Sobre el escenario del Café Berlín, el músico y compositor León Gieco comandó anoche la escucha en vivo de “El hombrecito del mar”, el álbum con el que viernes interrumpirá un silencio discográfico de 11 años.
En el nuevo repertorio luce intacta su estirpe de trovador urgente y comprometido con las causas sociales y políticas sobre un impecable entramado sonoro urdido por Luis Gurevich, con el aporte en producción desde Los Ángeles de Gustavo Borner y un elenco internacional de instrumentistas de alto vuelo que grabó a distancia en tiempos de pandemia de coronavirus.
Vinnie Colaiuta en batería, Leland Sklar en bajo, Dean Parks en guitarras, Luis Conte en percusión, Jerry Douglas en dobro y Michael Thompson y los productores Borner y Gurevich en teclados, conforman el notable elenco.
Además, del registro participaron Lila Downs (en «Soles y flores»), Roger Waters, la voz de Víctor Jara y al cello de Jacques Morelenbaum (en «Gira gira girasol»), Emma Shaplin (en «Las ausencias»), Ligia Piro, Carlos Núñez y el coro de niños La Salle de Córdoba (en «Dios naturaleza»), y Silvio Rodríguez, la murga Agarrate Catalina y Lula Bertoldi (en «Sueño con serpientes»).
La nómina se amplía con la fadista portuguesa Sara Correia, su grupo y el bandoneonista Martín Sued (en «Estuche», con letra de la pareja de León, Alicia Scherman), Gustavo Santaoalla (en “La amistad”), el artista mexicano Sergio Arau (en “Alimentación.com”), Claudia Puyó (“Todo se quema”), Hilda Lizarazu («Mis heridas curé») y el grupo de cuerdas Aqualáctica (“El final”), entre más.
“Fue un proceso increíble en el que se grabó todo por Zoom salvo las voces que hicimos en el campo con sonidos de teros aunque a algunos les corté el rostro”, comentó Gieco, feliz y entre risas.
El creador, de 71 años, reveló que el título de la placa (y también su portada que se conoció en la presentación que reunió a amistades y algo de prensa) surgió de un comentario de su nieto Oliver al ver la escultura «Reconstrucción del retrato de Pablo Míguez», de Claudia Fontes, que integra el Parque de la Memoria.
La minuciosa escucha con su anecdotario que León fue repasando junto al periodista Marcelo Fernández Bittar a la vez que respondía preguntas, sirvió para confirmar que la vuelta a bateas no se replicará fácilmente en los escenarios porque, explicó, “no voy a salir a tocar porque tengo que hacer mucha foniatría”, aunque también añadió que le rehúye a los viajes en avión por temor a cruzarse con “los odiadores”.
A pesar de esa dolencia en la garganta, Gieco cerró la extensa velada tocando (a guitarra y armónica) y cantando “El orgullo” (que pone broche al listado de 13 temas y donde se asume en la piel de una niña trans, un niño qom, Fernando Noy y un hijo apropiado por la dictadura cívico-militar) y “Días peligrosos” (uno de los dos bonus track -el otro es “La balsa que yo soñé”, dedicado a Litto Nebbia- que se agregarán a la edición en vinilo de la placa).
Y capaz de seguir mirando hacia adelante y sin importar la extensa pausa entre “El desembarco” (2011) y el material por venir, aseguró que trabaja junto a Gurevich en nuevo repertorio que incluirá canciones de homenaje a Mercedes Sosa y Sara Correia (cuyos textos leyó), otra titulada “Democracia” en colaboración con Teresa Parodi, la “Baguala para la Argentina” que supo componer con Chabuca Granda y “Mamá Coca” sobre el expresidente boliviano Evo Morales, entre otras.
Foto/Fuente: Télam