y la exigencia de responder a «cánones de belleza hegemónicos»,analizan diferentes activistas afrodescendientes al conmemorarse hoy el Día de la Mujer del Día Internacional de la Mujer Afro-latinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora.

«Es una doble opresión porque a nuestra vida se antepone el racismo y pararte en la vida como una mujer negra es resistir» en ambos sentidos, sostiene la artista plástica y periodista Maga Pérez (49). Integrante de la Asociación Misibamba de afrodescendientes del tronco colonial, Pérez rescata «la presencia y protagonismo de las mujeres negras en los movimientos de liberación», pero intenta, también, mostrar «su presente», en una apuesta por «modificar la forma tradicional de representarlas» cargada de «estereotipos».

«Hay un lenguaje que perpetúa prejuicios respecto de la comunidad afro, que en el caso de las mujeres nos ubican en un lugar de eterna servidumbre, de exotización de nuestro cuerpo y cultura; contribuyendo a un imaginario colectivo de cómo somos o deberíamos ser que nos impide un ejercicio pleno de derechos», dice.

Y la persistencia de esta concepción hace que «si la mujer afro canta, baila o corre está en el lugar correcto, pero si es académica, médica o policía la aceptación no es tan plena» y, «si está parada en una esquina, es una prostituta», señaló.

Además destaca «la criminalización de nuestro pelo afro desde el canon de belleza hegemónico» se sigue expresando en «microracismos» como «cuando te preguntan ‘¿por qué no te lo planchás?» sin tener en cuenta que «nuestro pelo es símbolo de resistencia y nos lo apropiamos como hicimos con la palabra negro».

Respecto del movimiento feminista al que pertenece, Pérez consideró que «aún está en construcción como movimiento diverso» y aseguró que «nuestra misión allí es la educación antirracista» porque «el feminismo será antirracista o no será».

Por su parte, la fundadora de la compañía «Teatro en Sepia» de actrices afrodescendientes, Alejandra Egido, destacó cómo la obra performática «Afrolatinoamericanas» estrenada por su compañía «Arte en Sepia» en 2010 fue efectiva en mostrar similitudes entre tiempos coloniales y actuales.

«Además de interpretar hechos históricos y poéticos, las actrices aparecían en videos contando su propia realidad y el tema recurrente era la dificultad para acceder a trabajos regularizados, por su color de piel», dijo esta directora teatral y dramaturga durante un webinar organizado por Grow Género y Trabajo.

Buenos Aires: La fundadora de la compañía "Teatro en Sepia" de actrices afrodescendientes, Alejandra Egido, destacó cómo la obra performática "Afrolatinoamericanas" estrenada por su compañía "Arte en Sepia" en 2010 fue efectiva en mostrar similitudes entre tiempos coloniales y actuales.
Foto: Gentileza Ignacio Lopez.

Su última puesta en escena «¿Cuánto cobrás?», busca incidir sobre la «identificación arbitraria entre migración y delincuencia», pero también cuestionar «la hipersexualización que padecemos las mujeres afros» que habilita a que «no se nos crea cuando hacemos una denuncia por una agresión sexual».

Una de las cosas que más le «preocupan» sobre las devoluciones del público tras las funciones es la imposibilidad de «salir de su asombro por ver actrices afroargentinas que no se murieron con la fiebre amarilla ni con la guerra del Paraguay» y reconocer la existencia de una «afroargentinidad» que ignoraban.

«Yo he oído de diferentes gobernantes contar la composición demográfica argentina partiendo sólo en los migrantes europeos del siglo XIX y suprimiendo tanto a las demás migraciones -la caboverdiana, afrolatinoamericana- como a los pueblos preexistentes a la conformación del estado nación -los pueblos originarios y la población afroargentina-; en un discurso excluyente y con tintes racistas», aseguró.

  Buenos Aires: La presidenta de la Asociación Misibamba de afroargentinos del tronco colonial María Elena Lamadrid, de 86 años, consideró que el racismo en Argentina "no es tan visible", pero existe y se expresa, por ejemplo, en que subsistan "actividades reservadas para personas blancas", a las que las personas afros no pueden acceder "aunque hayan estudiado".
Foto: Gustavo Amarelle – Télam

Por su parte, la presidenta de la Asociación Misibamba de afroargentinos del tronco colonial María Elena Lamadrid, de 86 años, consideró que el racismo en Argentina «no es tan visible», pero existe y se expresa, por ejemplo, en que subsistan «actividades reservadas para personas blancas», a las que las personas afros no pueden acceder «aunque hayan estudiado».

Descendiente en quinta generación de africanos esclavizados al servicio del militar del ejército sanmartiniano Francisco Aráoz de Lamadrid, María Elena se lamentó además de que «los afroargentinos natos» no tengan más cargos reservados en organismos públicos desde donde combatir su invisibilización histórica.

«A nosotros no nos exterminaron, aunque el color ya no sea negro y yo tenga hasta nietos blancos de cabello lacio, pero ellos saben que son hijos de negros, se sienten afrodescendientes y en las reuniones familiares les gusta cantar y bailar candombe», contó María Elena.

A su turno, la activista LGBTIQ+ y referenta del Movimiento Afrocultural Sandra Chagas destacó la invisibilización tanto del «genocidio esclavista», como de la participación de los africanos esclavizados en «la construcción del estado nación»; pero también el persistente «negacionismo» del «racismo estructural, institucional, sistemático» que hace que «nuestra palabra y nuestras cuerpos no estén, a pesar de que siempre fuimos la fuerza de trabajo detrás de la opulencia».

«Nosotros nacimos bajo el paraguas de un racismo que nos persigue día a día, cuando vamos a la escuela o al almacén, cuando cruzamos la frontera, cuando te piden tu DNI, cuando estamos paradas en una esquina y suponen que estamos ejerciendo la prostitución», dijo durante un vivo de Facebook.

«En todo momento nosotres tenemos que estar tratando de cuidar nuestras vidas sabiendo que personas racializadas son las que integran las cárceles», agregó esta activista afrocandombera, lesbiana y feminista.

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