Familiares y amigos de las dos jóvenes asesinadas a puñaladas por Mariano Alejandro Bonetto en 2016, mientras festejaban un cumpleaños en una plaza del barrio de La Boca, exigieron frente a los tribunales porteños que se envíe a una «cárcel común» al acusado, recientemente declarado inimputable y enviado a un hospital neuropsiquiátrico.
El acto realizado esta mañana consistió en una intervención artística para reclamar justicia para Nuria Couto (18) y Natalia Grenbenshicova (15), cuyo asesino, Mariano Alejandro Bonetto (34), veterinario cordobés condenado a prisión perpetua por este doble crimen fue beneficiado hace dos semanas por un fallo de la Sala III de la Cámara Nacional de Casación.
«Pedimos que vuelva a la cárcel. La decisión nos tomó de sorpresa porque lo hicieron a escondidas ya que no nos dejaron participar de la audiencia», señaló Anna Rodionova, madre de Natalia, que Ana Valverde, madre de Nuria, amigas y amigos de las jóvenes asesinadas participaron del evento con banderas que pintaron frente al Palacio de Tribunales exigiendo «cárcel común» para Bonetto y «Justicia para Pat y Nuria».
El pasado 2 de junio, los los jueces Héctor Magariños y Alberto Huarte Petite anularon la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 22 del 13 de septiembre de 2018 cuando lo condenaron a la pena máxima. De esta manera, Bonetto quedó a disposición del Juzgado Civil 25, que dispuso que sea trasladado al hospital Borda.
Para declararlo inimputable, Magariños resaltó «el informe elaborado por la junta médica integrada por profesionales del Cuerpo Médico Forense, de la defensa y de las partes querellantes» que, por «unanimidad», concluyó que la afección padecida por el acusado era un cuadro psicótico compatible con síndrome delirante crónico, el cual se corresponde con una alteración morbosa de sus facultades mentales. Según los especialistas, eso «le ha impedido en el momento del hecho comprender las características del acto y la dirección de sus acciones».
«El tribunal oral, en su fallo mayoritario optó, en lugar de realizar una valoración estrictamente jurídica, por inmiscuirse en un inidóneo intento de cuestionar, desde la perspectiva médicopsiquiátrica y psicológica, lo sostenido por los distintos profesionales especializados intervinientes en el caso», aseguró en su voto, al que adhirió su colega Huarte Petite.
Por ello, Casación ordenó que Bonetto «quede a disposición inmediata del juez civil al cual por orden de turno corresponda conocer, a fin de que teniendo en cuenta las consideraciones médicas obrantes en el proceso relativas a la existencia de un riesgo cierto e inminente tanto para él como para terceros, resuelva en punto al mantenimiento de la actual internación compulsiva, así como con relación al tratamiento terapéutico que deba serle suministrado».
El hecho se registró el 11 de octubre de 2016 alrededor de las 16, cuando Nuria y Natalia salieron de la Escuela Superior de Bellas Artes Manuel Belgrano, donde la mayor era egresada y empleada y la menor cursaba tercer año. Las dos amigas se dirigieron junto con otros jóvenes al Parque Irala, a unas dos cuadras del estadio del club Boca Juniors, para tomar mate y festejar el cumpleaños de uno de ellos. Los jóvenes cantaban y tocaban la guitarra cuando se les acercó Bonetto, quien se sentó junto a ellos y entabló conversación. De repente, el imputado se abalanzó sobre Nuria y la apuñaló 17 veces con una navaja.
Mientras un amigo de la joven, Martín Ranrock, comenzó a gritar pidiendo ayuda, Bonetto también intentó apuñalarlo y comenzó a perseguirlo, pero luego cambió de objetivo y tomó por la espalda a Natalia, quien se encontraba cerca de una fuente que tiene la plaza, y le asestó cuatro puñaladas en distintas partes del cuerpo.
Los ataques fueron presenciados por diversos testigos, algunos de los cuales asistieron a las víctimas y llamaron al SAME, mientras que otros corrieron tras el imputado -quien siempre exhibía el arma blanca- hasta que lograron rodearlo y reducirlo. Cuando la multitud se dispersó, Bonetto tenía clavada su propia navaja en la cabeza y presentaba una lesión de arma blanca en el tórax.
Tras la agresión, una pareja que se encontraba en el lugar trasladó a Nuria y a su amigo al Hospital Argerich, mientras que Natalia fue llevada hasta el mismo centro asistencial por el SAME. Pese a los esfuerzos médicos, Couto murió el 5 de noviembre, mientras que el deceso de Grebenshchikova se registró el 24 de ese mismo mes.
A sólo dos meses del doble crimen, en diciembre del 2016, la jueza de instrucción Wilma López también había considerado a Bonetto «inimputable», lo sobreseyó y ordenó su internación durante 25 años en el Prisma. Sin embargo, en enero del 2017 la Cámara del Crimen revocó la medida en un fallo en el que tuvo en cuenta una carta manuscrita del sospechoso en la que admitió su culpa y afirmó: «Soy víctima de mi propia mentira». En septiembre del 2018, el TOC 22 lo condenó a la pena de prisión perpetua y lo envió a un penal a cumplir su condena.