Con la premisa de que el arte es una potente herramienta para sensibilizar y poner en foco la realidad, dos muestras itinerantes que se exhiben en simultáneo abordan la problemática del femicidio a través del registro artístico y documental: «El cuarto de Lucía» en la Manzana de las Luces recrea la habitación de la adolescente Lucía Pérez, asesinada en Mar del Plata en 2016; y «Atravesadxs», en el Museo Evita y en el Centro Cultural Mercado de Avellaneda, reúne imágenes y testimonios de familiares de víctimas de femicidio, travesticidios y transfemicidios.
Según el último informe del Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano que dirige la Asociación Civil La Casa del Encuentro, entre enero y julio de este año hubo 155 femicidios, 9 transfemicidios y 13 femicidios vinculados de varones. Es decir, cada 30 horas, una víctima por violencia de género en todo el país. Frente a esta urgente situación ¿el arte puede funcionar como puente para prevenir, concientizar y transitar la conmoción social que deja cada muerte? ¿Qué potencia tiene el testimonio, el relato, la imagen, la representación física de la ausencia, para exigir un nunca más, un ni una menos?
Aunque pasaron seis años de la multitudinaria marcha contra la violencia de género, que significó un hito en la visibilización de una problemática que afecta a toda la sociedad y un emergente popular que se moviliza año a año, la cantidad de femicidios y transfemicidios no baja. Lo dicen en las calles: para erradicar la violencia machista hay que poner en marcha una trasformación integral que incluye también dar vuelta el paradigma cultural, desnaturalizar la violencia cotidiana, eliminar las desigualdades de género, reflexionar sobre las prácticas machistas que intervienen en la cotidianidad de cualquier espacio, público o privado.
En eso la dimensión artística, visual o sonora tiene mucho para iluminar: así lo reconocen las dos muestras que se inauguran casi de manera simultánea por estos días. Mientras «El cuarto de Lucía», que abre mañana en la Manzana de las Luces, interpela desde la reconstrucción del espacio privado de Lucía Pérez; la muestra «Atravesadxs», en exhibición desde el lunes el Centro Cultural Mercado de Avellaneda, posa su atención en el testimonio de distintos familiares de víctimas de femicidios a partir de retratos y textos.
«El cuarto de Lucía»: transformar el dolor en mensaje de prevención
Luego de su paso por dos ciudades bonaerenses, la instalación que recrea el cuarto de la adolescente asesinada en Mar del Plata el 8 de octubre de 2016, llega mañana a la Manzana de las Luces con la curaduría de su mamá, Marta Montero, y de la periodista Claudia Acuña. La intervención va acompañada de un ciclo de arte contra las violencias que acerca talleres, música, lecturas, rondas de pensamiento colectivo y testimonios de familias víctimas de femicidios, con la intención de generar un espacio íntimo para la reflexión y prevención de la problemática.
En diálogo con Télam, Acuña, cuenta que la instalación «nace de la desesperación» porque «la preocupación de todas las familias es, siempre, cómo prevenir los femicidios» y «para esta familia, la de Lucía, la necesidad de poner o de crear herramientas viene fundamentalmente de la intervención que puede tener la cultura y la educación».
La instalación, que primero recaló en la rambla de Mar del Plata el día que Lucía hubiese cumplido 21 años y luego itineró al Museo Pettoruti de La Plata, reproduce la habitación de la joven de 16 años, cuyo caso todavía sigue impune para la justicia, a pesar de las resonancias de la historia, que agitó movilizaciones y fue detonante del primer Paro de Mujeres. A través de la reconstrucción del cuarto de la joven, se espeja la ausencia, dado que el dormitorio se reproduce con la fresca cotidianidad de una adolescente: las zapatillas desordenadas, la luz prendida, la cama sin hacer.
Desde su génesis, la instalación buscó «traer al espacio público ese pedazo de vida que le arrancaron a esa familia, visibilizar esa ausencia y poner esa reflexión acerca de lo que significa», argumenta Acuña, quien señala que «una característica común que notamos es que todas las familias tienen intacto el cuarto de las hijas asesinadas. Con todo lo que eso significa: lavar las sábanas, volver a ponerlas, dejarlas exactamente igual a como estaban en el momento que esa vida se fue», explica Acuña.
¿Qué potencia tiene el arte para prevenir, visibilizar, concientizar? «El arte es la herramienta estratégica para compartir la violencia: a la violencia se la combate con belleza. Y de lo que se trata es de cambiar un paradigma cultural, como es la violencia hacia las mujeres, trans y personas que no representan lo que el modelo cultural consagró como sexo dominante», sostiene la periodista.
Como parte de la muestra, además de la instalación se desarrolla un ciclo de arte contras violencias con la intención de «encontrar un espacio para pensar juntes qué formas tenemos de evitarlas». «Hay voluntad de cambio en la sociedad pero hay una necesidad de ver cómo conversar porque el silencio es otra de las cadenas que nos atan», dice.
Esa necesidad del encuentro y la escucha quedó plasmada en las primeras dos escalas de esta iniciativa: «La gente vino a hablar y a ser escuchada y eso es muy interesante porque hoy no hay donde hablar colectivamente lo que significa y cómo impacta un femicidio en cada persona», señala Acuña.
De esas experiencias, salieron muchas conversaciones, duelos colectivos, espacios para compartir y poder reflexionar sobre estas violencias que afectan a mujeres y diversidades: «Todo femicidio es una herida social y esa herida hay que tratarla en el diálogo comunitario, esto es lo que piden las familias, que no sigamos como si nada cuando se produce un femicidio», indica.
En este marco, el próximo domingo, el Día de las Infancias, se realizará una actividad de acción poética contra la violencia femicida en la Plaza de Mayo y una ronda para pensar en conjunto sobre infancias y violencias. La jornada cerrará con una lectura a cargo del grupo Piel de Lava y música de la artista Susy Shock.
«El cuarto de Lucía» se puede visitar hasta el próximo 10 de septiembre de 12 a 19 en el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces, ubicado en Perú 294, Ciudad de Buenos Aires. La programación de actividades está disponible en el siguiente link: manzanadelasluces.cultura.gob.ar.
«Atravesadxs»: el testimonio como batalla
Con ese título, que incluye y al mismo tiempo se vuelve incapaz de ser pronunciado, la fotógrafa y artista visual Eleonora Ghioldi desarrolló un proyecto documental que reúne imágenes y testimonios de familiares de víctimas de femicidio, travesticidios y transfemicidios, a partir de una investigación que hace foco en la dimensión social del problema de la violencia y escucha las voces de quienes hacen del dolor una lucha colectiva por un nunca más.
Tras su inauguración en el Museo Evita -hasta el 3 de septiembre se pueden seguir viendo las imágenes en la fachada-, «Atravesadxs» llega el próximo lunes al Centro Cultural Mercado de Avellaneda, con 16 gigantografía de dos metros de altura, acompañadas por un código QR que linkea al testimonio oral o escrito de familiares de víctimas de femicidio y da acceso a la muestra virtual donde están todos los testimonios.
En opinión de la fotógrafa «estos testimonios hablan de un momento triste y trágico pero también hablan mucho de la forma de organización para continuar con la lucha» porque «en general estas familias se agrupan: se ayudan, se pasan información, se acompañan para navegar el sistema de Justicia».
Así, en estas voces que Ghioldi fue encontrando se tejen los testimonios de las familias de Pilar Riesco, Adriana Marisel Zambrano, Laura Rivero, Alicia Vallejos, Claudia Salgán, Viviana Giménez, Vanesa Bulacio, Carla Puertas, Paula Melendez, Luna Ortiz, Laura Iglesias, Melisa Kumber, Natalia Coronel, Emilce Ayala, Antonela Osorio, Romina Ruiz Díaz, Erica Quinteros, Karen López, entre otras.
La fotógrafa, que comparte su trabajo a través de las redes (@muestraguerreras), comenzó esta exploración artística sobre la violencia máxima, que es el asesinato, y en este caso por cuestiones de género, luego de su proyecto «Guerreras». Sin acercarse a ninguna organización en particular y gracias al boca en boca, la vinculación de Ghioldi con distintos familiares se fue dando como una red porque «todos están conectados».
Con este trabajo no sólo visibiliza una problemática también construye una memoria dolorosa pero necesaria. Por eso, su conclusión es que «las reflexiones no son individuales sino colectivas, las producen ‘todes juntes’ cuando hablamos del tema y con el trabajo de todas las organizaciones, porque hay gente que lucha día a día para que esto se termine».
«Atravesadxs» se puede visitar desde el próximo lunes con entrada libre y gratuita de 10 a 18 en el Centro Cultural Mercado, Colón 450, Avellaneda.