Unos 168 millones de niños en todo el mundo se ven obligados a trabajar, la mitad de ellos en condiciones que ponen en riesgo su salud o seguridad, según un informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El informe establece que Asia y el Pacífico son las zonas en las que más trabajo infantil se registra. Pero el mayor porcentaje de niños se encuentra en el Africa subsahariana, con uno de cada cinco.
En Asia-Pacífico hay 77,7 millones de niños trabajadores de entre 5 y 17 años, un 9,3 por ciento del total. En tanto, en el Africa subsahariana son 59 millones, un 21,4%; en Latinoamérica y el Caribe 12,5 millones (8,8%) y en Cercano Oriente y el norte de Africa, 9,2 millones (8,4%).
La OIT destaca que «se trata del 11 por ciento de los niños del mundo» y que la mitad de esos niños «trabaja en condiciones que ponen en peligro su salud o su seguridad, como pueden ser empleos en los que se utiliza material peligroso, nocturnos o de explotación sexual». Pero la organización también recuerda que «las cifras se redujeron respecto a los últimos años».
Desde que la OIT comenzó a recopilar datos, en 2000, el número de niños trabajadores se redujo en un tercio. En comparación con ese año, en 2012 hubo casi 78 millones menos de niños trabajadores. La reducción fue especialmente drástica en lo que se refiere a las niñas, con un 40 por ciento menos, mientras que en los niños la cifra bajó un 25 por ciento. A esta mejora de las cifras contribuyó que los Estados cada vez protejan más a los niños, estableciendo una edad mínima laboral o prohibiendo las peores formas de trabajo infantil.
El hecho de que el número de niños trabajadores disminuyera incluso en medio de la crisis muestra que la evolución positiva no depende sólo del crecimiento económico, sino también de la voluntad política. Pero a pesar de los avances, no se logrará el objetivo de eliminar las formas más peligrosas de trabajo infantil hasta 2016. Según la OIT, el trabajo infantil no es sólo un problema de los países u hogares pobres.
En cifras absolutas, la mayor parte de los niños trabajadores, unos 93,6 millones, viven en países con ingresos medios, mientras que 74,4 millones viven en países con ingresos bajos.