sábado, noviembre 23

A CINCO AÑOS DEL MATRIMONIO IGUALITARIO

La primera boda igualitaria celebrada en la Argentina, el hito que materializó la ampliación de los derechos de diversidad sexual -según consideraron referentes de la comunidad- será recordada mañana, en su quinto aniversario, con una ceremonia íntima por el matrimonio conformado por arquitecto cordobés José Luis David Navarro y el porteño Miguel Angel Calefato.
«Nuestra relación es excelente, somos inmensamente felices y mañana cumplimos los primeros cinco años de la fecha en que contrajimos matrimonio, tras haber convivido otros 27 años desde que nos conocimos», dijo José Luis.
La pareja, que vive en el acceso oeste de la localidad de Frías, zona popularmente conocida como «El Taco» (distante a 150 kilómetros de la capital santiagueña), consideró que la aprobación de la ley nacional 26.618 «permitió un importante y gran avance social».
«Ya no existen discriminaciones, todo resulta natural, aunque en la población en la que vivimos y pensamos pasar nuestros últimos días de vida, nunca nos sentimos distintos, ni nada parecido», precisó.
«Pocos daban por nosotros, decían que no íbamos a durar nada, pero ya ven, seguimos muy felices», recordó José Luis, y afirmó que lo único que entristece a la pareja «es la parte negativa y las noticias que llegan de lugares como Oriente, África y países islámicos en los que matan gente por ser homosexuales, mientras que en la Argentina vivimos en paz y total tranquilidad, en un verdadero paraíso».
Asimismo, consideró que las comunidades «deben seguir con la lucha para lograr los derechos adquiridos en nuestro país, que hoy son ejemplo a nivel mundial».
El arquitecto oriundo de la localidad cordobesa de Deán Funes relató que «el único momento difícil» que les tocó afrontar en Frías «fue un robo a la casa en que actualmente vivimos, pero que más bien lo consideramos como un ataque de homofobia, aunque después todo fue maravilloso y feliz».
Además, expresó que el matrimonio aún tienen un sueño «sin concretar, que es lograr una entrevista con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para agradecerle personalmente el gran avance social a partir de la aprobación del matrimonio igualitario».
«Recuerdo aquel 30 de agosto de 2010. Todavía resonaban en nosotros los ecos de la aprobación -tan sólo 15 días antes- de la ley de Matrimonio Igualitario en el Senado de la Nación. También recordábamos ese inolvidable acto de promulgación de la ley en el que la presidenta Cristina Fernández había estampado orgullosamente su firma, para que la ley fuera una realidad lo antes posible», rememoró por su parte el presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), Esteban Paulón.
Paulón recordó que en la Falgbt estaban en medio de los preparativos del que sería el primer matrimonio igualitario en Buenos Aires, entre los artistas y militantes Alejandro Vanelli y Ernesto Larrese, a quienes les habían negado el casamiento por la vía de la justicia.
«Y en medio de esos preparativos llegó la noticia. José Luis David Navarro y Miguel Angel Calefato se habían adelantado a todos y todas. En Frías, provincia de Santiago del Estero, la ley 26.618 había dado su primer paso formal», sostuvo, y resaltó la «enorme alegría y satisfacción» por saber que «la ley se había consumado y ya no había marcha atrás».
Por su parte César Cigluitti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), consideró que cada una de las acciones de todo el proceso de la ley del Matrimonio Igualitario, desde su primer antecedente, la ley de Unión Civil en la Ciudad de Buenos Aires, hasta el día de hoy, relatan la épica de una lucha de 15 años por nuestros derechos y por el reconocimiento de nuestras familias».
«Hace 5 años se abrían los registros civiles de toda la Argentina para que las parejas de nuestra comunidad Lgbti pudieran casarse. Ese día vimos varias imágenes de casi todo el país celebrando las bodas», sostuvo.
Uno de los mejores resultados de esa ley «son las 12.500 parejas que se casaron en todas las provincias de nuestro país y esa felicidad que vemos en nuestras familias es quizás la respuesta más revolucionaria que tenemos para seguir venciendo a la discriminación», agregó Cigliutti, y consideró que «son esas 12.500 familias que se anotaron en los registros civiles y las miles más que lo seguirán haciendo las que mejor reflejan los cambios culturales y sociales de nuestro país. Finales felices para la diversidad».

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