viernes, noviembre 22

ESOS RAROS PEINADOS VIEJOS

por Emilia Racciatti
La biblioteca Ricardo Güiraldes exhibe una muestra de 22 retratos tomados por el fotógrafo Eduardo Grossman entre 1980 y 2004 a escritores argentinos como Jorge Luis Borges, Juan Gelman, Enrique Fogwill, Héctor Tizón, Beatriz Sarlo, Guillermo Saccomano, Ernesto Sabato y Dalmiro Sáenz.
En la biblioteca, ubicada en Talcahuano 1261, Grossman habló sobre su trabajo como reportero gráfico desde 1970 y sobre esta muestra que incluye retratos realizados durante su tarea en Humor Registrado y El Periodista entre 1980 y 1989, y en Clarín y Revista Ñ entre 1991 y 2004.
Alejado desde 2009 de las redacciones periodísticas, Grossman cuenta que hoy trabaja «muchísimo» pero para su «producción personal, en alguna exposición, tratando de vender obras con un criterio totalmente distinto al criterio periodístico».
«La gran dificultad fotográfica siempre fue hacer una buena foto donde no pasa nada, porque si vos tenés un acontecimiento como un accidente automovilístico, un gol, una guerra, lo que pasa es muy fuerte y si la foto profesionalmente está bien hecha, te va a llamar la atención. El problema es donde el fotógrafo tiene que ponerle todo el valor emotivo a una situación», reflexiona.
Grossman asegura que eso sucede «en el 90 por ciento de las notas que uno hace. Está lleno de fotos en las que no pasa nada o llegás tarde y tenés que buscar elementos de la realidad que te ayuden a generar un clima de dramatismo para que mires esa foto sin que esté pasando nada en particular».
Salvo los de Borges y Sabato, los demás retratos que componen la muestra fueron realizados para reportajes en revistas y diarios, pero no todos fueron publicados. El de Borges fue resultado de un paseo casual de Grossman por la galería del Este y el de Sabato fue un trabajo para una editorial, cuando el escritor promocionaba su autobiografía.
«La foto de Borges fue porque estaba paseando con la cámara en la galería del Este y él frecuentaba una librería de ahí. La fecho en el ´74 pero siempre me quedó la duda si no fue en el ´73, porque esos negativos los tengo extraviados. Lo que tengo son las copias que hice en ese momento. Recuerdo que empecé a sacarle fotos desde la vidriera, después entré y saqué otras mientras firmaba ejemplares», relata.
Otro de los retratos que se puede ver desde hoy en la biblioteca Güiraldes es el de Fogwill, sobre el que el fotógrafo recuerda que «fue hecho de una manera rápida y sin preparación».
La foto en la que el autor de «Los pichiciegos» mira a cámara con su reconocido histrionismo fue hecha «para Clarín. Él fue al diario para que le hagan la entrevista y fuimos a dar una vuelta por el barrio, vimos un paredón que estaba a la vuelta, era bastante histriónico y así salió la foto», rememora.
El fotógrafo cuenta que a varios de los escritores que están retratados en la muestra «los conocía bastante», como es el caso de Isidoro Blaisten, sobre el que contó que fueron «bastante amigos».
«El también era fotógrafo. Tenía una pequeña librería en San Juan y Boedo en una galería y en un pequeño sotanito sacaba fotos carnet. El día de la foto fuimos a una plaza, había una calesita y se sentó en un pilarcito. Hay un tipo que hace de espejo. A la nota no fui con cronista, nos quedamos hablando horas. Me gusta esa foto por la contrafigura que se produce», explicó con entusiasmo sobre el retrato del autor de «Cerrado por melancolía».
Grossman nació en Buenos Aires el 5 de octubre de 1946, trabajó como reportero gráfico en el diario Noticias, las revistas Humor Registrado, El Periodista, Man y Elle entre otras; fue cofundador de la agencia fotográfica Sigla en 1974, y entre 1991 y 2009 fue fotógrafo y editor gráfico del diario Clarín.
Al reflexionar sobre la tarea de los reporteros gráficos en nuestro país, expresa que «de los ´80 a los ´90 se dio un proceso de avance y jerarquización de la fotografía adentro de los medios que, de alguna manera, culminó en los ´90».
Para Grossman «después empezó un gran deterioro profesional con el advenimiento de los medios digitales, los cronistas que podían tomar fotos y el achicamiento de las redacciones. Clarín y La Nación tenían departamentos de fotografía extensísimos y entre los que se fueron yendo y los que echaron, quedó mucha menos gente con menos poder dentro de las redacciones».
La muestra forma parte de las actividades de promoción de la lectura de la red de bibliotecas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, según explica Javier Martínez, director general del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura en ministerio de Cultura porteño.
«Uno de los ejes de la dirección es la puesta en valor edilicia, porque queremos revitalizar los espacios públicos de las bibliotecas e instalarlos como espacios de encuentro para los vecinos de la Ciudad teniendo en cuenta las distintas lógicas de cada uno de los barrios en los que están instaladas y respetando su patrimonio arquitectónico», explicó el funcionario porteño.
La biblioteca Güiraldes es una de las 29 bibliotecas de la Ciudad ubicadas en 26 edificios, se encuentra en el barrio de Recoleta y se puede visitar de lunes a viernes de 14 a 20.
«Escritores argentinos» es la segunda muestra sobre literatura argentina que se exhibe este año en esa institución, ya que la anterior fue «Fotografía y amistad», en la que se repasaba el vínculo entre los escritores Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

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