El Presupuesto General de la Administración del Gobierno 2019 se incrementó 11,5% en la Ciudad de Buenos Aires. En la sesión del jueves 18 de julio, el Jefe del Ejecutivo obtuvo una extensión presupuestaria equivalente a 37.008 millones de pesos, gracias a los votos de la alianza política que integra junto a Carrió, Lousteau y Cortinas en la Legislatura porteña. Esta obesa suma de dinero será destinada a seguridad, salud, educación, urbanización de villas, al pago de aumentos salariales y menesteres varios como, por ejemplo, subsidiar a la educación privada.
«Con el fin de dar solución a los problemas crediticios sin afectar la sustentabilidad de las cuentas públicas, se estima pertinente incorporar al Cálculo de Recursos, la suma de pesos treinta y siete mil ocho millones doscientos cuarenta y ocho mil provenientes de la estimación del incremento de la recaudación tributaria, no tributaria y de fuentes financieras», explica el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, en los fundamentos del proyecto que obtuvo un rápido despacho en la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Vale recordar que el presente Presupuesto General de la Administración del Gobierno 2019 es de nada menos que de 321.457 millones de pesos -el equivalente al presupuesto de la Ciudad de Madrid, en España-. Solamente en concepto de ingresos tributarios prevé una recaudación de 30.709 millones de pesos mientras que en concepto de recursos no tributarios calcula un ingreso adicional de 1.808 millones de pesos derivados de la mayor previsión en el cobro de derechos, multas por infracciones y diferencias de cambio, entre otros.
¿Para qué se usará esta extensión presupuestaria?
El descomunal presupuesto previsto para 2019 de 321.000 millones de pesos, no alcanza para cubrir el aumento salarial del primer semestre del año, previsto por paritaria, ni para comprar equipamiento en diversos ministerios, ni para invertir en Salud, Educación, Urbanización de Villas y Seguridad Publica. Tampoco alcanza para subsidiar a la educación privada, ni para subsidiar a los más vulnerables, ni para limpiar hospitales o mantenerlos. Y mucho menos para comprar medicamentos.
De manera que la extensión presupuestaria, aprobada por la Legislatura porteña el 18 de julio, será distribuida de la siguiente forma:
- $ 13.421.420.000 serán empleados para paliar “los créditos asociados al gasto en personal de la Ciudad originado en los acuerdos salariales para el primer semestre del año”.
- $ 9.931.505.0004 se destinados para adquirir “bienes de uso para atender requerimientos de inversión en obras y equipamiento de diversos ministerios. Entre las principales obras que se refuerzan se encuentran inversiones en Salud, Educación, Urbanización de Villas y el Plan de Seguridad Pública”.
- $ 6.513.200.004 se destinaran a “subsidiar a la educación de gestión privada, a mayor previsión en concepto de compensación tarifaria de los servicios de transporte subterráneo y transporte público de pasajeros por automotor, a subsidios sociales, al subsidio a los Institutos de Niñez y Adolescencia, el destinado al Hospital Dr. Juan P. Garrahan y al subsidio de la energía eléctrica en asentamientos y barrios carenciados”. Demasiado ecléctico este ítem, que en lugar de esclarecer oscurece más el destino de esta insólita partida.
- $ 5.079.094.000 para “la prestación de los servicios de comida de hospitales y escuelas, a la limpieza de hospitales, a la recolección de residuos, a locaciones de servicio de varios ministerios, a los servicios básicos de las dependencias públicas, a la redeterminación de precios de los servicios de seguridad privada y los servicios de transporte y alquileres del Ministerio de Educación e Innovación, entre otros”.
- $ 2.063.029.000 para “adquirir medicamentos y otros elementos para el Sistema de Salud, a la compra insumos para el Sistema de Seguridad Pública y a provisión de lácteos para el Ministerio de Educación e Innovación”.
Las voces en el recinto
Desde la ancha tribuna del oficialismo, la diputada Paula Villalba (VJ), presidenta de la Comisión de Presupuesto, consideró «en esta oportunidad las modificaciones apuntan a cumplir con las remuneraciones de los trabajadores que nos brindan servicios tan valiosos como la salud, la educación y la seguridad, entre otras». En tanto que el diputado Claudio Cingolani (VJ) adelantó que «se volverá a pedir una nueva ampliación con el objetivo de cumplir con futuros acuerdos salariales y con las obras que en la Ciudad se empiezan y se terminan».
Desde la angosta tribuna de la oposición, el diputado Fernando Vilardo (AyL) cuestionó el proyecto, dijo que “detrás de estas partidas se esconde el ajuste y lo calificó como una política de parche». Gabriel Solano (FIT) sostuvo que «fracasó la política económica del Gobierno» y que va a ser «una reducción salarial para los empleados de la Ciudad de Buenos Aires»; en igual sentido se manifestó la diputada Laura Marrone (Izquierda Socialista – FIT). En tanto, María Rosa Muiños (BP) dijo que «los subsidios sociales representan el escaso 1% de la ampliación solicitada», mientras que Javier Andrade (UC) criticó la previsión inflacionaria del presupuesto para este año.
La ampliación presupuestaria resultó aprobada con 38 votos positivos de la alianza Larreta – Carrió – Lousteau – Cortinas, 4 negativos (FIT, MST) y 11 abstenciones (UC, BP, GEN).