«En tiempos de decisiones políticas trascendentales para los trabajadores y jubilados, un dicho popular cobra una relevancia ineludible: ‘No le pidas peras al olmo’. Esta frase, que encapsula una verdad profunda, se hace eco en la realidad política y legislativa que enfrentamos hoy en día», comienza exponiendo el comunicado de esta semana de la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilados y Pensionados.
En este sentido, sostienen que al ser testigos recientes de decisiones políticas significativas que afectan directamente los derechos laborales y jubilatorios de millones de personas, como lo fueron los vetos presidenciales a la ley de Movilidad Jubilatoria y a la ley de Financiamiento Universitario, ratificados y respaldados por legisladores de la derecha, ultraderecha y otros sectores políticos cuyos intereses «no siempre coinciden con los de los trabajadores que dicen representar», se encuentran ante un escenario que revela una verdad incómoda pero esencial: «los enemigos de los trabajadores difícilmente legislarán en su favor».
«Más aún -añaden-, el poder económico, tanto nacional como transnacional, encuentra sus gerentes y defensores en aquellos que ocupan cargos de decisión política».
En síntesis, sostienen que «La lealtad y aplicación hacia estos intereses han sido evidentes en cada voto y en cada posición tomada en las cámaras legislativas».
Para los integrantes de este colectivo es crucial entender que las decisiones políticas no son simplemente eventos distantes que ocurren en las esferas del poder; impactan directamente en la vida y la dignidad de quienes trabajan y han trabajado por años, así como en aquellos que dependen de las pensiones para su sustento diario. La aprobación de leyes como la Ley de Bases, con sus disposiciones que otorgan poderes excepcionales, y propuestas de reformas laborales que amenazan con debilitar aún más al sindicalismo, subrayan la urgencia de la organización y la movilización.
En este contexto, las acciones de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la República Argentina son un faro de resistencia y unidad. Su compromiso con la lucha por los derechos de los trabajadores y jubilados es un ejemplo de cómo la organización puede ser un contrapeso efectivo ante decisiones gubernamentales y legislativas que amenazan con perpetuar desigualdades y vulnerabilidades.
«El futuro de nuestros derechos no está completamente en manos de los políticos y legisladores, sino en la capacidad de los trabajadores y jubilados de organizarse, movilizarse y defender sus intereses de manera colectiva», apuntan y apelan a que la unidad entre las diferentes organizaciones sindicales y de jubilados es fundamental para enfrentar los desafíos presentes y futuros que puedan surgir en el camino hacia la justicia social y laboral.
En conclusión, mientras la política y la economía sigan interconectadas en formas complejas y a menudo opacas, la claridad sobre quiénes defienden verdaderamente los intereses de los trabajadores será crucial. La solidaridad y la acción colectiva son nuestras herramientas más poderosas para construir un futuro donde los derechos laborales y jubilatorios sean respetados y fortalecidos, no erosionados por intereses ajenos a los de la mayoría trabajadora.
«El desafío está claro: continuar la lucha por un sistema que reconozca y valore el trabajo y la dignidad de todos y cada uno de los trabajadores y jubilados de nuestro país», sintetizan.