“La Madonnita”, el clásico de Mauricio Kartun, vuelve a escena al cumplirse casi 20 años de su estreno bajo la dirección de Malena Miramontes Boim. Esta nueva versión propone una mirada desde el presente y en clave tragicómica, y se podrá ver desde este domingo a las 19.30 en Itaca Complejo Teatral, del barrio porteño de Almagro.
La puesta, protagonizada por Natalia Pascale, Darío Serantes y Rubén Parisi, «oscilará entre la risa y la conmoción dentro de un universo poético convocante”, relata Miramontes Boim, dado que transcurre a principios del siglo XX en un altillo caluroso de Parque Lezama, donde un hombre saca fotos a su mujer y luego las comercializa entre la clase trabajadora inmigrante.
“Esta versión tiene como objetivo hacer de una historia dramática, una tragicomedia y tiene como misión volver objeto risible, todo aquello que nos conmociona. En este sentido, desde la dirección y puesta en escena, tomé mucho de la teoría de Herni Bergson y su libro ‘La risa´ en el que el autor concluye que probablemente la comedia sea la forma más cercana al realismo”, indicó la directora
“Por eso, en esta versión de ‘La Madonnita’ buscamos destacar el humor ya impreso en el texto de Kartun a través de un código de actuación más bien grotesco –continuó-. El relato es digno de un drama, pero el tránsito por su trama no. Por momentos los personajes se verán ridiculizados con distintos elementos escénicos a través de los cuales la expresión de su desolación se volverá caricatura”.
Mauricio Kartun describió a la pieza como una posible indagación sobre “la fantasía de mantener inalterable una imagen transmitida a la cabeza del amante. Perfecta. Sin el deterioro del tiempo ni la vulgaridad cotidiana de la relación. La carne deseada mantenida lejos de su propia carne, olvidando, claro, que la carne duele”.
“La Madonnita” explora la complejidad de la psicología humana y sus vínculos, contando una historia de amor que pone en primer plano al escurridizo objeto de deseo, como herramienta fundamental para poder sobrevivir en un mundo hostil.
«La idea original de hacer esta obra surgió de los actores que fueron quienes me convocaron para dirigirla. En su momento me resultó una invitación muy atractiva y ahora que ya la obra está por lanzarse lo creo con más razón. En primer lugar, por ser un clásico de uno de los referentes del teatro argentino más importantes que tenemos y también por la exquisitez del texto y el universo poético que evoca», explica Miramontes Boin y destaca. «El hecho de que “La Madonnita” vuelva a estar en cartel después de casi 20 años de su primer estreno es una apuesta doble, porque la idiosincrasia social y cultural ha cambiado desde entonces y seguro resultará muy atrayente descubrir qué pasará con este nuevo público que venga a ver la obra».
Consultada sobre la vigencia de la pieza, la directora apunta: «Las temáticas abordadas son las que dan vigencia a la obra y las que la vuelven un clásico. El tratamiento del objeto de deseo, el despertar sexual, las pasiones al servicio del accionar de los personajes, la preocupación por el porvenir, la mujer y un techo de cristal, la masculinidad puesta en juego. Esta pieza reúne en un altillo de principios de siglo XX en Parque Lezama un entramado dramático tejido por mentiras, propuestas y apuestas. En todo su recorrido los temas mencionados avanzan en un proceso que interpela al espectador».
«En este sentido -añade- la trama se ubica en un contexto de época que, en una primera instancia, parece lejano pero que luego el público irá percibiendo como cercano cuando vea reflejada allí problemáticas que siguen vigentes al día de hoy, sólo que con un tratamiento emparentado con el grotesco desde la composición».