por Silvina Molina
Mujeres que cocinan en comunidad y, entre confidencias, rearman su vida, mientras Rosana y Karina, quienes de buscar refugio en un hogar pasaron a liderarlo, y otras que colaboran con sobrevivientes a partir de sus propias experiencias, son algunas de las historias de vida del especial que produjo la agencia de noticias Télam con los testimonios de reconstrucción vital que llevan adelante mujeres de todo el país, en ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Hace 40 años que en el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe se eligió el 25 de noviembre, fecha del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal por parte del régimen dictatorial de Rafael Trujillo en República Dominicana, para concientizar sobre las violencias hacia las mujeres.
Esto se puede ver en la nota «A 40 años de la institución del 25N como Día de la No Violencia contra las Mujeres».
Luego, en 1999 Naciones Unidas oficializa la fecha e incluye a los medios de comunicación como aliados esenciales para prevenir, concientizar, denunciar e interpelar al Estado sobre esta violación de derechos humanos.
En estos 40 años la violencia hacia las mujeres, y su expresión máxima, los femicidios forman parte de la agenda política.
Esta semana, la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta anunció que se realizará un proceso participativo y federal para reformar la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.
La iniciativa busca incorporar nuevos tipos y modalidades de violencias de género, la perspectiva de diversidad, brindar herramientas para el abordaje y fortalecer el rol de las provincias, municipios y organizaciones sociales territoriales.
El anuncio oficial busca adecuar la norma a nuevos escenarios sociales, donde las voces de las sobrevivientes son esenciales.
En cuatro décadas se logró poner en agenda mediática la violencia femicida, y la cuestión ahora es ver de qué manera se reporta sobre ella y con qué fuentes.
Los testimonios, saberes y aprendizajes de las que estuvieron en situación de violencia y ahora reconstruyen sus vidas son el eje del trabajo periodístico para este 25 de noviembre 2021.
En «Cocinan y piensan proyectos juntas para reconstruir sus vidas luego de ser víctimas de violencia» compartimos una clase de cocina en el conurbano bonaerense donde entre confidencias, ellas aprenden a elaborar comidas y estrategias de venta en un proceso impulsado por el sector privado, una ONG y el Estado.
También estuvimos en el Hogar de Protección Integral para Mujeres en Situación de Violencia de Santiago del Estero. Allí, Alejandra, egresada del lugar nos recibió con esta reflexión: «Se trata de creer en una misma, saber que es difícil, pero que se puede. Me siento orgullosa de mí misma». Y hay mas testimonios en la nota «Sobrevivieron a la violencia machista y junto a sus compañeras de hogar reconstruyen su futuro».
«Rosana y Karina se conocieron en un refugio para víctimas de violencia y ahora son las directoras» es el relato de dos historias potentes: «Se puede salir de la violencia, se puede tener otra vida», nos dicen.
En San Luis, en una zona rural trabaja Claudia Allayme, sobreviviente de un intento de femicidio con fuego, ahora es funcionaria del área de la Mujer de la provincia, que recorre el territorio y acompaña a otras en esta nueva etapa de sus vidas, lo que cuenta en «Trabajar para otras mujeres que sufren violencia es una de las razones que me sostienen».
Se suman a este especial en la nota «Son sobrevivientes y acompañan a otras mujeres», con los testimonios de Lidia Ortellado y Andrea Gianatti, que dicen: «Ser promotoras territoriales nos ayuda a sanar».
«Algo se enciende: cómo el femicidio de Anahí Benítez movilizó a la comunidad de su escuela», es el retrato de un grupo de adolescentes atravesando un femicidio en el contexto de su escuela secundaria. ¿Qué dicen y hacen las, los, les adolescentes ante la violencia extrema?.
Hay además dos bibliotecas, una juvenil y una de masculinidades para pensar las violencias, reunidas en «Nuevas masculinidades, una biblioteca para desandar mandatos desde las primeras lecturas» y «Una biblioteca juvenil con títulos clave para reflexionar sobre la no violencia contra las mujeres».
En «‘Peng Shuai y violencia de género, los temas urgentes del tenis», seguimos pensando los cambios necesarios en el mundo del deporte por la no violencia.
El mundo del trabajo también necesita cambios contra el acoso y las violencias, y los viene a aportar el Convenio 190 de la OIT, tema de Desmuteadas, el podcast de Télam Radio sobre género y diversidades.
Las heridas emocionales, psicológicas, físicas de la violencia machista son visibles en las mujeres. En algunas, más que en otras, y por eso compartimos una sesión de tatuajes en la Fundación Mandinga Tatoo.
«Pasamos de tener un cuerpo lleno de cicatrices a un cuerpo lleno de arte», se define Gina Certoma, mientras se borran las marcas violentas y aparecen dibujos de mujeres potentes.
Los cambios necesarios para prevenir las violencias hacia las mujeres solo son posibles con el compromiso de todos los sectores de la sociedad.
Y escuchándolas a ellas.
Porque las mujeres somos las víctimas de las violencias de género y femicidas, y a la vez somos potentes y tenemos mucho para aportar en el proceso de construir vidas sin violencias.
Línea 144: atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género. Por WhatsApp: +5491127716463.