martes, diciembre 3

LAS CANCIONES AL PASO DEL TATA CEDRÓN

Con el mismo pulso creativo que le impuso al tango y que irrumpe en una obra con casi 60 años de presencia, Juan “Tata” Cedrón decide burlar las restricciones que dicta la pandemia respetando el protocolo, ofrece canciones desde el zaguán de su casa en el barrio de Villa del Parque y propone “hacer algo porque nos gusta apelando a la inventiva popular”.

“De esta manera me la paso bien yo, me encuentro con la gente del barrio y es una manera de darle ideas a la gente que gobierna para que vea que esta es una posibilidad para que los músicos puedan tocar y cantar”, asegura Cedrón.

El “Tata”, figura fundamental de la cultura popular argentina, abre así no solamente la puerta de su casa sino, además, una posibilidad creativa y barrial pero a la vez atenta a los protocolos sanitarios para seguir moviendo la rueda de una pasión puesta al servicio de la memoria estética local.

Al repasar las motivaciones para encarar estas “Canciones al paso”, el músico, compositor y cantante confiesa: “Lo hice porque uno está encerrado y a pesar de que soy veterano venía tocando casi todos los sábados y ensayaba todas las semanas. Así que estuve mal y estaba buscando la manera que como ciudadanos aportemos alguna idea, no esperar que vengan de arriba para superar este problema”.

El mecanismo de este modo de acercar música en vivo a la gente tiene la naturalidad y el encanto de quien lo protagoniza a guitarra y voz a partir de piezas propias o del riquísimo acervo del conjunto que lleva su apellido y que creó en 1964 (primero como terceto y desde fines de esa misma década establecido como cuarteto).

“Respetando los protocolos se nos ocurrió hacer esto porque no daba más sin cantar. Abro la puerta de mi casa y me meto un metro y medio para atrás y de a una persona a la que le damos turnos como si fuera al médico le indicamos que se pare al lado del cordón y hago un tema o dos y viene otra y armamos tres o cuatro pasajes durante una hora”, revela.

Como suerte de síntesis de la experiencia que junto a su compañera, la escritora Antonia García Castro, comenzó el jueves 30 de julio y está documentada, además, en la imprescindible bitácora virtual que es elcedroniano.blogspot.com, resume: “Me la paso bien yo y la gente del barrio está contentísima porque nos encontramos y le canto una canción”.

“Cuando los chicos empezaron a poder salir los fines de semana, mi señora puso libros que primero desinfectamos en la ventana para que los chicos los lleven y luego los devuelvan, un vecino pintor expone los cuadros en el balcón, una mujer deja adivinanzas en los negocios, se pintó una rayuela y se está armando una pelota linda en este ‘rioba’”, añade Cedrón, en ese fresco sobre la actividad desplegada en ese territorio del noroeste porteño.

Defensor acérrimo de las señas de la cultura argentina, el protagonista del ciclo “Pasajes” que los domingos de 10 a 11 se emite por Radio Nacional Folklórica (FM 98.7), desliza entre risas y en relación a los gustos musicales del mandatario que “a lo mejor escuchándome gusta del tango y en vez de recomendar canciones de rock, mete algún tanguito también”.

Pero más allá de posibles escuchas ilustres, el “Tata” considera que esta propuesta de la que puede tomarse parte mandando un mail a [email protected] ”busca poder darle una vida un poco más amena, espiritual y artística a las personas. Que no sea la cosa penosa de estar encerrado y los problemas económicos por esta peste que es grave y frente a la que el Gobierno está haciendo cosas extraordinarias”.

Y yendo un poco más profundo en torno a esta iniciativa, quien fue capaz de musicalizar a Bertolt Brecht, Dylan Thomas, Juan Gelman, Roberto Arlt, Raúl González Tuñón, Julio Cortázar, Oliverio Girondo, Jorge Luis Borges, Héctor Pedro Blomberg, César Vallejo, Joseph Conrad, Homero Manzi, Carlos de la Púa o Luis Alposta, propuso “darnos cuenta que los que producimos y hacemos cosas es porque primero nos gusta hacerlo”.

“Se habla mucho de organizar, de protocolo y rentabilidad, todas cosas técnicas pero del arte no habla nadie. Hay que partir del arte como aquel que hace tomates debe partir del tomate y no del puesto para vender tomates”, ejemplifica con sapiencia.

Con ese pulso donde -al igual que en su música- lo erudito y lo popular se tutean sin prejuicios, revela: “Estoy tratando de estudiar un poco para el mes que viene, con el sol, si Dios quiere y la cosa mejora tratar de hacer estos recitales en plazas o jardines para 40 o 50 personas con distanciamiento y con gente que controle”.

Capaz de ponerle situaciones concretas al sueño, Cedrón balbucea la chance de “hacer espectáculos de dúos o tríos, o de payadores en cada punta del escenario o con dos tipos haciendo rap también”.

“En el caso del teatro -insiste y propone- se puede hacer una versión de ‘Romeo y Julieta’ donde en vez de morirse juntos mueran separados. O armar una escenografía con dos edificios para contar una historia de amor a distancia o donde en un edificio viva un gorila de un lado y un peronista del otro, pero en ese caso que se amiguen al final de la obra”.

El músico que lidera un grupo cuya última formación reúne a Miguel Praino (viola), Josefina GarcÍa (cello), Daniel Frascoli (guitarrón y acordeón) y Julio Coviello (bandoneón), es el vehículo vital de un legado que parte del tango ubicándolo como punto de partida capaz de albergar diversas posibilidades estéticas y cuyos impresionantes resultados pueden apreciarse en www.cuartetocedronobracompleta.blogspot.com.

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