El acceso al estudio de personas trans con su identidad autopercibida en la escuela primaria, secundaria y en la Universidad es una realidad que comenzó a darse en algunos espacios educativos públicos, lo que abrió un horizonte de igualdad y justicia, afirman las y los protagonistas del documental «Un grito inclusivo frente al silencio pedagógico», que se presenta mañana en la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav).
Allí hablan de un pasado lleno de discriminación, burla, maltrato, violencia, humillación, un contexto que los y las dejó afuera del sistema educativo, afuera de la alegría infantil y la inocencia del despertar adolescente, afuera del mundo laboral, y las y los empujó a las márgenes de la sociedad.
Y en contraste, el presente de este grupo del colectivo trans, que venció temores y se animó a volver a la escuela convocado por espacios que se abrieron a esta posibilidad, está lleno de proyectos y sobre todo de reafirmación del derecho a la educación, a una vida digna.
«La Universidad te está diciendo, desde un punto de vista pionero, ‘tu tienes el derecho de estudiar y lo puedes hacer acá’, no es que te está prestando un favor», afirma en el documental María Ampuero, docente chilena trans que da clase en el Plan Fines de la Universidad de Avellaneda y en el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis, los dos ámbitos que llevan adelante una política de inserción educativa integral.
El Mocha Celis es la primera experiencia educativa inclusiva en el mundo destinada al colectivo trans, sin ser exclusiva, ni excluyente, que comenzó hace tres años en el barrio porteño de Chacarita.
«Un grito inclusivo…» se proyectará mañana a las 18 en la Casa del Bicentenario, en Colón y Berutti, Avellaneda con la presencia del rector de la Undav, Jorge Calzoni, organizado por esa casa de estudios y por el Mocha Celis.
En el film Gian Franco Rosales, trans masculino y estudiante de la casa de altos estudios de Avellaneda, cuenta su experiencia, que de algún modo da inicio a la incorporación de personas trans en ese ámbito académico.
«Me presenté en la Universidad con mi nombre femenino, no existía todavía la ley de identidad de género y pedí si en el listado de los presentes podía aparecer con mi nombre de identidad Gian Franco, y en ese momento me dijeron que no; me derivaron a la Secretaría Académica y me plantearon que iban a ver qué podían hacer, hasta que me respondió el rector diciendo que la Universidad tenía una resolución que hablaba del respeto a la identidad» autopercibida de todas las personas.
Gian Franco recuerda el comienzo de las clases cuando pronunciaron su nombre por primera vez: «Fue un shock, grité presente y todo el mundo se dio vuelta, sin saber qué pasaba por adentro mio».
En tanto, Romina Bustamante, otra de las estudiantes trans de Fines de la Universidad convocada para el documental, recuerda un pasado en la escuela muy traumático, con compañeros que la insultaban, que le decían ‘mariquita’, que le pegaban, y «la pedagoga dijo que yo no podía continuar y me mandaron a hacer tratamientos horribles al (Hospital) Borda».
En todos los testimonios se repite la misma sensación, el hecho de haber tenido miedo de volver a la escuela, miedo de cómo las iban a tratar, porque la humillación y el rechazo que sintieron en las aulas infantiles dejó marcas muy profundas.
Y entre tantas frases sensibles, hondas, que encierran saberes únicos, resuena uno: «Que no se te burlen y te respeten es hermoso», en un devenir en el que, como dice en el film Lohana Berkins, activista trans, «cuando una travesti va a la Universidad le cambia la vida a esa travesti, cuando muchas travestis van a la Universidad le cambia la vida a la sociedad».
La inclusión educativa y la reproducción de este modelo inclusivo es el objetivo que plantearon Malena Haboba, directora del documental, y Miguel Nicolini, cofundador del Mocha Celis y docente de la Undav. «La idea de esta presentación es interpelar al resto de la sociedad, de la comunidad educativa, de las universidades, porque nosotros queremos que el acceso a este derecho se multiplique en todo el país, que se naturalice la diversidad en todos los ámbitos, que se rompa con esas construcciones hegemónicas binarias, y que mañana ninguna compañera necesite una política específica», precisó.
En tanto Nicolini destacó que «la idea de la presentación de estas experiencias es también hablar del intento que estamos llevando a cabo, de pensar el derecho a la educación integralmente e interpelar a otros espacios de la política y las instituciones, de la cuestión laboral, de la vivienda, porque para ejercer realmente tu derecho a la educación es necesario que puedas tener un abordaje de las cuestiones que te imposibilitan la continuidad».
La iniciativa que llevan adelante la UNDAV y el Mocha Celis, está articulada a la vez con numerosas organizaciones sociales, del sector y de derechos humanos, y las carteras nacionales de Trabajo y Educación.