lunes, noviembre 25

ABANDONO DEL PATRIMONIO

Dos esculturas que durante décadas caracterizaron plazas de Buenos Aires están desde hace años prisioneras del abandono en un predio de la ciudad, sin novedad sobre la supuesta restauración para las que fueron retiradas, denunció una asociación defensora del patrimonio público porteño.

Se trata del Tótem que definía la originalidad de la plaza Canadá, en Retiro, donación del gobierno de ese país; y de las cinco figuras de bronce que izaban la bandera en la plaza Colombia, según precisó la asociación Proteger Barracas.

Ambas están hoy en el suelo y a la intemperie en un predio de la Dirección General de Monumentos y Obras de Arte del Gobierno de la Ciudad, en Palermo, lindante con el Jardín Japonés, como prueba con fotos en su blog la asociación vecinal.

El grupo del Monumento del Izamiento de la Bandera está formado por cinco figuras de bronce, de una tonelada cada una, obra del escultor Julio César Vergottini; el Tótem, tiene 21,5 metros de alto, está hecho en madera canadiense y pesa cuatro toneladas.

«Esto empezó hace dos años cuando se decidió remodelar la plaza Colombia y se retiró la escultura con la intención de restaurarla», explicó, sobre primer caso, el defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad, Gerardo Martínez Coronado.

La desaparición tuvo lugar durante la remodelación de la plaza Colombia, que integra el área de protección histórica «Ámbito oratorio Santa Felicitas», porque frente al paseo, calle Isabel la Católica de por medio, está la histórica iglesia, muy visitada por turistas.

La situación motivó también la intervención de la legisladora María Elena Naddeo, quien recordó la inquietud vecinal cuando se hizo la remodelación, con una sensibilidad acorde con el valor histórico del lugar.

«Muchos vecinos expresaron su preocupación y exigieron que la obra no modificara los trazados y pisos de los senderos originales, las especies arbóreas, los materiales de las veredas y los monumentos existentes», dijo Naddeo.

Los vecinos de Proteger Barracas, alarmados por la demora de la supuesta restauración, reclamaron sin éxito ante la Dirección de Monumentos, localizaron las esculturas ante el temor de que hubieran sido vendidas, y acudieron a la Defensoría.

«Lo que está mal es la ineficiencia y la falta de respuesta, ya que el monumento es un emblema del barrio, porque estaba instalado allí desde 1940. Creemos que amerita por lo menos la confección de un sumario interno», dijo el defensor adjunto.

Proteger Barracas asegura que «las esculturas están dañadas especialmente en la parte inferior, donde se encuentran los anclajes, los que las mantienen afirmadas a la base».

Aclara asimismo que la Dirección de Monumentos «no puede repararlas y debe averiguar presupuestos de artistas aptos», pero «primero se retiró la obra y luego comenzó a considerarse qué hacer con ella, sus costos y eventuales contratistas».

Sin embargo, la entidad vecinal sostiene que esa repartición «no contaría con partida presupuestaria para llevar a cabo esa tarea».

Similar destino le tocó al Tótem, una escultura representativa de las culturas precolombinas norteamericanas, que estuvo 44 años en el centro de la plaza Canadá, haciendo contraste con la aristocrática presencia de la Torre Monumental, popularmente «de los Ingleses», en la plaza vecina.

La obra fue segmentada en varias partes para reponer la madera con la que fue elaborada, para lo cual funcionarios del gobierno porteño viajaron a América del Norte.

La escultura fue motivo de inspiración del escritor Jorge Luis Borges de su libro Atlas, escrito hace 22 años, donde realzaba el valor de las culturas que representa su colorida y vertical presencia en Retiro.

El Tótem «yace ahora en el agua en el MOA (Dirección de Monumentos) junto a los titanes de Vergottini», acusó Proteger Barracas.

«Ha pasado tiempo prudencial para que el monumento regrese a su sitio, o al menos para que los vecinos tengamos una explicación oficial acerca de los trabajos previstos y sus cronogramas», añadió en defensor. Martínez Coronado asoció la situación con la del Monumento a la Cordialidad, del Parque Lezama, donado por el gobierno del Uruguay, «que desde hace cinco años es motivo de reclamos de parte de los concurrentes al parque, que protestan por su urgente restauración dado su avanzado estado de deterioro».

1 Comentario

  • tito acuña

    estan destruyendo el patrimonio cultural de los barrios lo que sucedio en la plaza colombia es el colmo de la dedesidia del gobierno de la ciudad que depreda lo publico

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