En una carta que cuenta con la adhesión de 20 centros de estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires, alumnos secundarios de escuelas públicas rechazan el protocolo presentado por el Ministerio de Educación porteño para autorizar el regreso a clases presenciales en los espacios públicos.
En la carta, enviada a la cartera que conduce Soledad Acuña, los estudiantes consideraron que «no están dadas las condiciones epidemiológicas» para el regreso a las clases presenciales de unos 6500 alumnos que perdieron contacto con sus escuelas y que la medida «carece de fines pedagógicos»; además piden una reunión con la ministra para que se tome en cuenta su opinión.
«Como movimiento secundario, reclamamos desde el día uno tener reuniones con el Ministerio de Educación porteño por distintas cosas y la cuestión de la falta de conectividad, entrega de computadoras y la liberación de datos, es central», señala Tomás Cancela, vocero del centro de estudiantes de la Escuela Superior Lenguas Vivas.
Según Cancela, «hay consenso en rechazar este protocolo de la Ciudad y el anterior presentado por Soledad Acuña porque no se contempla la falta de conectividad de las familias y hay mucho riesgo de contagio de auxiliares, chicos y familias en este momento».
«Nosotros reclamamos que haya una propuesta con fundamentos pedagógicos y el tema de la seguridad e integridad de los chicos, que no se garantiza en plazas; tampoco está contemplado el uso del transporte», agregó el estudiante sobre la propuesta oficial para que un grupo de alumnos asistan a clases en parques de la Ciudad.
En ese sentido, Cancela apoyó la propuesta del Ministerio de Educación de la Nación de «garantizar los dispositivos a quienes no lo tienen» y aseguró que los estudiantes quieren «construir una vuelta a clases en igualdad de oportunidades, entre todes, con fines pedagógicos y no con actividades recreativas como plantea (Soledad) Acuña».
Por su parte, Trinidad Matto, presidenta del centro de estudiantes del Colegio Nacional Pellegrini, también coincidió en que «hay consenso entre los estudiantes para rechazar este protocolo de vuelta a clases porque deja en evidencia cuál es el proyecto político porteño, una educación donde no están todes».
«Además, las autoridades de Educación de la Ciudad no están al tanto de las demandas y necesidades de la comunidad educativa, porque no nos convocaron para el diálogo ni para consensuar», indicó Matto.
La estudiante de 18 años aseguró que «estaría bueno saber cuántos son realmente esos compañeres que no pudieron acceder a la educación en pandemia y empezar a discutir alternativas».
«Creemos que no están dadas las condiciones epidemiológicas porque hace un mes había 12 mil contagios diarios y más de 400 muertos en el país y si bien en la Ciudad los contagios están en una meseta, la vuelta a clases implica más gente circulando, en transporte público y en contacto», agregó Matto.
La adolescente aseguró, además, que los estudiantes consideran primordial pensar un protocolo «acorde a la situación particular de las escuelas públicas de la Ciudad, donde no se caigan techos, no les falte el agua o haya ratas, como pasa en algunos establecimientos».
Lucero Diacakis, secretaria general del Colegio Julio Cortázar, consideró en igual sentido que «es necesario que se cree una mesa de trabajo en donde los Centros de Estudiantes, como los docentes, las familias y el conjunto de toda la comunidad educativa podamos dar nuestro punto de vista, plantear nuestras prioridades y trabajar en la construcción de un proceso de vuelta a clases de forma presencial».