viernes, noviembre 22

AGONIZA EL POLO CIRCO A CINCO AÑOS DE SU ÚLTIMO FESTIVAL INTERNACIONAL

por Ornella Rapallini

A cinco años del último Festival Internacional de Circo de Buenos Aires, el Programa Polo Circo y sus icónicas carpas, que fueron escenario de espectáculos nacionales e internacionales, se deterioran hoy a la intemperie en un predio del barrio Parque Patricios por la falta de mantenimiento e inversión.

Desde el Ministerio de Cultura de la Ciudad confirmaron que el predio enrejado de aproximadamente 150 metros de largo sobre Av. Juan de Garay y 130 metros de ancho sobre Combate de los Pozos «no se está usando».

El Programa fue aprobado en 2009 con el objetivo de «promover y fomentar el desarrollo de las artes circenses» por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires bajo la órbita del Ministerio de Cultura y se ubicó en un terreno que ocupa parte del Parque Vuelta de Obligado, ubicado frente al hospital de pediatría Garrahan, que pertenece al Poder Judicial de la Nación, quien lo cedió a la Ciudad.

El Polo Circo se había impulsado con propuestas prometedoras para la comunidad circense, como convertir a «la Ciudad de Buenos Aires en pionera en el campo de la creación del arte del circo en el plano nacional e internacional», promover «la formación en artes del Circo», crear «el Festival Internacional de Circo de Buenos Aires» y ofrecer una «programación permanente».

Pero desde hace cinco años no ofrece Festivales Internacionales ni otra programación vinculada a este arte de manera sostenida.

Desde entonces, sólo se brindan talleres a distancia desde la Escuela de circo creada en 2017, que fue lo único que quedó en funcionamiento parcial, ya que actualmente trabaja con un contenido acotado de manera virtual por la pandemia.

Al respecto, desde el Ministerio de Cultura porteño respondieron que «mantienen el programa más allá del contexto de pandemia y cuando tengan que retomar harán los arreglos que sean necesarios».

Por su parte, la asociación civil Circo Abierto, que nuclea a artistas de circo de todo el país y posee personería en la Ciudad, señaló que «desde 2016 comenzó la etapa de decadencia del Polo circo», año que coincide con el último Festival internacional que se ofreció en la Ciudad.

«El predio del Polo está en disputa, es un terreno fiscal que está esperando que se caiga el comodato para lotearlo y realizar sus artilugios inmobiliarios», señaló a Paola Lalia, trapecista integrante desde 2014 de Circo Abierto, asociación civil que se conformó a partir del reclamo por las deficiencias de la gestión inicial del Polo.

«Y también hay una realidad de una desidia sobre ese predio. En realidad, el vencimiento era el año pasado pero por pandemia todo se prorrogó», completó la artista.

«El texto del Programa del Polo Circo es un sueño para la comunidad circense, pero en la actualidad no existe en el sector, desde antes de la pandemia», explicó Lalia.

«A partir de 2016 empezó la etapa de desidia», señala Néstor Martellini, artista con 25 años de experiencia en el rubro y presidente de Circo Abierto, «desde ahí se programaron cosas no vinculadas al circo, como un musical de Heidi, un musical de Manuelita, una Kermese de espacio de juegos y lo que sí se abrió, que no existía antes, es la escuela de circo para niños en 2017, pero con un alcance chico, con pocos docentes y un desaprovechamiento del espacio, porque funcionó en la marquesina en lugar de la carpa de circo principal. Ahí hubo falta de presupuesto y de mantenimiento».

Lalia, que actualmente también es Coordinadora del sector Circo en el Programa MICA del Ministerio de Cultura de la Nación, agregó que «la escuela del Polo Circo se abrió luego de las denuncias y reclamos que se realizaron desde Circo Abierto».

Sobre la escuela agregó que, cuando las clases se desarrollaban en las carpas, «tenía pocos recursos, baños químicos, no había agua y había faltantes que no hacían a la comodidad».

Con respecto a la escuela, la docente Lucila Rocca, que trabaja en el staff desde que se creó el espacio de formación, dijo: «Hasta 2019 hubo clases en el predio y, desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, la escuela brinda clases gratuitas de manera virtual», en las cuales se anotaron en 2021 «alrededor de 25 chicos».

Desde sus inicios, el Programa ilusionó a la comunidad circense con su propuesta, hasta que distintas agrupaciones y artistas independientes notaron en 2011 deficiencias en las gestiones y plantearon interrogantes y demandas.

Algunos reclamos fueron escuchados mediante presentaciones judiciales y otros continúan sin solución y sin respuesta.

«Lo que se ve es la falta de mantenimiento. Mientras no se usen habría que desarmar esas carpas, hacerles una limpieza, pintar los caños y guardarlas, que no creo que sea un presupuesto exorbitante, y volverlas a armar cuando se usen», aconsejó Martellini desde Circo Abierto.

«No hay intención de invertir en el Polo, a pesar de que, cuando se abrió este programa, se hizo una inversión importante y hay material guardado en las carpas. Eso se está deteriorando y es una pena porque es de todos», concluyó.

Entre los reclamos que llevó adelante Circo Abierto se encuentra la denuncia de falta de apertura de las convocatorias y difusión por parte del Polo en su etapa inicial, que se corrigió posteriormente; también sobre los criterios de selección acotados a «amiguismos» de parte de la Dirección original del Polo, la falta de inclusión en la programación de mayor cantidad y variedad de espectáculos y artistas nacionales, la apertura del predio para el entrenamiento, la práctica y el aprendizaje de artistas y espectáculos independientes, la repetición de los elencos que, según aseguran, «respondía en parte a intereses privados de la Dirección».

«A partir de un pedido de informe de Circo Abierto a través de la Comisión de Justicia de la Legislatura, en 2017 se realizó una auditoría en el predio sobre la gestión del año anterior y la respuesta fue ‘estamos trabajando en la formación’ y abrieron la Escuela del Polo Circo, pero la parte de Festivales y de creación nunca más la reactivaron», contó Lalia.

El informe realizado por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires sobre el período 2016 del Polo Circo señaló en primer lugar «la carencia de documentación legal que acredite la formalización de la cesión de ocupación y uso del predio en el que se emplazan las estructuras del Polo».

Además, al igual que Circo Abierto, detalló que «no se exponen los criterios que determinan las selecciones de las ofertas adjudicadas ni en un informe de evaluación las ofertas recibidas, ni en el acto administrativo que aprueba el pago al proveedor» y que «se evidencia una escasa rotación de proveedores» lo que deriva en que «los servicios sean prestados reiteradamente por las mismas empresas».

Ante la consulta, el Ministerio de Cultura de la Ciudad sólo respondió sobre las acciones de la cartera hacia el fomento cultural durante el período de pandemia y dijo que en 2020 «a través de Impulso Cultural, que recibió un refuerzo del 40 por ciento en todas sus líneas y se buscó darle apoyo a este sector».

«De los proyectos seleccionados en la convocatoria 2020 de Mecenazgo -indicó la cartera-, 35 fueron de la disciplina Circo, mímica y afines con un presupuesto de $18.694.500. También pudieron inscribirse al Fondo en líneas como creación. Durante estos meses, además, brindamos asistencia por medio de la entrega de 100 bolsones a distintos artistas del mundo del Circo en articulación con Circo Abierto».

La actual «Gerenta Operativa de Programación y Eventos» de la ciudad de Buenos Aires, de donde depende el Polo Circo, María Magdalena Pérez, atendió a la consulta  pero no respondió al respecto debido a que «fue designada recientemente y de forma transitoria en el cargo».

«Está el predio, hubo una gestión, lo que hace falta es voluntad política y un presupuesto para ampliar eso. Reflotar el Festival sería una genialidad, porque da prestigio y se puede recuperar parte de la inversión», dice Martellini de Circo Abierto.

«Somos muchos y generamos muy buenos espectáculos y casi no hay espacios oficiales para presentarlos, ni para entrenar o gestionar una escuela de circo», concluyó el artista.

Fuente: Télam

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