Personas del colectivo trans consideran que la ley de Identidad de Género significó un cambio en sus vidas, en especial en el ámbito educativo, según un informe elaborado por la Fundación Huésped y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTTA).
«Las chicas están volviendo al colegio», dijo una de las 498 personas trans que participó del estudio cualitativo del informe, acerca de las percepciones sobre el impacto de la ley.
«Me llama la directora y me pregunta si me quiero volver a reintegrar», compartió otra, mostrando que las instituciones educativas, docentes y directivos «están adoptando una posición diferente como consecuencia de la ley».
Un testimonio contundente es de quien fue expulsada de una escuela, donde incluso fue violentada y a la que regresó «con miedo», según su testimonio. «Que hoy me llamen para hablar de la ley de Identidad de Género, de educación sexual, es un avance grandísimo. Me encanta que la misma escuela, el mismo director me haya dicho `bienvenida`», señaló.
Otro ámbito donde se observan diferencias es en de los derechos políticos y civiles, ya que la libre circulación en las calles y la disminución de la violencia institucional y policial, son más reconocidos por las personas encuestadas, a un año de la implementación de la ley.
«Hoy por hoy no me da miedo andar por la calle, antes no podías salir porque la policía te agarraba; no podías tomar el colectivo porque te bajaban», contó una de las participantes del estudio. La indagación también destacó que «el empoderamiento de las personas trans ha logrado un mejor y pronto acceso a los servicios de salud en general y a la cascada de atención de VIH en particular».
Según se mencionó en los grupos, con el nuevo DNI, muchas personas cambiaron sus nombres en sus historias clínicas: «Ahora sí van a sacar un turno, porque cuando las llaman por el documento femenino van con ganas. Hoy pueden ser internadas en una sala femenina. Es un gran avance que pudimos lograr después de la ley».
Otro aporte de la investigación es que «existen grandes diferencias» en la forma en que la norma se está implementando en la Ciudad de Buenos Aires y las provincias.
En algunas regiones «nosotras tuvimos que llevar folletería a los Registros Civiles y presentar lo que era la ley, por lo que el trabajo nuestro como referentes es más importante. Tenemos que ir a poner el cuerpo».