por Lisa Cargnelutti
Tras las primeras jornadas de la audiencia pública por la rezonificación del predio, el legislador porteño Matías Barroetaveña (Frente de Todos) asegura que «más del 99%» de los oradores se opone al proyecto de privatización del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta y considera que el vencimiento de la concesión de Costa Salguero hay una «oportunidad única» de recuperar el acceso al río en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Qué balance hace de las primeras jornadas de audiencia pública?
– Barroetaveña: Primero, la dimensión de la audiencia: con más de 7.000 inscriptos es algo único en la historia de la Ciudad. Esto demuestra que se instaló un tema que viene desde hace tiempo: la venta de tierras públicas. Más del 99% está expresando en lo que entendemos es la opinión mayoritaria en la Ciudad. Se ven jóvenes, especialistas, adultos mayores. Los argumentos son los que conocemos: la Ciudad de Buenos Aires, por el desarrollo histórico de su costanera y decisiones de su administración, tiene barreras arquitectónicas y urbanas que hacen difícil el acceso al río. La calle Salguero es la que brinda el acceso más directo al río. Costa Salguero, que era una concesión desde hace 30 años, vence ahora y es una oportunidad única.
Si la privatización de tierras en la Ciudad viene desde hace tiempo, ¿Qué hizo que por primera vez se movilizaran tantas personas para rechazarla?
-B: Efectivamente, la Ciudad, por leyes aprobadas en la Legislatura, ha vendido más de 200 hectáreas. Y la Nación, en la gestión de (Mauricio) Macri (como presidente), vendió unas 70 hectáreas de la Ciudad. En esos casos se trató de terrenos que vendieron para hacer algún negocio inmobiliario, y se hace difícil instalar en la opinión pública que la contracara de ese negocio privado es el déficit habitacional. El modelo extractivista busca que cada metro cuadrado valga más para poder venderlos más caros, y eso deja afuera de la posibilidad de acceder a una vivienda a todo aquel que no la tiene, como quienes alquilan o están en una villa. Pero es difícil instalar en la opinión pública cómo ese modelo afecta la vida de la gente, que, en todo caso, percibe que hay corrupción y negocios.
Además, la pandemia demostró que los espacios verdes están saturados. Mucha gente descubrió que (Costa Salguero) puede ser público y que lo puede utilizar, cuando 30 años estuvo vedado.
¿Cree que la masividad de la audiencia y las movilizaciones de las últimas semanas pueden hacer al oficialismo rever su posición?
– B: Ellos no han cambiado sus posiciones en otros proyectos por lo que se dice en las audiencias, lo han visto como un paso que tienen que cumplir al cual no le prestan demasiada atención. Pero creo que hay repercusión en actores que funcionan dentro de su espacio. Hoy hay dos agendas: la ambiental y la de género, que cuando uno se pone en contra hay un cruce transversal de todos los sectores políticos. Y ellos son muy seguidores de la opinión pública, puede ser que se den cuenta que tiene un costo muy grande avanzar. El jefe de Gobierno sería recordado como el que vendió la Costanera. Atrás de esto está el Barrio Santa María, un country sobre el río en Costanera Sur. Lo que quieren hacer, como dijo el vicejefe de Gobierno (Diego Santilli), es otro Puerto Madero.
Hay dos proyectos de ley en la Legislatura porteña para hacer en Costa Salguero un parque público: una del Frente de Todos y otra de organizaciones ambientales como la Coordinadora «La Ciudad Somos Quienes la Habitamos». ¿Cuáles son las diferencias y similitudes entre ellos?
– B: Son perfectamente compatibles y no hay problema en unificarlos. La discusión se da entre la propuesta de privatización y torres y los que proponemos que sea un parque público, con infraestructura solamente de servicios. Lo que propuse, además, es que el parque se llame Diego Armando Maradona.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) dijo que los edificios proyectados, de hasta 29 metros de altura, atentan contra la seguridad aeronáutica por su cercanía con Aeroparque. El Gobierno porteño respondió que adaptaría el proyecto. ¿Piensa que eso es posible?
– B: Me parece importante que la resolución de la ANAC no abra la puerta a otro tipo de discusión sobre edificios más bajos. Lo que pretendemos es que no haya edificios. Preocupa que quieran tener la misma cantidad de metros en construcciones más bajas, dejando todavía menos espacios verdes. Yo no haría foco solo en la cuestión de seguridad, sino en la necesidad de contar con el acceso público al río.
Foto/Fuente: Télam