“El 25 de mayo pasado se abrió un teatro en obra”, denuncian los trabajadores del Colón. En rigor de verdad, todavía no están listos los subsuelos, ni las plazas aledañas, ni la biblioteca, cuyos volúmenes hoy residen en un galpón. Desde el gobierno admiten “siempre estuvo claro que después del 25, el ritmo de obra iba a ser otro”.
En los últimos tiempos, teatro Colón es sinónimo de sumarios internos, reclamos gremiales, suspensiones, huelgas y juicios millonarios. Pero detrás de todo el conflicto entre los empleados y el director Pedro García Caffi existe también otra realidad: la lentitud con la que avanzan las obras de remodelación del principal escenario lírico del país.
“Siempre estuvo claro que después del 25 de mayo, el ritmo de obra iba a ser distinto”, reconocen desde el gobierno macrista. “La parte que no se ve, no se arregla. Los sótanos, por ejemplo, están inundados”, afirma el legislador Raúl Puy.
En el mes de enero, el escándalo de la empresa Patagonia Flooring & Decks (responsable de las obras en el piso) que regalaba partes del suelo original como souvenir, llegó a los medios y motivó un Pedido de Informes del Defensor del Pueblo Adjunto, Gerardo Gómez Coronado.
Gómez Coronado explicó que todavía no tuvo respuestas por el Pedido y precisó “Creo que está muy claro, que una vez que se inauguró, para el gobierno porteño dejó de ser prioridad el teatro”.
En rigor de verdad, todavía no están listos los subsuelos (conocidos como Bloque B) –en los que se deberían abrir salas de ensayo y talleres de vestuario y escenografía-, ni las plazas aledañas, ni la biblioteca.
Sobre este asunto, la responsable del área, Diana Fasoli, denunció que parte del material bibliográfico está alojado en un container ubicado en un galpón de ingreso al predio de los ex Talleres Lavardén y a riesgo de deteriorarse por completo. “Tres tomos de recortes periodísticos de los años 1928 y 1929 se destruyeron totalmente por acción de hongos, producto de la humedad, ya que el contenedor presentaba una rotura, suficiente para alterar el microclima y activar las esporas”, indicó.
En diciembre pasado, mientras en la Legislatura se sucedían las reuniones de Presupuesto, la diputada Gabriela Alegre le preguntó al ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, cuándo iba a empezar la construcción de los talleres de producción propia y si realmente se iban a ubicar dentro del teatro.
“El tema talleres no es un tema sobre el cual nosotros podemos expedirnos, porque toda la política de mudanza del teatro, desde los talleres externos al edificio, no lo manejamos. Nosotros manejamos un requerimiento; o sea, un plan de necesidades, que es el que vamos a consolidar”, respondió escuetamente el ministro.
Por las mejoras en los subsuelos, el presupuesto oficial es de 5.448.000 pesos y para realizar la obra compiten tres empresas: Emaco, Constructora Lanusse y Rol Ingeniería.
El Teatro Colón no está para nada terminado, faltan los talleres del subsuelo, el 3° y 4° piso están en obra, los trabajos terminados presentan serias deficiencias y la biblioteca, tras haber sido saqueada, duerme en los depósitos de una empresa de guarda de documentos”, denunció José Piazza, un delegado de ATE enfrentado a la gestión de García Caffi que hoy tiene la entrada prohibida, y finalizó: “Por más que nos digan, aquí hay una sola verdad: el 25 de mayo, Macri inauguró un teatro en obra”.