jueves, septiembre 19

RATIFICAN EL VETO A LA LEY DE MOVILIDAD JUBILATARIA

El Congreso de la Nación Argentina fue escenario de intensas protestas y un paro nacional de 24 horas liderado por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), marcando un punto de inflexión en la relación entre el gobierno y los trabajadores, especialmente en el contexto de la movilidad jubilatoria.

El detonante de las manifestaciones fue la ratificación del veto presidencial al aumento del haber previsional, una medida que ha generado un profundo malestar entre los jubilados y los trabajadores del sector público. Según Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE Nacional, este veto representa «el inicio del derrumbe del Gobierno de Milei», enfatizando la indignación por lo que considera una condena a los jubilados a seguir sufriendo carencias extremas.

La jornada no estuvo exenta de conflictividad, con incidentes de represión fuera del Congreso que han exacerbado aún más los ánimos. Aguiar no dudó en criticar la gestión actual, acusando al gobierno de sembrar violencia y prediciendo que esta estrategia solo cosechará más discordia social. La promesa de seguir con medidas de fuerza durante septiembre resalta la determinación del sindicato de ATE de no ceder en sus reclamos.

ATE no solo apunta al veto presidencial como su principal preocupación, sino que también denuncia un intento de congelar los salarios en el sector público y alerta sobre posibles despidos masivos en el horizonte. Las manifestaciones no se limitaron a Buenos Aires; se extendieron por todo el país, subrayando un descontento nacional con las políticas gubernamentales actuales.

En un llamado claro y contundente, el sindicato insta a exponer a los legisladores que respaldaron el veto de Javier Milei, acusándolos de desatender las necesidades básicas de los jubilados y de los trabajadores. Este movimiento se presenta como un frente unido contra lo que consideran una amenaza de privatización del sistema previsional argentino, reviviendo temores históricos sobre el retorno de las AFJP y el manejo irresponsable de los fondos de pensiones.

El conflicto entre ATE y el gobierno refleja tensiones profundas en la sociedad argentina, exacerbadas por decisiones políticas que afectan directamente la calidad de vida de los ciudadanos más vulnerables. A medida que las protestas continúan y las negociaciones parecen estancarse, queda claro que el camino hacia una resolución pacífica y equitativa será difícil pero necesario para restaurar la confianza y el bienestar social.

En resumen, las protestas de ATE marcan un capítulo crucial en la lucha por los derechos laborales y la seguridad social en Argentina, con repercusiones que podrían resonar a lo largo del tiempo y definir el curso del gobierno de Milei en los próximos meses.

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