El primer aparato de daguerrotipos en llegar a Buenos Aires fue traído por Gregorio Ibarra, un federal amigo de Rosas que poseía la Librería y Litografía Argentina.
En junio de 1843 aparecen en La Gaceta Mercantil los primeros avisos en los que Ibarra y John Elliot ofrecen, por separado, sus servicios para realizar daguerrotipos (producciones fotográficas). El aviso de Ibarra explica cómo se produce el daguerrotipo «en el corto espacio de algunos minutos fija sobre una lámina de plata la imagen de cualquier objeto», y ofrece sus servicios para reproducir «retratos, vistas y planos». El aviso de Elliot, publicado el 24 de octubre de 1843, dice «por corto tiempo continuará sacando retratos. Que se pueden comparar con cualquiera hecho en otros lugares del mundo, que están a la vista en sus salones».
Elliot fue el primer profesional que trabajó en Buenos Aires y realizó en ella centenares de daguerrotipos. Además de Gregorio Ibarra y John Elliot hubo luego en Buenos Aires otros daguerrotipistas como John A. Bennet, cuyo anuncio en La Gaceta Mercantil es del 21 de junio de 1845, Thomas C. Helsby que comenzó su actividad ese mismo año y Adolfo Alexander que llegó a Valparaíso en 1851 y abrió un estudio en Mendoza en 1855.