Ocho derrumbes se registraron desde 2009 en la Ciudad de Buenos Aires -tres de ellos a lo largo de este mismo año-, dejando un luctuoso saldo de 10 muertos y 42 heridos, además de millonarias pérdidas materiales.
El 16 de diciembre de 2009, en el barrio de Villa Crespo, un hombre murió y otro sufrió heridas al derrumbarse la losa de una antigua vivienda que era refaccionada en la avenida Córdoba al 4100, casi esquina Pringles.
En Villa Urquiza, en Mendoza al 5000, el 9 de agosto de 2010, se derrumbó un gimnasio cuando una excavadora que trabajaba en una obra lindera afectó los cimientos del edificio, causando su derrumbe.
En este hecho, murieron tres personas y 11 resultaron heridas. La pericia de los Bomberos determinó que no se habían tomado las medidas adecuadas en la obra lindera, y que el Gobierno de la Ciudad falló en los controles.
Durante el mismo año, el 10 de septiembre, dos personas murieron y 25 sufrieron heridas, en el boliche Beara, cuando se desmoronó un entrepiso, que luego resultó no estar habilitado para que fuera parte del local.
El primero de octubre de 2011, un joven obrero de 23 años, de nacionalidad paraguaya, falleció cuando se derrumbó el techo de una obra en construcción en avenida Directorio 428, en el barrio de Caballito.
La obra había sido denunciada por la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina), debido a incumplimientos en las normas de seguridad.
Por otra parte, en la calle Bartolomé Mitre al 1200, se desplomó un edificio de diez pisos, después de generarse una falla causada por una excavadora que trabajaba en una obra vecina, allí falleció Isidoro Madueña. El cuerpo sin vida del hombre de 74 años que vivía en el 3º “B” del inmueble, fue encontrado una semana después del derrumbe, luego que su hijo iniciara una intensa campaña para frenar la demolición total de inmueble.
En el transcurso de este año, ya son tres los derrumbres registrados, uno en el mes de mayo y dos ayer.
El 29 de mayo, una obra en construcción ubicada en Emilio Mitre al 600, se prdujo un derrumbre que causó la muerte de un obrero y múltiples heridas a otros cinco que trabajaban allí, en ese momento, los vecinos denunciaron falta de controles.
El viernes por la mañana, el joven abogado Octavio Pérez Galimberti, murió cuando se quiso proteger de la tormenta bajo un edificio que pertenecía a la sede de la Obra Social del Personal de Sociedad de Autores y Afines (OSPESA), ubicado en Lavalle al 1500.
Horas más tarde, los cimientos de un edificio que comenzaba a construirse, hicieron ceder a una vereda de Cerviño y Sinclair, en Palermo, y no hubo heridos pero se debió evacuar a toda la cuadra por una fuga de gas.
Sinclair y Cerviño
Hasta el sábado al mediodía, los vecinos de la calle Sinclair al 3000, en el barrio porteño de Palermo, no pudieron volver a sus casas, tras ser evacuados por el derrumbe y hundimiento de calzada que se produjo el viernes a las 21 en en Sinclair y Cerviño, cuando cedió la tierra de un pozo de grandes dimensiones donde se estaba construyendo un edificio con cocheras subterráneas. El hecho, que sucedió en medio de la lluvia, no produjo heridos porque no había gente trabajando en ese momento ni ningún transeúnte pasaba por el lugar.
«Parecía una película, yo estaba acá cuando pasó, la vereda, el cartel que cubría el frente de la obra y los árboles todo se vino abajo, y al rato hubo un olor impresionante a gas que no se podía estar y por eso nos evacuaron enseguida», contó Oscar, el encargado de uno de los edificios de la cuadra.
Oscar, como todos los evacuados, se fueron a casas de amigos o familiares, y hoy muchos intentaron volver, «pero no dejan entrar, sólo podemos pasar para sacar ropa, cosas personales. A mí me dejaron entrar porque soy encargado y la gente del edificio me llama para ver si pueden volver y yo les digo que no, que no se sabe nada».
«Nos dijeron -añadió- que en dos o tres horas se va a saber si se puede volver».
Mientras tanto, personal del Emergencias del gobierno porteño, Bomberos y la empresa Metrogas realizaban trabajos en el lugar para reparar el caño averiado y ver el estado de la obra. Fuentes de la empresa Metrogas indicaron que el servicio se fue restableciendo de a poco, tras la autorización de los bomberos y señalaron que en el caso de los vecinos que aún les falte gas, el servicio les será devuelto en las próximas horas, cuando los encargados del operativo de emergencia lo autoricen.
Vecinos del lugar denunciaron falta de control y criticaron las condiciones en que se trabajaba en la obra desde hace seis meses.
Susana, vecina del lugar, dijo que realizaron reclamos «al Gobierno de la Ciudad, y ni contestaron».
«Hace seis meses que estamos con este problema, a toda hora estaban los camiones, no tenían horario, hacían lo que querían, no había ningún tipo de control, hasta que tanto los denunciamos que vino el patrullero varias veces», continuó la vecina, una de las propietarias del edificio ubicado frente al derrumbe.
La mujer dijo que elevó «la queja al gobierno porque esto era una locura y además no se puede hacer un edificio tan grande, de cinco subsuelos y 23 pisos en una zona tan complicada como ésta». También añadió que «en el edificio de al lado también se quejaron y juntaron firmas».
A su vez, otro vecino aseguró que «pusieron unos caños que salen por Cerviño, que están desaguando desde hace meses, sale agua todo el tiempo».