Los trabajadores del Centro Educativo Isauro Isauro Arancibia denunciaron que por obras del Metrobus «podría derribarse el edificio», ubicado en el barrio porteño de San Telmo. A esa escuela, asisten unos 180 jóvenes en situación de calle para terminar sus estudios primarios y además, funciona allí un jardín de infantes.
«Si bien nadie nos dijo nada formal aún, la semana pasada vino un representante del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires a decirnos que no se estaban realizando las obras que nos habían prometido porque el edificio sería demolido por el Metrobus», detalló Susana Reyes, directora del Instituto.
El desalojo de la manzana, en la que también se encuentra el Centro de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia (CAINA) es, según explicó Reyes, «un rumor que se viene diciendo desde hace ya unos meses pero nosotros consideramos que es imposible debido a nuestra cercanía con el ex centro clandestino de detención Club Atlético, que es un monumento histórico y, por tanto, no lo pueden tocar.
Las obras a las que la directora de la institución hace referencia incluyen una importante refacción del lugar que incluía el traslado del jardín a la planta baja, la colocación de gas, el acondicionamiento de los espacios existentes, instalaciones de estufas, entre otras remodelaciones para las que el Gobierno de la Ciudad había realizado una licitación que ganó la empresa Lihuen.
«Las obras iban a comenzar en enero, de hecho, nosotros habíamos establecido un cronograma de guardias para abrirle a los trabajadores, pero no empezaron y las excusas durante este tiempo fueron inverosímiles», señaló Reyes.
Por esta causa, la Legislatura porteña aprobó un pedido de informe (778-D-2014) propuesto por los legisladores José Cruz Campagnoli (Nuevo Encuentro), Lorena Pokoik (Frente para la Victoria) y Pablo Ferreyra (Izquierda Popular), en el que se exige al Gobierno de la Ciudad que rinda cuentas sobre «los motivos por los que no ha comenzado el plan de obras» y «especifique el monto asignado para las obras (…) a través del `Plan Catalinas`».
«Cuando se produjo la venta del Catalinas, se dispuso por ley que una parte del dinero se destine al Isauro, por eso es inadmisible que todavía no se hayan llevado adelante las obras», indicó Campagnoli.
«Hay que recordar que el Isauro alberga entre niños y jóvenes a unas 200 personas, en su mayoría que viven en situación de calle, y que les brinda una posibilidad no sólo de terminar la escuela, sino que funciona como una verdadero espacio de contención para quienes asisten», consideró el legislador.
Bajo la consigna «Los espacios de los pibes no se tocan», el 8 de julio la comunidad educativa del instituto junto al CAINA y al ex Centro Clandestino de Detención «Club Atlético» realizará un acto a partir de las 11 en Avenida Paseo Colón y Cochabamba en el que se llevará a cabo a través de figuras un abrazo simbólico a los tres edificios.