El presidente de la organización Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz, consideró que el nuevo plan «Alquilar se puede» impulsado por el gobierno porteño es «funcional al mercado inmobiliario ilegal que funciona en la Ciudad de Buenos Aires», mientras que la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) denunció que es «propio de la década del 90 cuando se subvencionaba la demanda».
«El gobierno de (Mauricio) Macri no regula el mercado inmobiliario, no exige que se cumpla la ley y tampoco genera condiciones más justas para el inquilino. Lo único que hace es fomentar este mercado ilegal con un préstamo de dinero», aseguró.
«Alquilar se puede» es un programa impulsado por el Ejecutivo porteño que, según el sitio web oficial, busca «ayudar a aquellas familias jóvenes que residan o trabajen en la ciudad de Buenos Aires y a estudiantes del interior, a acceder a un contrato formal de alquiler».
Sin embargo, ese plan es «algo selectivo», ya que sólo pueden acceder a él personas menores de 35 años y lo que ofrece es «un préstamo personal que es apenas más bajo que el que ofrece cualquier banco», sostuvo Muñoz.
«Este no es un plan que tenga que ver con la vivienda, es un préstamo bancario con un interés anual del 19 por ciento, cuando cualquier préstamo personal en un banco es del 23. Para ser un crédito de estas características es muy alto el interés», consideró.
Asimismo, advirtió que el crédito se destinará «sólo a 6.000 personas en un universo 1.200.000 inquilinos que hay en la Ciudad», y denunció que además «financia las ilegalidades de las inmobiliarias que piden hasta dos meses de comisión cada vez que se firma un contrato, algo que va en contra de lo que establece la ley 2.340 de la Ciudad de Buenos Aires».
En este sentido, Muñoz detalló que esa ley establece «un tope de lo que pueden cobrar las inmobiliarias por comisión y es un 4,15 por ciento del alquiler, lo que generalmente da menos de un mes»
«Para que el negocio sea más rentable el Gobierno porteño, la Cámara Inmobiliaria y el Colegio Único de Corredores Inmobiliarios acordaron una ley tácita, un nuevo monto de comisiones que decidieron a pesar de la ley escrita»,sostuvo el legislador.
Muñoz destacó que con este plan «el inquilino debe pagar el crédito además del alquiler, lo que hace que todo sea una rueda».
Joaquín Benítez, sociólogo de la ACIJ, coincidió y advirtió que el programa del gobierno de la Ciudad «tiene al menos tres problemas».
«Primero tenemos un problema de plazas, ya que según el mismo gobierno porteño hay 275.000 personas viviendo en villas en la Ciudad y casi medio millón de personas con déficit habitacional; segundo, un problema de valores inmobiliarios, ya que te dejan alquilar por un monto de hasta el 30 por ciento de los ingresos netos del hogar cuando los alquileres no bajan de 3.500 pesos», precisó.
Y agregó: «Por último, el programa no regula el mercado de alquileres, sino que genera precios muy altos y mucha especulación inmobiliaria, ya que uno de sus componentes es un préstamo con un interés altísimo».
«Tradicionalmente los programas habitacionales subvencionaban la oferta y bajaban los precios para que la gente pudiera acceder, pero este tipo de planes está inspirado en políticas de los 90, que apuntan a subvencionar demanda en lugar de producir vivienda barata», subrayó Benítez.
Muñoz consideró además que el plan «no es efectivo ya que no soluciona nada» y que «se gasta más dinero en la publicidad para su lanzamiento que el que se dará de crédito a los inquilinos».
«Casualmente en 2010, que también fue un año electoral, Macri lanzó un plan mediante el cual el Banco Ciudad aportaba la garantía para poder alquilar y desde entonces no se otorgó ninguna. Además, no hay inmobiliarias en Capital Federal que acepten garantías bancarias», afirmó Muñoz.
«Por eso no es descabellado pensar que todo esto es una movida de prensa para hacer campaña política para las elecciones», sentenció.
Y concluyó: «Con este tipo de planes sólo se garantiza que un inquilino siempre esté en esta carrera de tener que alquilar cualquier cosa porque no llega con la plata, o porque le ponen muchas cláusulas o porque no consigue garantía de familiar directo. Hay un sistema bien pensado para que el inquilino llegue en condiciones adversas y deba someterse a lo que diga la inmobiliaria».