La explosión del heavy metal a nivel mundial en 1980 sirvió de inspiración para el inicio de su correlato local, que tomó un significativo valor por tratarse de una expresión de bronca ante la censura y la represión implementada por la dictadura militar.
Aunque no puede ser considerada una banda de heavy metal, Riff fue el primer grito de ese movimiento, a partir de su popularidad, la definición de un sonido más duro al que estaba acostumbrado el rock argentino y la implementación de toda una estética icónica para el género.
En paralelo, mientras Riff hacía una fuerte irrupción en la escena gracias a la fama cosechada durante años anteriores por su líder Pappo; comenzaba a tomar forma V8 banda pionera del heavy metal local, cuya formación más recordada alineó a Ricardo Iorio, en bajo; Alberto Zamarbide, en voz; Osvaldo Civile, en guitarra; y Gustavo Rowek, en batería.
Con un fuerte impacto, fundamentalmente en los jóvenes de clase obrera del conurbano, el género tuvo un accidentado andar debido a que la válvula de escape que aportaba su enérgico sonido, muchas veces derivaba en comportamientos violentos.
«En aquel momento, cuando salía con la campera negra a la calle, la gente cruzaba a la otra vereda. Pero fue algo que movió a mucha gente que no era concheta. No hay que olvidar que acá teníamos un gobierno militar, entonces Riff fue un escape para muchos. Había algunos quilombitos, pero la gente se expresaba así porque venía de años en que no podía decir nada», recordó el bajista Vitico, integrante del fundamental grupo junto a Pappo, el baterista Michel Peyronel y el guitarrista Boff Serafine.
«Los `70 fueron el caldo de cultivo para que el heavy metal explote como lo hizo en los `80. A nosotros ese año nos marcó a fuego porque nos indicó el camino a seguir. Aparecía Pappo con Riff. Yo recuerdo haber estado como público en el concierto `Adios Pappo`s Blues. Bienvenido Riff´», recordó Gustavo Rowek, al ser consultado por esta agencia.
En particular, la aparición en escena de Riff cambió en parte el rumbo de la música local que, si bien había tenido en algunos aspectos de La Pesada o en bandas como El Reloj –en especial, por el uso del doble bombo de su baterista Juan «Locomotora» Espósito- algunos atisbos de rock pesado, no era el sonido que lo caracterizaba.
«Acá se había ablandado la milanesa. Se hizo del rock algo muy solemne cuando el rock es contagiar alegría. Tanto yo, como Pappo y Michel, veníamos de Europa, entonces nos dimos cuenta cómo debía sonar una banda. Acá había bandas que sonaban bien, pero no de esa manera», remarcó Vitico.
Y ejemplificó: «Se llamaba rock a Porsuigieco. Yo no voy a negar su calidad musical, pero eso no era rock. Si eso era rock, yo soy sacerdote tibetano. Y como la revista Pelo llamaba rock a eso, cuando aparecimos nosotros no sabían dónde meternos, por eso crearon la revista Metal».
Sin embargo, tal como también lo aclara el propio Vitico, la banda precursora estrictamente de heavy metal fue V8 que «se fijaba mucho en grupos como Iron Maiden, Judas Priest, Saxon o Motörhead», según destacó Rowek.
Justamente, fue el propio Pappo uno de los grandes impulsores de V8, al forzar su participación en el festival B.A. Rock, que se celebró en 1982, en el estadio Obras Sanitarias.
«V8 fue un invento de Pappo para competir con Michel que estaba con Los Violadores», sintetizó Vitico, al sugerir una competencia interna entre el líder del grupo y el baterista, quien brindaba un respaldo estratégico a la precursora banda punk.
Pero la presentación de V8 en el festival, así como varios de los shows de Riff, estuvieron rodeados de un comportamiento violento por parte del público.
«El público estaba como nosotros, fundándose, así que hubo muchas experiencias buenas y algunas traumáticas. Mucha rotura, mucha pelea, no entender y canalizar mal todo eso. Eso llevó casi a la destrucción del género. Por eso, cuando salió Rata Blanca, se presentó como metal clásico, porque no podías decir heavy metal», relató el ex baterista de V8.
Además de marcar el camino musical, Riff también importó la estética del cuero, las tachas y cierta postura asociada a la rudeza.
«El tema de la ropa, fuimos al Once y nos compramos todas las tachas que había. No sabíamos que estaba tan relacionado con lo gay. Y los cuernitos, no te digo que los inventé yo, pero no sé si acá lo hacía alguien antes», recordó Vitico.
Aún con Riff en suspenso tras un accidentado show en Ferro en diciembre de 1983, la disolución de V8 operó como multiplicador cuando Iorio siguió su camino con Hermética; Rowek y Walter Giardino, ingresado años después, formaron Rata Blanca; Civile armó Horcas; y Zamarbide dio vida a Logos.
Fuente: Télam