Paralelamente a la noticia de un nuevo caso de femicidio en nuestro país, más precisamente en la provincia de Chaco, en manos de un violador excarcelado con el beneficio de «libertad condicional», hace apenas veinticinco días. Ayer martes, la comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados postergó para la próxima semana el análisis del proyecto de ley devuelto por el Senado que modifica el Código Penal al imponer penas de reclusión perpetua a los responsables del delito de femicidio.
El presidente de la comisión, Oscar Albrieu (Frente para la Victoria-Rio Negro) propuso que en lugar de debatir ayer, como estaba previsto originalmente, se realice una reunión conjunta el próximo martes con la otra comisión que debe estudiar el tema, la de Familia.
Según anticiparon los diputados que integran la comisión de Legislación Penal, la mayoría de los bloques insistirán con el texto votado en abril por Diputados, por lo que rechazarán las modificaciones efectuadas hace 20 días por el Senado.
El miércoles 3 de octubre, la Cámara de Senadores de la Nación aprobó, por unanimidad, la ley que modifica el Código Penal e impone penas de reclusión perpetua a los hombres que asesinen a mujeres o a personas que se consideran a sí mismas con identidad de género femenino.
El proyecto es una modificación de una norma ya sancionada por los diputados por lo que, al ser aprobada en el Senado con modificaciones, deberá regresar a la Cámara baja para su sanción definitiva. La norma incorpora un nuevo artículo al Código Penal, el 80 bis, que establece expresamente un castigo importante para los hombres que asesinen mujeres.
El artículo propone que se imponga prisión perpetua al hombre que “matare a una mujer o a una persona que se autoperciba con identidad de género femenino y mediare violencia de género”.
La iniciativa también modifica el artículo 80 del Código Penal que es el que impone “reclusión perpetua o prisión perpetua al que matare a su ascendiente, descendiente o cónyuge”. La redacción aprobada hoy también incluye a los ex cónyuges, a los convivientes y a los ex convivientes entre las víctimas.
Además, se incorpora el inciso 4 a la norma que incluye, como agravantes, el asesinato cometido por placer, codicia, odio racial y religioso; y también por odio a la orientación sexual, a la identidad de género o a su expresión.
Asimismo, se incluye el inciso 11 al artículo 80 del Código Penal como otro agravante al que cometiera el homicidio “con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación” de pareja.
El articulado suma un párrafo para incluir las “circunstancias extraordinarias de atenuación” del femicidio según las cuales el juez podrá aplicar prisión o reclusión de ocho a veinticinco años.
Sin embargo, esos atenuantes no podrán ser aplicados a quienes anteriormente hubieran realizado actos de violencia contra la mujer víctima, contra otra mujer o contra una persona que se autoperciba con identidad de género femenino.
El presidente de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado, Pedro Guastavino, dijo que “un caso típico” de femicidio es el de Wanda Taddei, la joven asesinada por su marido, el ex baterista de la banda de rock Callejeros, Ariez Vázquez.
En ese sentido, Guastavino argumentó que “creemos que es importante el aporte legislativo, pero debemos estar acompañados por el Poder Judicial».
A su turno, la salteña Sonia Escudero dijo que en la Argentina “las mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujeres”.
“Este año dos mujeres cada tres días fueron asesinadas por violencia de género. En siete de cada diez casos, el agresor fue su marido o su ex pareja”, puntualizó la legisladora.
El radical Gerardo Morales anunció el apoyo del proyecto y dijo que la norma aprobada esta noche “tiene que ver con lograr visibilidad para sacar de la neutralidad este tipo de delitos”.
La presidenta de la Comisión Banca de la Mujer, la kirchnerista sanjuanina Marina Riofrío, dijo que el proyecto aprobado esta noche “lo que aporta es a la conceptualización social de algo que está muy mal”.
“El femicidio es un crimen de poder. De sujeción a un poder. La violencia extrema lleva a esto”, enfatizó la senadora.