«El nuevo año ha comenzado y, con él, se presentan nuevos desafíos y preocupaciones en el horizonte argentino, particularmente para uno de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad: los jubilados», comienza diciendo el comunicado de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubiladxs y Pensionadxs de Argentina. Donde también expone que, «si bien algunos podrían haber esperado un cambio positivo con la llegada del gobierno de Javier Milei, lo cierto es que, contrariamente a las expectativas, muchas de las políticas que afectan adversamente a los jubiladxs siguen en pie, y en muchos casos, han sido intensificadas».
Esta aseveración se da en un contexto donde la economía argentina atraviesa tiempos difíciles, y a pesar de la aparente relajación que un dólar artificialmente barato podría ofrecer a ciertos sectores, la realidad es mucho más compleja. Los despidos en el ámbito estatal nacional y en el sector privado se han convertido en una triste constante, dirigidos por la incapacidad de muchas empresas para competir con productos importados, muchos de ellos profundamente subsidiados y, en algunos casos, objetos de dumping. Esta situación recuerda a periodos oscuros de nuestra historia reciente, durante la dictadura y el menemismo, donde las políticas liberales llevaron al país a crisis devastadoras. Las consecuencias de esas decisiones, a menudo con nombre y apellido de sufrimiento humano, aún marcan a fuego el presente argentino.
Uno de los puntos más preocupantes de la actual gestión de Gobierno es el esfuerzo deliberado por dividir a los jubilados en categorías: los dignos y los indignos. «Esta estrategia es doblemente dañina, ya que no solo fragmenta la solidaridad entre los jubilados, sino que también ignora la realidad de muchos que, víctimas de ajustes económicos y maniobras de empleadores—incluido el propio Estado—no han podido jubilarse conforme a los lineamientos estipulados. Muchos se han visto obligados a acogerse a moratorias, convirtiéndose en blanco de un discurso que los deslegitima y les resta dignidad», afirma el escrito de la Mesa y añade que, «por si fuera poco, no sólo un sector del Gobierno está detrás de estas políticas desoladoras; se suma la oposición «dialoguista» compuesta por fuerzas como el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, entre otros, que se alinean con la agenda anti-trabajadores en aras de satisfacer a sus poderosos mandantes: el poder económico nacional y las corporaciones transnacionales».
«Juntos, parecieran conformar un pacto tácito para continuar atacando a la clase trabajadora, despojando de derechos a los jubilados», afirman, y apuntan que, «ante el actual contexto adverso, es crucial que los jubilados y jubiladas de Argentina, junto a los trabajadores activos, mantengan la unidad y la lucha en primera línea».
Desde la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, reiteran el llamado a no mantener una postura pasiva ante el despojo y el dolor que han comenzado a experimentar, y aseguran que la historia ya ha demostrado que la lucha colectiva es capaz de frenar políticas injustas y aberrantes. En este sentido, analizan que la situación que enfrentan no es solo una cuestión de derechos previsionales, sino una lucha integral por la justicia social. «Es vital que todos los sectores de la sociedad se sumen a este esfuerzo. La resistencia necesita fortalecerse, y eso solo se logrará si los jubilados y trabajadores activos construyen frentes comunes. Enfocarnos en nuestras demandas, organizar movilizaciones y establecer diálogos con otros sectores sociales será fundamental para enfrentar las adversidades», aseguran.
A manera de reflexión final expresan que, «En la medida en que avanza en este nuevo año, los jubiladxs y pensionadxs enfrentamos tormentas políticas y económicas que se ciernen sobre nosotros». Ante lo cual rectifican su convicción de no perder de vista la fortaleza como colectivo, dado que, de por sí, la historia de Argentina está repleta de luchas y victorias logradas a partir de la unidad y la resistencia.