sábado, noviembre 23

AGENDA CULTURAL

Programa Cultural en los Barrios

Agenda del 16 al 29 de octubre 2017

Viernes 20 de Octubre, 17 hs

  • Música «Anfree con micrófono VII”. Séptima edición de la “Competencia de Freestyle con micrófono”. Batalla de rap con entradas 4×4 y la participación de más de cincuenta raperos del sur de la ciudad. Anfiteatro Barrio Copello, Dellepiane Norte 4800, Villa Lugano. Organizan: Anfree Copello, colabora Centro Cultural Barrio Copello.

Sábado 21 de octubre de 17 a 20hs

  • Encuentro de Danza árabe. Participarán docentes del Centro Cultural Homero Manzi;

Paola Zagarzazu y Paola Magariños de danza árabe y Damián Mingione de Flamenco. Se realizará en el Espacio Cultural Adán Buenos Aires (Av. Eva Perón 1400, dentro del Parque Chacabuco).

Martes 24 de Octubre, 18 hs

  • Encuentro participativo de teatro infantil. Centro Cultural Nicolás Olivari (Castro 954, Boedo)

Jueves 26 de Octubre, 18.30 hs

  • Cine “Ciclo cine humanitos”. Proyección del Festival Internacional de cine de animación infantil “El Ventilador”. Auspicia Programa Cultural en Barrios y Cine móvil CABA.. Centro Cultural Barrio Copello. Av. Dellepiane Norte 4900. Barrio Copello, Villa Lugano.

Viernes 27 de octubre, 21 hs

  • Teatro «Pido pista que me estrello». Director: Gustavo Cejas Tubio. Centro Cultural Nicolás Olivari, Castro 954, Boedo

Sábado 28 de Octubre, 15 a 20 hs

  • Murga «Copello a todo ritmo». Encuentro murguero, con la participación de “Los Amanecidos de Copello”. Habrá carnaval porteño, sorteos, buffet económico y muchas sorpresas más. Anfiteatro Barrio Copello, Dellepiane Norte 4800, Villa Lugano.

Sábado 28 de octubre, 21 hs

  • Teatro «Gris de Ausencia». Autor Carlos Gorustiza. Director: Dante Iemma. Centro Cultural Nicolás Olivari, Castro 954, Boedo.

Concurso Fotográfico Miradores de Buenos Aires

La Gerencia Operativa de Patrimonio invita a participar del «Concurso Fotográfico Miradores de Buenos Aires». El certamen está abierto exclusivamente al público que participa de las visitas guiadas al Programa Miradores de Buenos Aires, sean fotógrafos profesionales o amateurs. Edad mínima: 13 años.

​Las fotos premiadas se expondrán en el Espacio Virrey Liniers, Venezuela 469, Montserrat. Se otorgarán 3 premios, 3 distinciones y 10 menciones. El Jurado estará integrado por: Arq. Graciela Aguilar, Gerente Operativa Patrimonio dependiente de la Dirección General Patrimonio, Museos y Casco Histórico, Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires; Arq. Néstor J. Zakim, responsable del Programa “Miradores de Buenos Aires”; Arq. Horacio Spinetto, artista plástico; Franca González, fotógrafa y cineasta documental; Gustavo Milsztein, fotógrafo profesional.

​Se pueden enviar las fotos desde el 5 de septiembre hasta el 14 de noviembre de 2017.

  • Se admitirán fotografías tomadas a partir de medios analógicos o digitales.
  • Las fotografías serán enviadas vía correo electrónico.
  • Cada participante podrá enviar hasta un máximo de 3 (tres) fotografías en color o blanco y negro, en mails separados.
  • Las obras deberán presentarse en formato .JPG con un tamaño no mayor a 1600 x 1200 píxeles y con un peso que no supere los 2Mb.
  • Se podrá participar con hasta 3 (tres) fotografías.

Para poder participar del concurso, los interesados deberán enviar sus obras a: [email protected]

Bases: http://www.buenosaires.gob.ar/noticias/concurso-fotografico-miradores-de-buenos-aires

Azulejos Franceses en suelo porteño

Dice Sergio Borelli: «Buenos Aires, a diferencia de las capitales de los entonces ricos virreinatos de México y del Perú, no conoció mayores elementos decorativos en su arquitectura hasta comienzos del siglo XIX. Hasta entonces los mayores lujos que sus vecinos podían permitirse para embellecer sus casas se reducían a los techados de tejas, algún modesto coronamiento, alguna pesada pilastra, puertas pintadas de verde y rejas con sencillas eses por todo trabajo artístico.
Pero los primeros años de ese siglo, con sus ideales de libertad, trajeron aires de remozamiento y un cierto eclecticismo romántico, que fueron ganando lugar en el estilo de las construcciones y en la decoración de los edificios.
Aparecieron cancelas de hierro de origen sevillano, en los patios se reemplazó el empedrado por el ajedrezado en mármol blanco y negro y tanto en la arquitectura civil como en la religiosa, aparecieron elementos decorativos hasta entonces raramente usados, entre ellos, el azulejo.
Los primeros – y escasos – azulejos utilizados en la ciudad, fueron de origen español (catalanes, valencianos y sevillanos) y napolitano, pero en la medida que creció el rechazo por aquello que evocara los tiempos de la colonia y se acentuó el gusto por lo francés, la preferencia en materia de azulejos se orientó a los fabricados en ese país, en particular hacia los producidos en la pequeña villa de Desvres, en el Departamento de Pas-de-Calais.
A diferencia de los azulejos españoles y napolitanos, los azulejos franceses – también llamados “azulejos stanniferos” por su fondo hecho a base de óxido de estaño – no estaban pintados a mano sino decorados con el método de plantilla calada y al resultar más económicos su uso comenzó a popularizarse a partir de mediados del 800, no solo en Buenos Aires, sino también en muchas ciudades del interior.
Y si bien su aplicación no alcanzó a la difusión que tuvo en viviendas particulares en Montevideo y otras ciudades de Uruguay, si fue muy utilizado para la decoración de cúpulas y cupulines de templos religiosos, como todavía puede apreciarse en la Catedral Metropolitana y en las iglesias de Montserrat, de la Concepción y de San Miguel, entre otras.
El azulejo de Pas-de-Calais tenía tres características distintivas: su fondo era generalmente de un color blanco lechoso, los colores predominantes de los motivos eran azul o morado y los dibujos estaban compuestos por líneas entrecortadas, puntos o pequeños dibujos.
La primera característica devenía del color que tomaba el óxido de estaño, luego de la primera cocción de la pieza. La misma se producía con arcilla – de la que la región de Pas-de-Calais contaba en cantidad y calidad – que se amasaba hasta hacer una pasta o “bizcocho”, la que prensada y cortada a la medida correspondiente, era emulsionada con óxido de estaño disuelto en agua.
Se usaban principalmente el azul y el morado (producidos por óxido de cobalto y óxido de manganeso, respectivamente), por cuestiones de moda y económicas. Las piezas de la región de Pas-de-Calais seguían las tendencias de la industria ceramista holandesa, en la que en la época predominaban los motivos azules, violetas y morados y como cada emulsión de color debía hornearse para fijarse (grandfeu o petitfeu, si se hacía simultáneamente o para cada uno por separado), en general la coloración quedaba restringida a esos dos colores.
El estilo “puntillista” que caracterizaba a los azulejos de este origen, estaba dado – por su lado – por la técnica de pochoir utilizada para su fabricación, la que consistía en aplicar sobre la pieza una plantilla calada (o “trepa”) de madera o metal, sobre la que se extendían los óxidos disueltos en agua. En tanto la plantilla solo permitía el paso de la emulsión en porciones discontinuas de superficie, los motivos se componían por la sucesión de trazoso pequeñas figuras que quedaban coloreadas tras el horneado.
Con el advenimiento del siglo XX llegó a Buenos Aires la revolución decorativa del Art Nouveau, los gustos en materia de decoración cambiaron y comenzaron a usarse azulejos ingleses, alemanes y españoles, con preeminencia de motivos basados en estilizaciones vegetales y mayor variedad de colores, pero aunque estos ganaron su lugar en zaguanes, patios y cocinas, los de Pas-de-Calais aún se lucen en los altos de muchos templos de la ciudad».
El Museo de la Ciudad guarda una muestra estos azulejos de Pas-de-Calais que, con su particular belleza, relatan parte de la historia de los porteños. En este sentido, el jueves 12 de octubre a las 19 horas en la sede del Museo Sala PB Exposiciones Temporarias, de calle Defensa 223, se inaugurará la muestra: Azulejos Franceses en suelo porteño, con entrada libre y gratuita, que podrá visitarse hasta el día 26 de noviembre en el horario de 11 a 18 hs.

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