Un promedio de 50 hechos de violencia de género y familiar es atendido por mes en hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires, según un relevamiento elaborado por el Programa Provincial de Prevención y Atención de la violencia familiar y de género, creado en 2011 por decisión de la cartera de Salud provincial.
De acuerdo con estos datos, en los últimos cuatro años se registraron 2.630 atenciones por violencia de género y familiar en hospitales públicos de la Provincia, desde que comenzó a tomarse nota de estas situaciones como hechos violentos.
El ministerio de Salud aclaró que “antes, se anotaban como lesiones, hematomas, quemaduras o traumatismos, es decir como hechos completamente descontextualizados”.
En ese marco, la responsable del Programa de Prevención y Atención de la violencia familiar y de género, Lidia Tundidor, dijo que «se establecieron acciones directas de prevención y se instaló la problemática en la agenda sanitaria de trabajo como una de las prioridades».
Así, en los últimos tres años se capacitaron 16.000 personas, entre miembros de los equipos de salud, promotores sanitarios y organizaciones de la comunidad.
«Se formaron para que sepan como intervenir en situaciones tan sensibles, la idea es darles un abordaje integral e intersectorial en la prevención y atención de las familias y mujeres víctimas de violencia», explicó el ministro de Salud de la provincia, Alejandro Collia, en un comunicado.
Para el ministro, el registro permite visualizar el problema y definir acciones y políticas concretas, instalar la prevención como prioridad y actuar de acuerdo con lo establecido por las convenciones internacionales a las que adhiere la Nación y la Provincia.
De acuerdo con las estadísticas elaboradas en los centros asistenciales públicos, el 86,9% (2.285 casos) de las atenciones sanitarias por episodios de violencia corresponde a mujeres y el 13,1% a varones; en tanto que el 63% del total de los casos ocurren dentro del seno familiar.
El relevamiento determinó además que hubo un sostenido crecimiento de las asistencias de casos de mujeres de entre 20 y 39 años: en 2010, esa franja estuvo presente en el 77,1% de casos y en 2014 los registros se elevaron al 93,6%.
En las mujeres de esas edades es predominante la violencia física y verbal con un aumento en la combinación de estos ataques con persecuciones psicológicas, se informó, y detalló que el 12,9% de las mujeres asistidas en esta franja de edad sufrieron también ataques de violencia económica.
En el mismo período, pero en la franja etaria de entre 0 y 14 años, disminuyó la asistencia por violencia sexual exclusivamente ya que en 2010 fue del 78,6% de los casos y en 2014, el porcentaje disminuyó al 42,9%; y se registró un aumento de ataques sexuales relacionados además con violencia física (maltrato, crianza negligente, golpes, etc.) que en el primer semestre de 2014 llegó al 28,6%.
En jóvenes de 15 a 19 años prima la violencia física asociada a la verbal con el 35,7% de los casos; y el 52,5% de los episodios ocurren en el seno familiar.
En esta franja de edad el 1,1% de los casos atendidos refirió padecer situaciones relacionadas con la trata para la explotación sexual, se precisó según el relevamiento del Programa.
En el ministerio de Salud provincial explicaron que en todas las situaciones de violencia que involucran a personas menores de edad se trabaja de manera coordinada con la Justicia y la Secretaría de Niñez y Adolescencia, sus dispositivos de atención locales y zonales.
“Se han constituido equipos de atención, comités y modelos de atención en los establecimientos sanitarios respetando las características y realidades locales, generando así un aumento en las capacidades de intervención”, dijo el ministro de Salud.
A modo de ejemplo, el funcionario se refirió a la iniciativa local y regional de estrategias y servicios promovida por el municipio de La Matanza, donde entre 2012 y 2014 se profundizó la capacitación en la atención de la problemática de la niñez y la adolescencia, especialmente en situaciones de trata de personas, y se instrumentó una red de hospitales en las doce regiones sanitarias para actuar al momento del rescate y acompañamiento de las víctimas.