jueves, marzo 6

MIÉRCOLES DE JUBILAD@S

El último miércoles de febrero, la Plaza del Congreso se convirtió en un escenario de resistencia y dignidad, donde jubilados y jubiladas, acompañados por diversos sectores de la sociedad, alzaron sus voces para exigir sus derechos. La convocatoria, liderada por la Mesa Coordinadora de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, buscó llamar la atención sobre la urgencia de la prórroga de la moratoria previsional, un reclamo que, en medio de una crisis económica y social, cobra vida y validez en el corazón de quienes han dedicado sus vidas al trabajo.

A pesar de la trascendencia de esta manifestación, los medios de comunicación corporativos optaron por ignorar el evento, minimizando su importancia y ocultando una realidad palpable: la lucha por derechos que parecen desvanecerse en el aire político. En la plaza, la diversidad de organizaciones de trabajadores presentes dio cuenta del descontento generalizado ante las políticas del gobierno de Javier Milei, conocido no solo por su postura anti-claustro, sino por implementar medidas que han acentuado la precarización laboral y el empobrecimiento de amplios sectores de la población.

«Desde la convocatoria, la tensión se palpó en el ambiente. Convocamos a la ciudadanía a escuchar nuestros reclamos, pero el gobierno, en un gesto que reflejó su temor ante la movilización social, dispuso el despliegue de cientos de efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, apoyados por agentes de la Policía de la Ciudad. Este cerco policial, más que disuadir a los manifestantes, incrementó su determinación de hacer oír sus voces. Sin embargo, el costo de dicha resistencia fue alto: varios compañeros y compañeras fueron agredidos, gaseados e incluso detenidos, actos que revelan la respuesta sistemática de un gobierno que busca reprimir las voces de quienes reclaman sus derechos», sentencia el comunicado de esta semana de la Mesa Coordinadora.

«Esta represión, parte de un patrón más amplio de comportamiento del actual gobierno, no es sino una táctica de disciplinamiento social. Al aumentar las tarifas de servicios públicos y desregular la economía, Javier Milei y su administración están sembrando el descontento y, al mismo tiempo, justificando la eliminación de derechos laborales en nombre de un crecimiento cuyo único beneficiario parece ser el poder económico nacional y transnacional. El resultado de todo esto es una nación que se enfrenta al aumento de la desocupación, la miseria y, más doloroso aún, el hambre que acecha a muchas familias», agrega.

La premisa de los jubilados que convocaron a la manifestación es clara: seguir luchando por sus derechos en el marco de la lucha de toda la clase trabajadora. Aseguran que este llamado a la unidad es crucial en un contexto donde el individualismo y la fragmentación social buscan debilitar a los movimientos de base. «Hoy más que nunca, el acompañamiento de otros sectores es fundamental; nuestra lucha es interseccional, y cada reclamo, cada voz que se suma refuerza la posibilidad de un futuro más justo».

«Las peticiones planteadas en la plaza fueron contundentes y directas. Exigimos la prórroga de la moratoria previsional, un aumento de emergencia del haber mínimo que se equipare con el monto de la canasta del adulto mayor, según lo calculado por la Defensoría de la Tercera Edad de CABA, y que todos los medicamentos sean cubiertos al 100% por el PAMI», argumentan, al tiempo que explican que no se trata de meras exigencias, sino de derechos que deben ser garantizados a quienes han trabajado toda su vida y que ahora, en su jubilación, se ven enfrentados a la incertidumbre y la precariedad.

La lucha por estos derechos no es solo una defensa del pasado; es una construcción de futuro. La potencia de la acción unitaria en la plaza nos recuerda que somos parte de un todo, donde la justicia social es una meta compartida. «Mientras el ruido de la represión busca ahogar nuestras voces, el eco de la lucha colectiva resuena con más fuerza. Este acontecimiento, más allá de ser ignorado por muchos, se convierte en un hito que demuestra que, a pesar de las adversidades, la lucha por justicia y dignidad sigue viva».

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