Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (DGEyC), elaboró un informe sobre el número anual de matrimonios registrados en la ciudad, con el objetivo de es analizar algunas tendencias que presenta la nupcialidad en la Ciudad de Buenos Aires, considerando los cambios legales como el divorcio y matrimonio igualitario de las últimas décadas.
Entre 1990 y 2016 registra un pronunciado descenso que alcanza un 47% de los matrimonios. En valores absolutos se reducen de aproximadamente 22.000 en 1990 a 12.400 matrimonios en el año 2009. En 2010, año de la instauración del matrimonio igualitario, la tendencia se revierte, aunque se observa un aumento momentáneo de matrimonios en el trienio 2010-2012. Posteriormente, continúa la tendencia descendente; en el año 2016 se inscribieron 11.630 matrimonios: 11.168 de parejas heterosexuales y 462de parejas compuestas por personas del mismo sexo: 280 entre varones y 182 entre mujeres.
Las tendencias mencionadas en la evolución de los matrimonios se reflejan en las respectivas tasas brutas. Si bien estas tasas están influidas por la estructura por edad y sexo de la población, su evolución permite observar un descenso durante el período: en 1990 se registraron 7,4 matrimonios por cada mil personas y en los años 2013-2016 las tasas se estabilizan en 3,8 por mil.
Reincidentes
Otro dato a destacar es que En el año 1990 en más del 27% de los matrimonios uno de los cónyuges era reincidente. Ese porcentaje fue disminuyendo y hacia el año 2000 desciende por debajo del 20%.
Durante el transcurso del nuevo siglo la participación de este tipo de matrimonios se incrementó desde el 18,6% en el año 2000 al 21,3% en el año 2016. Probablemente estas oscilaciones tengan que ver con el comportamiento de los divorcios que también registró altibajos. La reincidencia matrimonial de los divorciados según el sexo, alcanzó la cúspide al momento de la instauración el divorcio vincular en 1987, luego desciende en la década siguiente, y en el año 2016, 1683 varones y 1170 mujeres divorciados/as se vuelven a casar.
Edades
La edad media del primer matrimonio se ha incrementado paulatinamente en ambos sexos. En los varones, pasa de 29 años en 1990 a 34 años en 2016 y en las mujeres, de 28 a 33años, es decir que quienes se casaron por primera vez en 2016 son, en promedio, casi cinco años mayores que quienes lo hicieron en 1990.
Endogamia
Para mantener comparabilidad histórica en el análisis de la endogamia conyugal, se seleccionó del total de matrimonios los que estuvieran conformados por personas de distinto sexo. Se observó cómo ha sido la composición de los matrimonios heterosexuales según la endogamia por lugar de nacimiento a lo largo del período que se inicia en 1890.
Al inicio del período hay un marcado contraste de acuerdo al lugar de origen de los contrayentes dado que se registra un mayor nivel de endogamia en las parejas extranjeras; por el contrario, en los matrimonios cuyos integrantes son nativos del país se observa un bajo nivel de endogamia. Esta situación se explica por el rol que ha tenido la migración de ultramar, la población extranjera alcanzó proporciones cercanas al 50% del total de la población de la ciudad hasta la década de 1920, porcentaje que fue incluso mayor para la población comprendida entre los 15 y los 64 años que superó el 60% del total poblacional de la ciudad. Esta fuerte presencia migratoria en las edades aptas para el matrimonio se combina con importantes diferenciales demográficos de la población extranjera: sus altos índices de masculinidad y el importante porcentaje de solteros que había en los contingentes de migrantes, a lo que hay que sumar las diferentes pautas culturales hacia el matrimonio, y una menor propensión de la población nativa hacia el mismo.
Si bien muchos inmigrantes arribaron al país conformando matrimonios endogámicos hubo gran disponibilidad de varones solteros que contrajeron matrimonio con mujeres nativas lo que puede observarse en el descenso de la endogamia entre extranjeros que se observa a lo largo del período.
Hacia la década de 1920 se produce un cruce de las líneas de tendencia de la endogamia, comenzando a tener más peso entre los matrimonios de nativos, que siguen aumentando mientras entre los extranjeros aminora la incidencia, pese a los breves períodos de relativa estabilidad.
Al mirar el detalle del lugar de nacimiento de los contrayentes en los matrimonios heterosexuales durante el año 2016, se observa que las nupcias entre nativos concentran el 75,8%, las argentinas que se casaron con extranjeros suman el 5,6% y los matrimonios de argentinos con extranjeras resultan el 8,1%. El resto de los casos se trata de casamientos entre extranjeros (10,5%). De éstos, las bodas más frecuentes entre connacionales se dan en las comunidades peruana (1,7%), boliviana (1,6%) y del resto de América (1,9%).