Por Julio Fernández Baraibar
José Hernández nació en lo que entonces se conocía como las Chacras de Perdriel, en el actual partido de San Martín, en la provincia de Buenos Aires, el 10 de noviembre de 1834. Era hijo de una familia de vieja prosapia criolla, vinculada a las luchas políticas de la Independencia. Su madre, Isabel de Pueyrredón era prima hermana del Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón.
Como tantos jóvenes de su época tuvo una formación autodidacta, en la que su abuela jugó un papel destacado. A los 19 años recibió su bautismo de fuego en la batalla de San Gregorio, donde actuó como soldado de las tropas porteñas, contra las federales comandadas por Hilario Lagos. El enfrentamiento fue una catástrofe para las fuerzas de Buenos Aires y el joven José Hernández fue tomado prisionero. Será su primera y única participación en el bando unitario, a la que seguramente se unió sin clara conciencia política.
Poco después abandonó Buenos Aires y pasó a militar en el gobierno federal de Paraná. Allí se casó con Carolina González del Solar, una joven entrerriana con quien tuvo siete hijos.
Fue soldado de Urquiza en Cepeda y Pavón contra las fuerzas porteñas de Mitre, y destacado político de la Confederación Argentina, de la que se había separado la provincia de Buenos Aires. Formó parte de los hombres que jamás perdonaron a don Justo José de Urquiza su capitulación en Pavón, acompañó a Ricardo López Jordán en su enfrentamiento con don Justo y participó activamente en el levantamiento de 1870 contra el presidente Domingo Faustino Sarmiento. Con la derrota de las fuerzas jordanistas, Hernández acompañó a su jefe al destierro en Brasil.
Regresó al país al año siguiente y continuó su lucha política y su prédica federal, ahora a través del periodismo. En 1863, ante el alevoso asesinato en La Rioja del general Angel Vicente Peñaloza, “El Chacho”, el soldado federal Hernández dio a conocer su libro “Vida del Chacho”, ejemplo de periodismo militante, comprometido y de investigación sobre la verdadera historia de ese respetado caudillo a quien los diarios porteños calificaban de “bandolero”.
Su obra cumbre “El gaucho Martín Fierro”, de 1872 y su continuación “La vuelta de Martín Fierro”, publicada en 1879, fueron no sólo el resultado de su genio literario, su conocimiento de la vida rural de entonces y, sobre todo, su cercanía con el verdadero protagonista de las luchas civiles, el gaucho, sino también de sus convicciones federales, de su resistencia a entregar al país al capital extranjero y su denuncia al saqueo y desamparo en que caían las provincias históricas y su población criolla frente a la predación mitrista.
Su última gran actuación política fue el memorable discurso con el que, en 1880, defendió la federalización de la ciudad y el puerto de Buenos Aires, en áspero debate con el dirigente de la Unión Cívica, Leandro N. Alem.
Con la aparición del roquismo y la federalización del puerto de Buenos Aires, José Hernández se suma al nuevo momento de pacificación que vive el país y es elegido, en 1879, diputado provincial en el Congreso de la provincia de Buenos Aires. En 1881 publica su “Instrucción del estanciero”, notable intento de introducir alguna forma de producción capitalista en la estancia argentina. Elegido senador nacional en 1885, falleció al año siguiente, el 21 de octubre de 1886.