Bajo la consigna «NADA PARA FESTEJAR Y NADA CON QUÉ FESTEJAR», la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilad@s y Pensionad@s convocó este lunes a celebrar un brindis con Pan y Agua en Plaza de Mayo y en todas las plazas del país como manifestación de repudio a la política de ajuste que el Gobierno nacional viene aplicando a este sector de la sociedad. Esta movilización, por lo tanto, no es solo un acto de protesta, sino un grito por visibilizar la realidad que muchos prefieren ignorar.
«La realidad es que, a pesar de haber trabajado toda una vida, muchos jubilad@s se encuentran en situaciones que les impiden llevar una vida digna. Las políticas del Gobierno actual, en lugar de promover el bienestar, parecen diseñadas para minimizar las esperanzas y maximizar la desesperación», señalan desde la Mesa, desde donde sostienen que se trata de una lucha por la dignidad y los derechos de los trabajadores y trabajadoras que ha tomado muchas formas a lo largo de la historia, pero pocas son tan emblemáticas como la presencia ininterrumpida de jubilados y jubiladas frente al Congreso de la Nación Argentina durante más de 1700 miércoles.
Este compromiso constante es un claro ejemplo de la coherencia y la determinación de quienes, a pesar de haber dejado atrás su vida laboral, siguen en pie de lucha por un futuro mejor para todos. Este fin de año, en un contexto de creciente preocupación y descontento, los jubilados se encuentran en la primera línea contra un gobierno cuya agenda parece planear la pobreza de las clases trabajadoras.
La administración del presidente Javier Milei ha suscitado un intenso debate en la sociedad argentina. Su enfoque radical y las políticas económicas impulsadas han puesto en el centro de la escena a los sectores más vulnerables, siendo los jubilados uno de los grupos más afectados. A medida que se implementan recortes en prestaciones y aumentan los precios de los medicamentos, los jubilados sienten directamente el peso de estas decisiones. «¿Qué se puede esperar de alguien que defiende prácticas tan extremas como la venta de órganos o de hijos?», se pregunta este colectivo de jubilad@s y pensionad@s. Que califica como una aberración haber negado a millones de jubilados, un aumento necesario para sus precarios haberes».
Esta falta de empatía y la desconexión con las realidades cotidianas de la población no son solo números en una hoja de balance; son vidas desgastadas que dependen de esos pequeños aumentos para sobrevivir día a día. «En este sentido, Milei parece ignorar por completo las necesidades de componentes vitales de la sociedad, mientras favorece el libre aumento de precios para laboratorios farmacéuticos, contribuyendo a la exclusión y marginalización de los jubilados», apuntan.
En su búsqueda por consolidar lo que se ha denominado «autoritarismo”, Milei ha hecho cambios alarmantes en la estructura del Estado. Como por ejemplo haber otorgado recientemente a las Fuerzas Armadas facultades que atentan contra la Ley de Defensa Nacional y la de Seguridad Interior, lo que significa un refuerzo de la represión estatal. Esto no solo socava la ya limitada democracia argentina, sino que también endosa un clima de temor y censura hacia quienes se atreven a cuestionar las políticas gubernamentales.
«La represión de la oposición pacífica es un camino que ha sido recorrido en la historia de muchos países, y lamentablemente, Argentina parece estar volviendo a ese sendero. En este contexto, la respuesta de los jubilados y jubiladas es no solo necesaria, sino vital para la salud de la democracia en el país», sostienen los representantes de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, al tiempo que vuelven a hacer un llamado a la unidad de trabajadores, sindicatos, organizaciones sociales y a toda la población para hacer frente a estos ataques sistemáticos contra los derechos ciudadanos.
Convocar al pueblo a unirse en la Plaza de Mayo y en otras plazas del país es un llamado a la solidaridad. Se trata de recordar que la lucha de los jubilados es, en última instancia, una lucha colectiva. Si bien pueden ser los jubilados quienes estén en el foco, las decisiones del gobierno afectan a todos los sectores de la sociedad. El principio de que una sociedad se mide por la manera en que trata a sus miembros más vulnerables nunca ha sido tan relevante como en este momento. Cada voz en la Plaza de Mayo será un recordatorio del poder que tiene la comunidad unida.
El final de año es un tiempo de reflexión, y este año, la realidad es difícil de digerir. Los desafíos son grandes, pero la historia ha demostrado que la resistencia es una fuerza poderosa. Si hay algo que los jubilados han demostrado a través de su persistencia en la lucha, es que la dignidad y la justicia social no son solo ideales lejanos, sino derechos fundamentales que deben ser defendidos y reivindicados en el espacio público.