miércoles, enero 8

OTRA VÍCTIMA DE ALVEAR

por Gabriel Luna

¿Fue un accidente o un incidente fatal? No lo sabemos. La cuestión es que ni bien empezado el año, este 1º de enero del 2025, un auto nissan negro atropelló a una pareja de turistas en la bifurcación de la avenida Libertador frente al monumento de Alvear. No es la primera vez que ocurre. Yo diría que además de la tragedia particular el episodio es un símbolo, que tiene que ver con nuestra historia y con la configuración especial de las calles de esta Ciudad.

Las callecitas de Buenos Aires tienen un no sé qué, ¿viste?, además de evocar al tango; están diciéndonos algo y si uno sabe interpretarlas conforman un mapa histórico muy esencial de los argentinos. Un ejemplo es la avenida Libertador, que evoca con su nombre las guerras de la emancipación y atraviesa rodeando el monumento de los españoles cerca de un rosedal, donde estuvo la quinta de Rosas, un prócer del federalismo.
La avenida del Libertador general don José de San Martín, uno de los héroes junto con Belgrano de las guerras de la Independencia que sucedieron a principios del siglo XIX, atraviesa -como decía- el enorme monumento de los españoles (de quienes nos emancipamos), pasa frente a la embajada de los estadounidenses (de quienes no nos emancipamos) y transcurre entre los edificios más suntuosos de la Ciudad, pertenecientes a empresarios, políticos y militares. Gente en su mayor parte corrupta, no proclive a la emancipación y más bien alineada con los intereses foráneos. La avenida pasa frente a plaza Alemania, donde los nazis solían festejar los cumpleaños de Hitler, pasa por un edificio de Fortabat, la familia dueña de una empresa monopólica extractiva; pasa a la altura de la calle Salguero, por un edificio donde vivía el ex dictador militar Lanusse, por otro donde vivía el empresario político Macri; por otro a la altura de la calle San Martín de Tours, donde vive el periodista populista y millonario Morales; por otro a la altura de la calle Ocampo donde todavía vive el economista Cavallo que impuso el neoliberalismo en el país (es decir, la entrega del país a las corporaciones); pasa por varios edificios donde viven los ceos de las distintas corporaciones a las que no les importa el país sino los propios beneficios… Y más allá, está la embajada española, lindando con una réplica de la casa que San Martín exiliado ocupó en Francia hasta su muerte, y después hay un palacio de una familia terrateniente ahora convertido en Museo de Arte Decorativo, y después otra plaza donde hay una estatua exultante de Evita que parece huir del lugar, del predio donde murió, hoy ocupado por la Biblioteca Nacional; y después hay otra plaza presidida por la suntuosa embajada inglesa, muy cerca de la estatua ecuestre del “prócer” unitario y decimonónico Bartolomé Mitre quien precisamente y a pesar de San Martín entregó el país a la industria inglesa. Transcurre la avenida emancipatoria (aunque ya sea sólo por el nombre) entre el Museo de Bellas Artes y otra plaza. La plaza llamada Francia, también dedicada a una potencia imperialista y colonizadora. Surge una pregunta respecto al nombre de la avenida y sus inmediaciones. ¿Qué pasó entonces con aquella corriente emancipadora de San Martín, Moreno, Belgrano, Güemes y tantos otros, que fundara este país libre y soberano a principios del siglo XIX?

Bueno, como decía antes, las callecitas de Buenos Aires cuentan la Historia y explican. Llegado a un punto, la avenida del Libertador (o de la emancipación) se enfrenta a una estatua ecuestre de un “prócer” decimonónico y unitario que también entregó el país buscando un beneficio propio: Carlos María Alvear.
Y a partir de este enfrentamiento, entre la entrega y la emancipación, la Historia y la avenida sufren una bifurcación.
La avenida se divide en dos: a la derecha, rodeando la estatua de Alvear y tomando su nombre se convierte en una calle elegante que transcurre entre árboles frondosos y palacios franceses levantados por los terratenientes colonizados, y a la izquierda se convierte en una gran avenida democrática, que transcurre entre edificios altos, vías de tren, villas de emergencia, estaciones, metrobus, la Plaza de Mayo, que evoca la protesta emancipadora.
Y la Historia del país, también como la avenida, se divide entre dos corrientes enfrentadas: los unitarios (a la derecha), aquellos criollos que operan desde Buenos Aires para atender los intereses de los imperios; y los federales (a la izquierda), aquellos criollos que siguiendo la línea de la emancipación operan para atender los intereses del país y todas sus provincias.

Hubo guerras y muchísima gente cayó a los pies de los Alvear, Mitre, Sarmiento, Rivadavia y otros unitarios, que tras la independencia del Imperio español querían la dependencia del Imperio inglés.
Pero volviendo a la mañana del 1º de enero del 2025. Patricia Scheuer, una ex actriz de telenovelas y publicidad devenida en empresaria gastronómica transita muy rápidamente con su auto Nissan negro por avenida Libertador y llega a la bifurcación de Alvear. Está por doblar a la izquierda y tomar la vía federal, pero cambia de rumbo, ella quiere ir a la derecha con los unitarios, a los palacios y las calles frondosas, siente que pertenece a allí, y dobla bruscamente. Pierde el control, la conciencia de la situación, de su circunstancia. Y dos personas quedan tendidas en las escalinatas del monumento, una muerta y otra malherida, bajo los pies de Alvear.
Las conclusiones sobre la velocidad en las avenidas, los cambios, el atropello, los rastros de la Historia en las calles, las guerras y la política nacional actual, quedan a cargo de los lectores.

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