La casa en la que vivieron el ex obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá y Clelia Luro, militantes sociales y de derechos humanos, será expropiada gracias a una ley aprobada en el Senado, que busca impedir el remate de la propiedad ubicada en el barrio de Caballito, que se encuentra en proceso de desalojo.
«Cuando ayer miraba la sesión por internet y vi que aprobaron el proyecto de ley por unanimidad se me caían las lágrimas. Esta casa no sólo contiene una historia de amor, sino la historia de la lucha de Jerónimo y mi mamá y por aquí han pasado infinidad de reuniones que son parte de la historia argentina», indicó la hija de Clelia Luro, que lleva el mismo nombre que su madre.
Clelia, hija de Luro, recordó que la propiedad, ubicada en Gaona 1367, fue una de las primeras construcciones de Caballito, comenzó a construirse en 1864 y pertenecía al hijo del mazorquero rosista Ciriaco Cuitiño, en lo que pertenecía a las quintas del oeste.
«Jerónimo y mi mamá llegaron a esta casa cuando regresaron del exilio, en 1982. El lugar estaba casi abandonado y ellos fueron limpiando y reconstruyendo el espacio», detalló.
En 2004 la Legislatura porteña declaró al sitio de interés cultural e histórico, pero la Ciudad de Buenos Aires no terminó de pagar la propiedad por lo que el dueño inició un juicio por desalojo que todavía está vigente.
Sobre la propiedad hubo, además, otra amenaza que fue la autorización para la construcción de una torre de 10 pisos en el terreno lindero.
«Hace unos años, Clelia Luro se puso en contacto con nosotros para contarnos del proyecto. En ese momento nosotros presentamos una denuncia y la Justicia emitió una cautelar que impidió el avance de la construcción», comentó Mario Oybin, integrante del colectivo SOS Caballito.
El juez «pudo comprobar que la construcción, hecha de adobe, corría serio peligro de derrumbarse, de hecho Clelia tenía que soportar que se movieran las estructuras cuando usaban la retroexcavadora».
Finalmente, el 20 de febrero de este año la justicia ordenó en forma definitiva frenar la obra declarando «la nulidad del acto de registro y aprobación de los planos de demolición total y obra nueva» en Gaona 1343, lindera a la casa histórica.
«El año pasado fuimos con mi mamá a ver a la presidenta Cristina y le contamos cómo era la situación en cuanto al riesgo de desalojo. Ella enseguida nos apoyó para presentar en el Congreso nacional la ley de expropiación», recordó Clelia hija.
El entonces obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá y Clelia Luro se conocieron a medidados de los 60, cuando ella llegó a ese municipio con sus seis hijas desde Salta, donde había trabajado en la prevención de salud con la población que era explotada en el ingenio San Martín del Tabacal.
«A Jerónimo lo echaron del obispado imputándole la relación con mi mamá pero en realidad fue porque él era una persona absolutamente comprometida con los trabajadores y con los militantes sociales», aseguró Clelia.
Fue recién en 1972, cuando Jerónimo es apartado de la Iglesia, que comenzó una relación amorosa con Clelia, creando juntos -además del trabajo social que ya realizaban- la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados, desde donde lucharon por que el celibato sea optativo.
Jerónimo falleció en 2000 y Clelia el 4 de noviembre del año pasado, y todavía vivía en la casa de Gaona 1367, donde recibía con asiduidad las llamadas del papa Francisco, con quien ambos habían forjado una profunda amistad en la época en la que él se encontraba al frente del arzobispado porteño.
«Lo que soñamos es que este lugar pueda seguir siendo una casa abierta, un espacio donde se gesten cambios, luchas, donde se den proyecciones, se realicen reuniones, debates, donde haya discusión política e interreligiosa para que podamos cumplir con el lema de Jerónimo de `que todos sean uno para que el mundo crea`», concluyó Clelia.