¿Adónde va la gente cuándo llueve?, se pregunta una canción de Miguel Cantilo, bisnieto de uno de los intendentes que más obras forjó en la Ciudad de Buenos Aires. Si tuviésemos que responder, diríamos que seguramente cuando llueve la gente a las escuelas no va. Éstas se inundan, están electrificadas, tienen pérdidas de gas o no tienen gas y están heladas. Han pasado cien años desde que José Luis Cantilo gobernó la Ciudad, estamos peor que entonces y vamos mal, muy mal.
Las lluvias que se produjeron a mediados del mes de junio provocaron una serie de incidentes en distintos establecimientos educativos de la Ciudad, algunos de ellos recientemente refaccionados. La ola de frío de los primeros días de julio hicieron los propio: dejaron en evidencia una serie de graves fallas en las instalaciones de gas de establecimientos educativos que debieron suspender el dictado de clases.
Escuela Carlos DellaPenna inundada
El día 18 de junio debieron suspenderse las clases la escuela Carlos DellaPenna, debido a las filtraciones de agua en las luminarias, inundaciones de las aulas y el corte de luz en el segundo piso. También se derrumbó la mampostería en distintos sectores del edificio.
Agua y fisuras en el Centro Educativo Isauro Arancibia
Ese mismo 18 de junio, el nuevo edificio el Centro Educativo Isauro Arancibia, se encontró con el siguiente cuadro de situación: El salón de usos múltiples inundado con cuatro centímetros de agua, agua filtrando por las paredes, el comedor inundado, las aulas de subsuelo y las de planta baja inundadas, la biblioteca inundada. Todas las aulas del primer piso con filtraciones de agua al igual que el tendido eléctrico, lo que provocó cortos circuitos. También se produjeron goteras en el aula de informática que mojaron las computadoras. En cuanto a los sanitarios, el agua de las canillas salía color marrón.
Cuando la comunidad educativa se comunicó con las autoridades para informarles del estado del establecimiento recibieron una respuesta impensada para ellos y para cualquier persona, que «había varias escuelas que se encontraban en esa misma situación».
El edificio del Centro Educativo Isauro Arancibia fue reinaugurado el día 26 de marzo del presente año. El Gobierno de la Ciudad, demoró más de un año en demoler y rehacer parte de la antigua estructura edilicia con objetivo de extender el denominado Metrobús del bajo. A menos de tres meses de su reapertura el nuevo edificio presenta las siguientes fallas estructurales: Una grieta en el patio semitechado; una cañeria rota en el salón de usos múltiples; la falta de ménsulas de soporte de peso en la canaletas de desagote hace que el tablero de luz se llene de agua; una de las columnas de la cocina presenta una grieta de consideración y, como si todo esto fuese poco por estos días de extremo frío, la calefacción no funciona debido a que, durante la obra, el medidor de gas no fue reemplazado por uno de mayor caudal.
Principio de asfixia en el Lenguas Vivas
El lunes 24 de junio se produjo un escape de gas en la parte interior del establecimiento educativo Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas «Juan Ramón Fernández». Cerca del mediodía, el edificio fue evacuado en su totalidad, después de que varios estudiantes sufrieran vómitos y descompensaciones.
Dos estudiantes debieron ser trasladados por el SAME, tal cual lo confirmara Alberto Crescenti a la agencia Télam. Los jóvenes, manifestaron síntomas como cefaleas y mareos, se les realizó una medición de monóxido que dio resultado alto, motivo por el cual fueron trasladados al Hospital Argerich. Más tarde, se confirmó que el número de internados ascendía a cuatro.
En el sector donde ocurrió este hecho, funciona primaria, secundaria y parte del nivel superior. El edificio tiene mantenimiento muy precario, motivo de reclamos permanentes de la comunidad, expresados a la funcionaria Marcela Pelanda en 2017, al momento en que la implementación de la Secundaria del Futuro pusiera en manifiesto la falta de espacio y de planificación previa para llevar adelante esa propuesta.
Sin gas en el Baldomero Fernández
Desde el 26 de agosto de 2018 la Escuela de Comercio N°4 «Baldomero Fernández Moreno» no cuenta con servicio de gas, el medidor fue retirado por la empresa proveedora ya que se presentaron pérdidas de gas. Por no contar con calefacción alguna, ante las bajas temperaturas, miércoles 3 y jueves 4 de julio se suspendieron las actividades desde las 16:30 hs y hoy, viernes 5 de julio, directamente no se dictarán clases.
“En el día de ayer, personal de mantenimiento del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se presentó en la escuela con la información de que la mitad del edificio tenía gas y con la intención de prender algunas estufas. Desde el año pasado que esperamos las obras y reparaciones necesarias para la reconexión del servicio. Nada ha cambiado desde el corte del mismo. No se hizo ninguna reparación y no hay habilitación de gasista matriculado o del ente competente que indique que no haya pérdidas de gas. Es negligente y peligroso el accionar del personal del estado”, denunció esta mañana la comunidad educativa de la escuela de Comercio Baldomero Fernández, y alertaron: “Una vez más quienes deben dar respuesta y garantizar el derecho a estudiar a nuestros alumnos y nuestras alumnas hacen silencio o presentan soluciones ineficientes y tardías ¡Estamos en peligro! ¡Exigimos condiciones dignas para estudiar y trabajar! ¡Exigimos presupuestos para mantener las escuelas!».
Sin luz, ni gas, ni arte en la Rogelio Yrurtia
El jueves 4 de julio, la comunidad educativa de la Escuela Superior de Enseñanza Artística Rogelio Yrurtia realizó un frazadazo en la puerta del ese establecimiento y luego solicitó la suspensión temporaria del dictado de clases, debido a que la conexión de la red de gas del nuevo edificio, situado en avenida Alverdi 4139, se encuentra inhabilitada y resulta imposible calefaccionar las aulas con estufas eléctricas, debido a que el edificio funciona bajo el modo «luz de obra». Es decir, se corta la luz por el exceso de consumo.
Al fragor de la campaña re-electoral, este edificio fue inaugurado por Horacio Rodríguez Larreta, hace apenas dos meses, sin que la obra esté concluida. De hecho, se omitió la instalación de dos servicios básicos fundamentales: el suministro de gas y la correspondiente conexión eléctrica. Al día de hoy, el crudo invierno, hace insoportable permanecer en las aulas dado que cuentan con grandes ventanales que no pueden ser calefaccionadas.
La comunidad educativa de ese establecimiento denuncia, también, fallas en los dispositivos eléctricos de las puertas de cada piso, falta de luz de emergencia en pasillos y escaleras. Todo esto debido a que la obra no está concretada y se sigue desarrollando en paralelo al dictado de clases, lo que pone en peligro la integridad física de docentes, alumnos, alumnas y no docentes del establecimiento.
“Ponemos en su conocimiento que elevamos este pedido a la conducción de la escuela, autoridades de la dirección de escuelas artísticas, supervisión e infraestructura, haciendo uso de nuestra potestad como adultes responsables de les alumnes menores que concurren a dicho establecimiento, en pos de garantizar condiciones dignas y seguras para que puedan asistir a clases y que esto no se transforme en un riesgo para su integridad, en tanto se solucionen los problemas detallados”, sentenció la comunidad educativa en un comunicado de prensa emitido el día de ayer.
¡Peligro!, escuelas
Es alarmante que las escuelas de la Ciudad sufran severos daños luego de cada lluvia. Carezcan de gas o sus instalaciones se encuentren en estado deficiente. Esto deja en evidencia la falta de inversión educativa de los últimos años por parte de la actual gestión de Gobierno. En teoría, cada escuela debe contar con una empresa y/o cooperadora encargada del mantenimiento edilicio de ese establecimiento, que administra un presupuesto anual denominado FUDE (Fondo Único Descentralizado de Educación). También se asigna anualmente a cada establecimiento una partida presupuestaria en concepto de Mantenimiento Escolar. En tanto que existe un programa de Mitigación de Riesgos a encargado del control y la seguridad del estado edilicio de cada establecimiento escolar. Nada de esto parece estar funcionando. La suerte de los establecimientos educativos están librados al azar. Las campañas publicitarias del oficialismo en la Ciudad, provocan una especie de adicción que nubla la realidad del día a día de los porteños.
José Luis Cantilo
Dos veces designado intendente de la entonces Capital Federal -desde 1919 a 1921 y desde 1928 a 1930-, fue un pionero en materia de organización de la comunidad porteña. En su primer gestión promovió la creación de sociedades de fomento para el progreso de los barrios y la creación de la Dirección General de Plazas de Ejercicios Físicos. En junio de 1921 inauguró el Barrio Cafferata, uno de los primeros barrios de casas subvencionadas por el estado mediante la ley de Casas Baratas. Durante su segunda gestión promovió obras monumentales, tales como el ensachamiento de la avenida Corrientes y la construcción del trazado de la línea B de subterráneos, desde la estación Lacroze hasta el Correo Central.