El barrio Piedrabuena, alberga desde hace más de 30 años a unas 16 mil personas en Villa Lugano, que viven en condiciones habitacionales deplorables. Hace seis años se produjo una explosión en un local comercial debido a un escape de gas, y afectó a todo el edificio. Ahora peligra la planta baja, “la pared está sostenida desde ese entonces con tres palos de madera”, denuncia Mercedes Cuenca, vecina que hace nueve años vive allí.
En 2005 la Legislatura porteña sancionó la Ley de Emergencia edilicia en el barrio Piedrabuena, y luego de diversos reclamos de cumplimiento, las refacciones que se han hecho presentan graves falencias. Los vecinos destacaron que los problemas del complejo presenta humedad en las paredes, filtraciones, tanques de agua contaminados porque hay grietas que no se arreglan o ascensores que paran cada cinco pisos en edificios de doce plantas, entre otras problemáticas.
Dora Morales, quien vive en el lugar desde hace 33 años, explicó que «hay un incumplimiento de obras por parte del Gobierno de la Ciudad bajo el argumento que no cuentan con el dinero». La vecina contó que algunos de los habitantes del complejo presentaron un amparo luego de haber ganado un juicio contra el gobierno porteño debido a que el barrio no tuvo final de obra y las escrituras fueron hechas igualmente.
La legisladora por el Frente Progresista Popular Estela Naddeo, quien se acercó al lugar a constatar el estado de las instalaciones, sostuvo que «también es necesario trasladar el centro de Salud del barrio, ya que es un lugar muy pequeño, los consultorios están hacinados y con problemas permanentes de goteras».
«Desde hace cinco años hay un proyecto para trasladarlo a otro predio, pero está parado porque el Gobierno de la Ciudad no empuja la nueva construcción, y además hay familias que se han instalado allí», denunció la legisladora.
Naddeo además criticó que «en el Instituto de Vivienda de la Ciudad tienen registradas una cantidad de obras como si estuviesen terminadas, pero en realidad no están hechas, están en construcción o están mal realizadas».
«Si las empresas han cobrado y no hicieron las obras quiere decir que hay malversación porque no hay supervisión; pero si las empresas no cobraron quiere decir que hay incumplimiento por parte del Gobierno de la Ciudad», finalizó la diputada.